ARMH/ Emilio Silva/12/02/2021
Se conmemora estos días la Desbandada, esa huida de miles de hombres, mujeres y niños que fueron ametrallados y bombardeados en la carretera por la que trataban de huir de Málaga hasta Almería. No se si me gusta la palabra “desbandada”, porque señala de alguna manera a los que huyeron y no a los asesinos, a los fascistas Españoles, Alemanes e Italianos que iniciaron en suelo española la Segunda Guerra Mundial, aunque el resto de Europa nunca lo reconocerá porque abandonó a su suerte al pueblo español y ha preferido guardar esa parte de su historia en su caja negra.
Fue un enorme crimen, la atrocidad que anticipaba el horror que atravesaría el continente. Ninguno de los responsables de esos crímenes pasó jamás por un banquillo, por un tribunal de guerra.
La impunidad campa a sus anchas por estas tierra y debemos combatirla pero sin ser jueces podemos combatir al olvido. Este testimonio representa ese dolor, esos miles de dolores. ese daño que el franquismo generó para satisfacer los intereses de unos pocos. Que nunca se repita, que nunca se ignore ni se olvide.
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