Alicante. Nombres para el olvido

Alicante aún conserva una veintena de calles dedicadas a militares franquistas y a batallas de la Guerra Civil

Diario Información | Pino Alberola | 13-3-2016

Las calles y símbolos franquistas, de nuevo a debate. La Concejalía de Memoria Histórica ya ha dado los pasos para eliminar del callejero de la ciudad todo elemento vinculado al anterior régimen y así cumplir con la Ley de Memoria Histórica. Una comisión integrada por partidos políticos, universidad y asociaciones comenzará a trabajar en breve con la esperanza obtener mejores resultados que el anterior grupo creado por el Ayuntamiento del PP en 2012. Entonces sólo una calle, la de Millán Astraid, desapareció del callejero en el barrio de San Gabriel, hoy dedicada a Rafael Escolano.

Y es que la lista de calles en la ciudad con connotaciones franquistas es grande, al menos de 90, según el trabajo de recopilación elaborado por la asociación Alicante Vivo, quien formó parte de la comisión creada por el anterior equipo de Gobierno, así como de la actual. No obstante, muchos de estos 90 nombres «se descartaron a la hora de ser eliminados», como explica Alfredo Campello, miembro de la entidad. El motivo es que algunas de estas vías ya han perdido la connotación que tuvieron en su origen, como es la de Portugal, Italia o Alemania. Otros nombres, sin embargo, hacen referencia «a personas que pertenecieron a partidos de derechas y que fueron fusiladas durante la Guerra Civil» Es el caso del jugador del Hércules Manuel Suárez. «Lo mataron sólo por pertenecer a la Falange, no tiene ningún sentido retirarle el nombre a la calle. Y lo mismo ocurre con otras vías, como la dedicada a los hermanos Soto Chápuli», explica Campello. El callejero de la ciudad también cuenta con una dedicada al párroco que confesó a José Antonio, el cura Planelles. En opinión de Alicante vivo, «esta calle debería permanecer».

Sin embargo, hay unas 20 calles que, a juicio de esta asociación, deberían ser sustituidas de inmediato, principalmente por estar ligadas a batallas de la Guerra Civil o a militares franquistas.

Así, la ciudad aún conserva vías dedicadas a la Batalla del Ebro o a la Sierra de Cavalls y Sierra de Pandols, donde tuvieron lugar dos importantes combates. Del mismo modo, aún permanece un parque dedicado a Calvo Sotelo, «uno de los protomártires del Franquismo». Campello recuerda que con el anterior régimen, «todas las ciudades españolas tenían calles dedicadas a Calvo Sotelo, José Antonio y Franco». En el caso de José Antonio, la ciudad conserva todo un barrio y su cambio de nombre no será sencillo, igual que el de la plaza de la División Azul. La concejal de Memoria Histórica, María José Espuch, asegura que será necesario un gran consenso para decidir qué hacer en estos dos casos.

El Ayuntamiento ha anunciado que muchas de estas polémicas calles recuperarán sus nombres antiguos. Alicante Vivo también ha pedido que las que nacieron con los nombres de la polémica sean rebautizadas aprovechando fechas o elementos de la autonomía. «La calle 30 de marzo (que recuerda el día de la entrada de las tropas fascistas italianas a la ciudad) podría ser sustituida por una dedicada al 9 de octubre, ya que la ciudad no tiene ninguna vía dedicada a la fiesta autonómica». Lo que sí ha anunciado Espuch es que se aprovechará la ocasión para «feminizar el callejero».

Junto al cambio de nombre de las calles, el profesor emérito de Historia Contemporánea de la Universidad de Alicante, Glicerio Sánchez, recuerda que en la ciudad aún persisten símbolos franquistas que deberían ser eliminados en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica. En este sentido, recuerda el caso de la vidriera con el escudo preconstitucional que aún permanece en la sede del Banco de España o las cientos de placas con el escudo de la falange que lucen los portales de muchos edificios de la ciudad y que pertenecían al Instituto Nacional de la Vivienda.

Más grave, a juicio de Sánchez, «es la presencia aún del monumento de exaltación a la Falange que se alza en terrenos que hoy pertenecen a Ciudad de la Luz». Este monumento, «recuerda al grupo de unas 70 personas que en 1936 desembarcaron en esa zona dispuestos a liberar a José Antonio y que fueron detenidos allí mismo». No sólo no ha sido retirado, sino que el profesor de la UA critica cómo el anterior Gobierno «lo restauró coincidiendo con los primeros trabajos a nivel nacional para retirar los símbolos franquistas».

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