Raquel Abudarhan Bentolila fue maestra encargada de la enseñanza de Español y de Geografía e Historia en la escuela de la Alianza Israelita Universal de Larache y después ejerció en el Grupo Escolar Hispano-Israelita como maestra de sordomudos. En 1934 viajó a Santoña, donde asistió como alumna a un curso de formación sobre dicha temática. Allí se distinguió por su inteligencia y aspiraciones a propagar este tipo de enseñanza en Marruecos.
Quiso viajar en otra ocasión a Madrid para completar el curso que comenzó en Santoña. Jacobo Orellana, presidente de la logia Charitas de Madrid y director del Colegio de Sordomudos de la capital, dirigió una carta a un hermano de su logia, Bartolomé Pajares, director del Grupo Escolar de Larache, en la que le hizo saber que había conocido a la maestra Bentolila y debido a la buena impresión que le causó, le insistió en que los Hermanos deberían influir sobre las autoridades para que pudiera conseguir realizar el curso en Madrid, sin perder ni el cargo ni el sueldo en Marruecos mientras estuviera fuera. Bartolomé Pajares contestó a Orellana comunicándole que, apenas recibió la carta el 9 de noviembre de 1934, se reunió con la maestra y aseguró que era «de una formación espiritual muy libre e independiente y enamorada de la obra [que] en el Protectorado podría emprenderse a favor de la Enseñanza de los sordomudos» y le prometió que la apoyaría en la primera oportunidad que se presentase, «por la hermosa obra que tanto enmarca los postulados masónicos, y tomando nota de sus aspiraciones en cuanto a la terminación del curso en Madrid». Efectivamente, poco tiempo después, la maestra fue a Madrid a realizar unos cursillos de formación el verano de 1936.
En Madrid le sorprendió el golpe de Estado, siendo confirmada por la República en enero de 1937. De la capital se trasladó a Mataró (Barcelona), desde donde mandó una carta a su hermano Elías que vivía en Argentina, el día 11 de noviembre de 1936. La carta fue intervenida por la censura franquista, resaltando «que en algunas frases injuriaba al Alzamiento». Raquel Abudarhan fue acusada por la posible pertenencia a la masonería, en vista del trato de favor que había recibido de los hermanos de la logia Charitas. Además, algunas de sus colaboraciones en el Heraldo de Marruecos anteriores a julio de 1936, fueron tildadas de izquierdistas por los sublevados.
En julio de 1937 fue dada de baja de manera definitiva en el Escalafón del Magisterio nacional y en el de la zona de Protectorado por la Alta Comisaría. En enero de 1946 se desconocía su situación y su paradero. El 9 de marzo del mismo año, por falta de pruebas de su pertenencia a la masonería, el expediente fue archivado provisionalmente. En 1957 se volvió a solicitar información sobre su caso, pero no se reabrió ninguna investigación más.
Fuente: María Isabel García Lafuente: La depuración de la enseñanza y del cuerpo docente en el norte de África a partir del 17 de julio de 1936: Protectorado español de Marruecos, Ceuta y Melilla, y su alcance en Tánger, Protectorado francés de Marruecos y Argelia colonial. Tesis doctoral, Universidad de Sevilla, 2019. Accesible en https://idus.us.es/handle/11441/88934.
