Nuria López y Jaime Contreras estrenan el documental ‘Sueño de libertad. Presos de la memoria’ en Jerez, un homenaje a los presos de la represión franquista y a la mítica figura del poeta Marcos Ana
Alejandro López Menacho / 27 de abril, 2019
Cuando Nuria López (Madrid, 1980) descubrió al poeta y militante antifranquista Marcos Ana quedó totalmente fascinada: “Me pareció una figura increíble que la gente no conoce lo que debiera, como la de Sixto Rodríguez en Searching for Sugar Man“. La culpa de aquel descubrimiento fue de un antiguo profesor suyo del IES Juan de la Cierva en Madrid: “Tenía un profesor que parecía Robin Williams en El Club de Los Poetas Muertos (la célebre película de Peter Weir); un día nos trajo un libro de Marcos Ana, una autobiografía, y nos leyó un fragmento, concretamente una parte en la que habla de su madre. Me quedé prendada”.
Seis años después de aquello Nuria acaba de terminar, junto al jerezano Jaime Contreras, la edición del documental Sueño de Libertad. Presos de la memoria, que se estrenará el próximo 2 de mayo en el Centro Rosa Roig de Jerez, a las 19 horas.Se trata del primer largometraje documental realizado por la asociación cultural Guion 13, posible gracias a la colaboración de Ganemos Jerez y la Diputación de Cádiz. La obra es un recorrido por la experiencia de los presos de la dictadura franquista, con especial atención a la figura de Marcos Ana. De este modo, sus directores nos rememoran una época de la que nos queda mucho por conocer, aprender y visibilizar.
Nuria nos explica como surgió el proyecto de rodar este documental: “A mí me sonaba el nombre de Marcos Ana, pero no sabía de qué. Y resulta que había escuchado sus versos en una canción de Extremoduro, ‘Te juzgarán sólo por tus errores’. Le pedí aquel libro a mi profesor y me lo leí en una noche. Era una auténtica una maravilla. Leer su biografía fue como ver una película. Me puse a investigar y descubrí que Almodóvar había adquirido los derechos para llevarlo al cine, pero lo dejó en un cajón y ahí se quedó. Entonces pensé en hacer algo sobre su figura, se lo dije a Jero (uno de los técnicos del documental) y comenzamos a trabajar en ello”, relata la directora. “Más tarde fuimos a la presentación de Vale la pena luchar, libro de Marcos Ana, en Madrid, allá por enero del 2014. Le pedimos directamente el teléfono y a la semana estábamos entrevistándolo. Justo después ya empezamos a planear todo”.
Pero no sale solo Marcos Ana en el documental, nos presentan un compendio de historias de antiguos presos del franquismo, algunos todavía con vida, con el hilo conductor de los poemas y reflexiones del literato salmantino. “Cuando le preguntábamos cosas a Marcos este siempre respondía en plural, hablando de todos los presos del franquismo. Saramago decía que era una persona que, si se miraba al espejo, el espejo se rompía en mil pedazos y en cada reflejo se podía ver un preso diferente. Porque él ha sido un poco como el representante de todos aquellos presos”.
El documental, que dura 63 minutos, ha sido grabado con apenas 2.000 euros de presupuesto y la verdad es que no lo parece. El resultado es muy profesional, muy bello. La mayoría del equipo técnico es de origen andaluz y ha trabajado de forma desinteresada.
Hasta catorce personas participan con su testimonio en Sueño de Libertad, la mayoría de ellos excarcelados del franquismo ya septagenarios, aunque también algunos académicos: “Los historiadores son pieza clave en el documental porque teníamos que explicar porqué estaban presos. Hay que dejarle claro al espectador qué pasó. Había una democracia en España, con sus defectos y con sus virtudes, y entonces hubo un Golpe de Estado a esa democracia, vino una dictadura y después una brutal represión. A la gente la podían meter en la cárcel por cualquier cosa, de forma arbitraria. Ricardo, por ejemplo, uno de los presos entrevistados, llevaba un año fuera de Madrid. Se iba a casar y todo. Estaba viviendo una tranquila vida de pueblo cuando alguien dio el chivatazo que había sido de izquierdas y dijo: ese es muy peligroso y fueron a por él. Lo encarcelaron ocho años”.
Por esas carencias de financiación el proyecto ha tardado casi siete años en ver la luz. Por el camino falleció algunos de los entrevistados, entre ellos Marcos Ana, cuya placa conmemorativa en Madrid fue atacada por un grupo de extrema derecha hace pocos días: “No me merecen ni opinión. Hay mucha ignorancia en la gente. Marcos Ana fue una figura muy fuerte, que arrastraba a mucha gente. Desde el fascismo se conjeturó una intensa campaña de desprestigio, algo muy brutal. El Gobierno de Fraga en la dictadura ya le empezó a echar mierda, se le achacaban una serie de asesinatos que son falsos. Lo cuentan los historiadores. El documental explica cómo son mentira cada una de esas cuatro acusaciones. Nos parecía importante desmentirlo”, explica algo indignada Nuria.
“También hablamos de la vida de estos presos en las cárceles, de todo lo que giraba alrededor de la convivencia. Figuras cómo las madrinas de mujeres, que iban a acompañarles para conversar o las escuelas que crearon allí… hablamos un poco de todo”. Hay una parte del documental grabada en el antiguo Penal del Puerto de Santa María, donde consiguió grabar el equipo de rodaje: “Aquí en la provincia hubo muchos muchos presos políticos. Esa parte de la Historia no se conoce, la gente pasa de ella. Pienso que sitios como estos, símbolos de represión del franquismo, deberían ser memoriales, al igual que sucede en otros países como Alemania o Polonia”.
Hablamos del resurgir de la extrema derecha en España: “Me preocupa Vox. Creo que es fruto de la falta de educación. Eso es precisamente lo que interesa a algunos gobernantes, que la gente no lea ni adquiera conocimientos. Sólo les preocupa las banderas. No son conocedores de nuestra historia. En los colegios prácticamente se pasa de largo sobre la Guerra Civil sin profundizar en lo que significó”.
El documental emprende ahora una pequeña gira por la provincia de Cádiz. Estrenan en Jerez el 2 de mayo, luego van hasta Puerto Real, el día 9, y finalmente lo proyectan en Alcalá de los Gazules. “La idea es reivindicar una figura, la de Marcos Ana, que va cayendo en el olvido poco a poco y eso es muy triste. Este es nuestro homenaje a él y a otros tantos presos sin nombre, anónimos a los que se les robó parte de su vida”, explica Nuria y concluye: “Hablando con Marcos Ana me dijo: Claro que hay que pasar página, pero para pasar una página primero hay que leerla”.