ACTUALIZADA. LA DESBANDÁ 2020. UNA CRÓNICA POR LA MEMORIA (Etapas: 0, 1, 2, 3 ….)

LA DESBANDÁ 2020.  TERCERA ETAPA NERJA-ALMUÑÉCAR (3)

Gonzalo Acosta Bono

Esta tercera etapa es, casi con toda seguridad, la más bonita de toda la marcha. Atraviesa los acantilados de Maro y Cerro Gordo declarado Paraje Natural, una figura de las de más alta protección ambiental. Pese a que ya desde antes estaba urbanísticamente protegido el Paraje está salpicado de algunas urbanizaciones, especialmente en la vertiente que baja hasta La Herradura ya en el de término de Almuñécar (Granada), que interrumpen tan bello paraje. Pese a todo hay numerosas vistas durante toda la travesía, especialmente sobre la costa quebrada, de gran belleza, con una cobertura de pinos y matorrales nobles.

La marcha, por tanto, es ascendente pero cómoda en sus primeros tramos y después alterna subidas y bajadas. Su belleza actúa como bálsamo, además del buen ánimo que se respira en la marcha. Hoy, por cierto, se ha visto duplicada prácticamente con la llegada de varios autobuses procedentes de Córdoba y Granada. Finalmente la bajada a La Herradura, hermosa rada en los últimos 30 años convertida en un núcleo turístico al uso.

Hicimos un alto en una zona de gran desnivel, con un farallón impresionante de grandes dimensiones que se alza sobre la carretera. Sobre esta pared vertical hacían impacto los cañones de los barcos con el propósito de producir derrumbes sobre la carretera atestada de gente. Era fácil de atinar y muy efectivo: las rocas caían sobre la gente de “la carretera de la muerte”. Fueron muchas las víctimas que así se produjeron y no había posibilidades de evacuar a las personas heridas, ni a las fallecidas darle sepultura. Huir, seguir huyendo era lo único en lo que se podía pensar. Tampoco aquí hay un recuerdo de estos hechos. Como ya se ha dicho a la carretera le falta un proyecto global de interpretación de lo que aquí pasó en el invierno de 1937.

De La Herradura a Almuñécar y fin de etapa. Instalados en el pabellón deportivo, por la tarde se había hecho coincidir con la proyección y conferencia del navarro José Ramón Urtasun sobre su colección de obras basadas en episodios de la guerra.

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LA DESBANDÁ 2020.  SEGUNDA ETAPA TORRE DEL MAR-NERJA (2)

Gonzalo Acosta Bono

La tercera etapa es la más larga de esta marcha, con algo más de 25 km., aunque relativamente cómoda al ser bastante llana. No es como en las etapas anteriores un puro paseo marítimo como las transcurridas en las dos jornadas anteriores. Transcurre en buena medida por el arcén de la N-340 lo que la hace poco atractiva para quien vaya caminando, y son muy pocos los tramos que presenta una alternativa al viario rodado. Por otra parte la urbanización es menos densa e incluso hay tramos si ningún tipo de edificación, cosa rara en la costa malagueña que presenta altos niveles de ocupación. Llegando a Nerja recupera el paseo marítimo y las construcciones a gran escala.

Sólo nos hemos encontrado un recordatorio que estamos en la “carretera de la muerte”, esta vez dedicado a Norman Bethune el médico canadiense muy recordado por su gran labor, muy discreto como los que ya hemos visto en ocasiones anteriores. Unas palabras para la ocasión, los cánticos con letras adaptadas a la “huía” y a seguir.

Es este el momento de poner de manifiesto una cuestión que me parece importante: la organización. Compleja y que requiere aunar muchas voluntades y experiencias en diversos campos (la intendencia, la seguridad, la comida, las relaciones con otras entidades, entre ellas las institucionales, etc.). Por eso merece la pena recordar este dato. La asociación hace más cosas pero es éste el principal, el que prácticamente justifica su existencia, y no es poco trabajo el que requiere durante casi todo el año para cumplir con su objetivo. Este año ha doblado el número de participantes, algo más de 100, y eso comporta unir muchos más esfuerzos para que todo salga bien. Se nota que han pensado en todo, incluido qué hacer en caso de que alguien quiera meter la pata con sus exabruptos trasnochados. Ha habido algunos casos que no ha pasado de palabras malsonantes, y en todo caso la respuesta era calma e ignorar a los energúmenos. Vaya, por consiguiente, desde aquí el reconocimiento a tan importante labor en general, y en particular a cada una de las personas que vamos viendo todos los días esforzándose para que todo salga bien.

En la entrada en Nerja volvió a repetirse cuanto tiene que ver con la presencia de un medio de comunicación tan importante como La Sexta, esta vez para el telediario del medio día y en directo. Se vive con entusiasmo porque es una buena ocasión para difundir lo que se trata de recordar. Recordemos que este hecho, “la carretera de la muerte” y todo cuanto le rodea ha pasado bastante desapercibido y apenas es conocido por el gran público. Por tanto se celebra estas iniciativas que los pone al alcance del gran público. Según cuentan quienes lo vieron, la noticia fue amplia, mezclando información sobre los hechos e imágenes de la época, con la relativa a la marcha conmemorativa. Según se ha dicho alguien del equipo técnico tenía familiares en la carretera y lo trató con cariño.

