45 años del asesinato de Arturo Ruiz y la Semana Negra
Verdad Justicia Reparación / 22 enero, 2022
La Comuna, asociación de presos y represaliados por la dictadura franquista
El próximo 23 de enero se cumplen 45 años del asesinato del joven estudiante Arturo Ruiz por parte de un comando de extrema derecha en el transcurso de una manifestación pro-amnistía. Era el año 1977 y Martín Villa ocupaba el cargo de Ministro de la Gobernación (luego de Interior). Este hecho dio lugar a una ola de repulsa que se plasmó en multitudinarias manifestaciones. Precisamente en la que se realizó al día siguiente en Madrid, la represión policial causa la muerte de otra estudiante, Mari Luz Nájera, y esa misma noche, otro comando de extrema derecha asesina a 5 personas y hiere a otras 4, en el despacho laboralista de la calle de Atocha, 55. A partir de entonces, se conoce como Semana Negra de Madrid a esos terribles días de enero de 1977.
Estos asesinatos siguen impunes: no se persiguió ni se detuvo al autor material del disparo que acabó con la vida de Arturo; no se investigó la muerte de Mari Luz Nájera ni hubo proceso alguno; no se investigaron las conexiones policiales (Antonio González Pacheco, Billy el Niño, fue imputado pero no procesado) ni los autores intelectuales de los asesinatos de Atocha, 55 y la dejadez judicial permitió que uno de los autores materiales se fugara antes del juicio, mientras que los otros no cumplieron totalmente la condena.
Cuarenta y cinco años después, Martín Villa está imputado como responsable político de la muerte de Arturo Ruiz en la querella argentina, pero la justicia en España sigue sin actuar para esclarecer debidamente estos hechos.
A continuación, reproducimos el Comunicado de La Comuna y de la familia de Arturo Ruiz.
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Comunicado de La Comuna ante el 45 aniversario del asesinato de Arturo Ruiz
Un año más nos reunimos bajo este modesto memorial en recuerdo de Arturo Ruiz, un año más de impunidad para los cobardes fascistas que, con el amparo del aparato de Estado franquista, le dispararon mortalmente cuando ejercía pacíficamente su derecho de manifestación.
Ese mismo aparato de Estado que permaneció intacto tras la muerte de Franco y la transición, infestado de criminales que se han ido renovando generacionalmente pero no ideológicamente, y que fueron protegidos por una ley de amnistía a la medida, pactada bajo coacción de los mismos poderes fácticos (como entonces se denominaba eufemísticamente a las fuerzas represivas y coactivas del régimen) que se auto-amnistiaban.
Arturo fue asesinado precisamente cuando reivindicaba la amnistía para los últimos presos antifranquistas, y aunque sus asesinos no se beneficiaron de la amnistía promulgada unos meses más tarde, sí fueron protegidos y pudieron eludir la justicia gracias a la complicidad de la policía y guardia civil.
Pero el caso de Arturo es sólo uno entre miles de crímenes impunes, desde la posguerra de limpieza ideológica y genocidio a la prolongada y sangrienta dictadura hasta la violencia durante la transición para imponernos la monarquía decretada por Franco. Recordemos solamente que el asesinato de Arturo inaugura la llamada Semana Negra de Madrid de enero del 77: Al día siguiente, en la manifestación de protesta por el asesinato de Arturo, la estudiante Mari Luz Nájera es asesinada por el impacto de un bote de humo de la policía; esa misma noche se produce la matanza de los abogados de la calle Atocha. El 26 se produce una movilización masiva en Madrid con motivo del entierro de los abogados. El día 28 se proclama el estado de excepción.
Hoy, los presuntos criminales siguen campando por sus fueros en este país; el último ejemplo no ya de impunidad, sino de soberbia y desfachatez lo ha ofrecido hace unos días el exministro franquista Martín Villa, imputado por cierto en la Querella Argentina por el crimen de Arturo entre otros muchos, con un acto en loor de empresarios y casta variada. Como se ha señalado, el neofranquismo está pasando de la negación al alarde de sus crímenes.
