Anselmo Antonio Vilar García

Vélez-Málaga
Málaga
Hurtado Navarrete, Jesús

Hay héroes que el tiempo va olvidando o la historia mal contada, según el bando al que se decante al hacerlo, no los reconoce. Es el caso de Anselmo Antonio Vilar García, el responsable como farero de dar luz en los años 30 al faro de Torre del Mar y que en las dos madrugadas del 6 y 7 de febrero de 1937 se armó de valor y decidió apagar la luz de su faro y evitar que los aviones italianas de reconocimiento y los cruceros que peinaron la costa pudieran localizar y frenar a las miles de personas que por la antigua carretera de Málaga hacia Almería escapaban, en la conocida «Desbandá», de las tropas franquistas.

Entendió Vilar que si el faro seguía dando luz y situación (tenía un alcance en esa época de 12 millas), favorecía la posición a la marina del bando nacional que, enviada por el General Queipo de Llano por medio de los cruceros nacionales, Canarias y Almirante Cervera, intentaba frenar por toda la costa y a cualquier precio, la huida de personas (se cifra más de 120.000) que utilizaban como única vía de escape la citada vieja carretera. Hay datos de que estos cruceros llegaron a acercarse a 500 metros de la costa. En esos momentos la zona de Torre del Mar vivía el miedo, la confusión y el caos, y ni tan siquiera la guardia municipal estuvo pendiente del faro, ya que muchos de sus números habían huido o estaban en otros menesteres. Nadie hacía caso de nadie.

Fue sin duda el mejor momento para que nuestro héroe ciertamente olvidado decidiera no cumplir con el primer orden en su responsabilidad de farero y dejar «oscura» la zona de la vega en la que se encontraba entonces ubicado el faro, la zona denominada «Acequia Bigotona» y terrenos cercanos donde se ocultaron un elevado número de personas ante las constantes pasadas de los aviones que encontraron, eso sí, situación con el otro faro que unos kilómetros más adelante seguía iluminando, el de Torrox.

Esa situación favoreció a los barcos nacionales para estrangular la carretera que todavía seguía uniendo a miles de personas entre Málaga y Almería, primero se estrechó el cerco en Nerja y poco después se situarían con algo más de éxito frente a las playas de Almuñecar y Salobreña donde se hizo correr la posibilidad de que desembarcarían.

Siempre se han preguntado muchos por qué la zona cercana de Almayate, Torre del Mar, Caleta o la costera de Algarrobo (curiosamente las millas que alcanzaba el faro con su alumbrado) fue la parte que «más suerte tuvo» o de menos acoso y ametrallamiento recibió por los aviones que volaban a muy baja altura o de las tropas del Corpo de Truppe Volontaire (CTV) comandadas por el Coronel Gusberti (la denominada columna de la izquierda), enviadas por Mussolini, que por esas fechas ya estaban muy cercanas, algo más de diez kilómetros de Torre del Mar y que llegaban por carretera por Alhama pasando por Ventas de Zafarraya. La clave sin duda alguna estuvo en esa «zona negra» que dejó el farero en esos dos días de invierno y de terror.

Cuando por otro lado las tropas nacionales a cargo del teniente coronel Megide y el capitán de Infantería del Regimiento num. 11, Ramón Marvá Macía, llegaron primero a Torre del Mar y poco después ubicaron el cuartel provisional en Vélez-Málaga, ya conocieron que el faro no delató su posición al estar apagado, detuvieron a Anselmo Antonio Vilar, que sin apenas ser juzgado fue sentenciado a muerte. Su ejecución se haría a media noche entre el 9 y el 10 de febrero de 1937 junto las paredes del cementerio veleño.

De su figura poco más se supo, sólo que tras la guerra aparecería sin mucha más información al respecto, el nombre de su sucesor, el farero José Gámez, que ocuparía esa plaza en Torre del Mar. La historia de este hijo de gallego continúa aún siendo poco conocida, «apagada» como el faro que está situado y encerrado hoy entre varios edificios de la conocida Avenida Toré Toré y que estaba registrado con el número 386 del «Libro de Faros» en el año 1930.

Fuente: http://www.axarquiahoy.es/alselmo-vilar-heroe-del-faro-torre-del-mar-salvo-cientos-vidas-la-desbanda/