En Nerja tiene un especial valor la Plaza de la Ermita, bombardeada por la aviación italiana cuando estaban los autobuses llenos de niños y niñas para ser evacuadas. No se conoce la cifra exacta porque, como ya se ha dicho, faltan estudios para completar el conocimiento de este episodio.

Esta jornada no ha dado mucho más de sí. El camino se ha hecho largo y hay ganas de llegar para comer y descansar. Mañana la cuarta jornada.

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LA DESBANDÁ 2020.  PRIMERA ETAPA MÁLAGA-TORRE DEL MAR (1)

Gonzalo Acosta Bono

Hoy ha sido una etapa netamente urbana, el litoral está densamente  urbanizado, así que un paisaje muy diferente al que percibieron en “la huía”. El recorrido discurre casi en su totalidad por un paseo marítimo que exhibe sus características propias: bares y restaurantes, playa con accesos cuidados y algunas actividades como esculturas en la arena. No es temporada de verano pero no es difícil imaginar cómo debe ponerse todo esto.

Muy cerca del puerto actual una placa recuerda la acción armada que concluye con el hundimiento del submarino C3, muriendo toda la tripulación, 37 personas. Aunque está localizado, no se han dispuesto los medios necesarios para su rescate. Una asociación de familiares mantiene un pulso constante para conseguirlo.

En los años 30 salir de Málaga era realmente eso, dejar lo urbano y adentrarse en un medio rural más o menos naturalizado. La carretera de entonces tampoco es la misma, aunque hemos comprobado en algunos tramos su antiguo trazado hoy incorporado como senda o v, especialmente visible en la zona de túneles que no eran pocos dadas las características de este litoral: el encuentro del mar con la tierra es abrupto y sólo en las llanuras litorales de los cortos ríos hay algo más de  llanuras y tierra cultivable. Estos túneles sirvieron de refugio cuando la aviación o los cañones de los barcos ponían en serias dificultades la riada humana que iban a Almería. En uno de ellos se aprecia con claridad el impacto de los cañones de la marina, llegando en ese caso a penetrar en el túnel explotando en su interior. Se tiene memoria viva de ese hecho puesto que supuso numerosas muertes y heridas de gravedad. Una discreta placa lo recuerda pero de forma más bien discreta. Se echa de menos paneles didácticos con dibujos y textos explicativos. El espacio además se presta a una intervención adecuada por sus posibilidades expositivas. En esta parquedad se nota que “la carretera de la muerte” necesita un tratamiento más adecuado a sus características y significado memorialístico. Se nota la falta de compromiso por parte de las administraciones, particularmente de la Diputación, para darle un tratamiento ajustado a la importancia de los hechos que representa la carretera de la muerte. 

La marcha continua con un tiempo agradable, sin apenas variación en su aspecto urbanizado. La televisión, el programa de Wayoming de la Sexta, hizo acto de presencia y grabó bastante tiempo. No sabemos en qué quedará pero parecían bastante interesados y se contó con el testimonio directo de quienes, siendo niñas, vivieron aquellos dramáticos hechos. Por cierto que se planteó una cuestión interesante: la forma de denominar este hecho. Había quien planteó que no le gustaba lo de “la desbandá” por su origen, al ser la denominación que empleaba Queipo de Llano en sus diatribas radiofónicas para indicar que “huían los rojos de Málaga como si fuera una desbandá”. Prefieren, dice, la denominación de “la huía” o “carretera de la muerte” porque refleja mejor lo que allí sucedió. La objeción es más que razonable, y aunque es una denominación muy extendida, incluso entre gente del movimiento  memorialista, será cosa de ir cambiando. Merece la pena.

Una historia que nos llamó mucho la atención es la protagonizada por el farero de Torre del Mar. Resulta que en los alrededores del faro (ahora incrustado en la trama urbana) se asentaba mucha gente, como podían claro en condiciones muy penosas, pero la luz del faro los convertía en un blanco fácil para barcos y aviones. El farero, Anselmo Villar que así se llamaba, un hombre culto y aficionado al ajedrez, decidió por su cuenta apagar el faro para no delatar la presencia de tanta gente que eran un blanco fácil. Salvó así muchas vidas y por esa decisión fue primero destituido de su cargo y casi simultáneamente fusilado.

Finalizada la marcha, ya en Torre del Mar, asistimos a la presentación de un libro de fotos que recoge una amplia muestra de los archivos encontrados en un garaje, muy bien resguardados para evitar su deterioro, por tanto con la intención de que algún día vieran la luz, pero sólo pasado algún tiempo. Estos archivos son de un valor inestimable, tanto por su calidad artística como por lo que reflejan: la vida cotidiana de la segunda mitad de los años 30, la guerra, o mejor, su retaguardia, casi como si fuera un antropólogo que realiza una inmersión en una realidad viva con muchos contrastes y disparidades sociales, en todo caso llena de humanidad y todo el dolor de los acontecimientos.