Por eso, este no es un ejercicio de nostalgia, además de un justo homenaje a un luchador que pagó con su vida la defensa de las libertades, es una ocasión también para exigir al gobierno y parlamento centrales las reformas legales que pongan fin a la impunidad, no sólo con una ley de memoria democrática que de verdad garantice la tutela judicial efectiva de las víctimas, sino también con la derogación de la franquista ley de secretos oficiales que permitiría, por ejemplo, desvelar las complicidades criminales tras el asesinato de Arturo. Exigencias que también han transmitido a nuestras autoridades públicas de forma reiterada los organismos internacionales de derechos humanos.
Recordar y homenajear a las víctimas como Arturo, reivindicando para ellas justicia y memoria, es un acto de salud democrática colectiva.
¡ARTURO HERMANO, NOSOTROS NO OLVIDAMOS!
¡VERDAD JUSTICIA Y REPARACION PARA LAS VÍCTIMAS DE LA DICTADURA Y LA TRANSICIÓN!
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Comunicado de la familia Ruiz García
Hoy se cumplen 45 años del asesinato de Arturo Ruiz García, tenía 19 años. Aquí en este mismo lugar, donde hoy nos encontramos, Arturo fue tiroteado mortalmente por una de las bandas fascistas, que en aquellos días, trataban de imponer el terror en las calles de Madrid y de todo el Estado. Arturo participaba en una manifestación proamnistía que pedía la libertad de los presos antifranquistas que todavía estaban, en 1977, en diversas cárceles y penales franquistas.
Como muchos otros jóvenes, Arturo luchó contra la dictadura franquista para conseguir que se instaurase una democracia en nuestro país. Y por esa lucha y esos ideales, como tantos otros jóvenes anónimos, fue asesinado. Y decimos anónimos (aunque para muchos no lo sean) porque en la mayoría de los casos, no han aparecido en los libros de texto de la historia oficial.
La familia Ruiz García llevamos 45 años reivindicando su memoria, la memoria de esos luchadores anónimos y olvidados por los poderes del Estado, que es la memoria de esos años de lucha contra la dictadura,.
Durante estos 45 años no se ha hecho justicia a pesar de que la familia no ha dejado de pedir que se investiguen los hechos y que se juzgue a los culpables. José Ignacio Fernández Guaza, autor material del asesinato, se encuentra en paradero desconocido desde el año 1977 y en su huida tuvo, que nosotros sepamos, el apoyo, como mínimo, de un miembro de la Guardia Civil. Después de 45 años, el asesino de Arturo –como tantos otros–, sigue sin rendir cuentas ante la justicia.
Tras pedir justicia, de manera infructuosa en el Estado español, nuestra familia acudió a Buenos Aires a interponer una querella criminal contra los responsables del asesinato de Arturo. Únicamente allí en el marco de la Querella Argentina atendieron nuestra petición de justicia, la jueza María Servini ha dictado un auto en el que se solicita mas información para el procesamiento de Rodolfo Martin Villa, a quien se está investigando como uno de los responsables de este crimen, con el agravante de lesa humanidad, que como tal es imprescriptible.
Desgraciadamente, en los últimos meses estamos viendo que Martin Villa tiene muchas influencias y cómplices poderosos, de manera que en estos momentos asistimos, atónitos, a la defensa pública que de este siniestro personaje han hecho, incluso algunos ex presidentes de gobierno.
La familia Ruiz García agradece a la justicia Argentina la voluntad de hacer justicia y la perseverancia en su investigación de este y otros crímenes de la dictadura.
Aunque hayan transcurrido 45 años, la huella del vil crimen no se ha borrado y a pesar de las dificultades y en muchas ocasiones de no haber encontrado el apoyo institucional esperado, confiamos en que, de una vez por todas, a uno u otro lado del océano, se haga, por fin, justicia.
Porque como cantó el trovador argentino Víctor Heredia:
“Todavía cantamos, todavía pedimos, todavía soñamos, todavía esperamos”
¡Viva Arturo Ruiz!