La etapa ha sido intensa y nos espera el pabellón deportivo para un descanso reparador. Todavía quedan nueve etapas densas y llenas de fuertes sentimientos.

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LA DESBANDÁ 2020. UNA CRÓNICA POR LA MEMORIA (0)

para www.todoslosnombres.org/ Gonzalo Acosta. corresponsal.

Se pretende con esta primera entrega hacer una crónica diaria de las actividades que se han de desarrollar en conmemoración de “la desbandá”, un hecho histórico no demasiado conocido pese a tratarse de uno de los episodios de dimensiones y alcance más extraordinarios de cuantos sucedieron en la guerra civil: el desplazamiento de población entre Málaga y Almería cuando aquella iba a ser tomada por el ejército franquista, una decisión espontánea que recorrió las calles de la ciudad a la vista de que no había alternativa para defenderla. Se pronunció en una asamblea desesperada atestada de gente refugiada que fueron llegando desde las campiñas y sierras de Cádiz, Sevilla, Huelva y Córdoba. No había otra alternativa y como por ensalmo la idea fue tomando forma, y se fueron organizando más o menos improvisadamente grupos muy numerosos de hombres y mujeres para huir a territorio republicano. ¿Almería? Pues a Almería nos vamos, se dijeron. Dicho y hecho. Sin apenas tiempo para preparar una evacuación necesariamente apresurada por la rapidez de los acontecimientos. Decenas de miles de personas fueron saliendo con apenas lo puesto, mujeres, hombres, ancianos y niños, enfermos incluidos, hacia la carretera que por el litoral les llevaría hasta Almería, una de las ciudades que resistió hasta el final, aunque entonces eso no se sabía. Para mucha gente ese no fue su final y se embarcaron hacia otros destinos (en barco a las costas africanas no fueron pocas, por ejemplo). Para otra gente, incluso desde iniciada “la huía”, tuvieron que desistir y enfrentarse a lo que le depararía su ciudad o pueblo tomado por el ejército franquista: para muchos la muerte o la cárcel o vivir en un exilio interior, habida cuenta de las dificultades para sobrevivir estigmatizados por ser perdedores de una guerra, los rojos.

Este es el motivo y el significado profundo de una iniciativa que ya se hizo hace cuatro años, aunque los dos siguientes no pudo llevarse a cabo de forma completa por dificultades varias, y se retoma en este 2020 con energías renovadas. Además de la propia marcha que se inicia mañana (jueves día 6), otros actos se han organizado, como la marcha desde Fuentes de Andalucía a Marchena el pasado domingo, que viene a simbolizar la evacuación de los pueblos campiñeses de Sevilla hacia Málaga. También actos diversos en Almería o Salobreña a la espera de la marcha principal por la carretera litoral. En fin, un conjunto de actos que vienen a significar la dimensión de este fenómeno conocido como “la desbandá”, sin duda uno de los de mayores dimensiones de la guerra civil, pero en general poco y mal conocido.

La “etapa 0” ha consistido en un recorrido por la ciudad de Málaga para visitar algunos de los lugares más emblemáticos de su memoria histórica: una etapa urbana de la mano de dos reconocidos expertos, Manuel Sánchez Vicioso y José Galisteo Prieto, que nos han acompañados por estos lugares: (1) Los principales refugios de Málaga, la catedral (que acogió hasta 5000 personas) y la fábrica de La Aurora. (2) El cementerio de san Rafael, la intervención de mayores dimensiones en Europa (4.689 cuerpos), con un equipo de arqueología de 7 profesionales y más de 200 personas voluntarias, todavía pendiente de un uso global definitivo para ese espacio, aunque ahora hay una gran pirámide con todos los nombres. (3) La Prisión Provincial, construida por Victoria Kent en 1934, que contuvo a más de 5.000 presos y se actuó muy duramente, dándole garrote vil a varios cientos de presos; actualmente está en desuso y pendiente de un destino final, aunque hay ofertas como la de la Universidad de Murcia. (4) Plaza de la Solidaridad con instalaciones varias de la familia Larios, donde se ubicó un campo de concentración que llegó a albergar a más de 5.000 personas en muy malas condiciones, y una alta tasa de mortalidad, donde lo frecuente era dormir al raso. (5) Lugar donde cayó muerto García Caparrós, a un centenar de metros donde cayó muerto después de que fuera tiroteado, en las proximidades de la comisaría de Málaga, y por ello desplazaron el lugar donde se ubicó la placa que lo recuerda. (6) Cárcel de mujeres, que llegó a albergar hasta 4000 presas en 1941.

Hasta aquí el recorrido urbano por lugares de la memoria de especial significación de la ciudad de Málaga. El próximo encuentro una cena y hasta mañana para iniciar la marcha.