Análisis de la ley de memoria andaluza

Rojo y Negro | Santiago Fernández Ferrete (RMHSA-CGT.A) | Noviembre de 2015

Desde el Grupo Recuperando la Memoria de la Historia Social de Andalucía (RMHSA-CGT-A) hemos estado atentos desde el comienzo al proceso que dio lugar al texto que hoy conocemos como Proyecto de Ley de Memoria Democrática de Andalucía, eso no significa que la tan cacareada «participación» de los grupos memorialistas que la Administración pregona sea cierta, todo los contrario, si a algún grupo han escuchado o sus aportaciones han incorporado a la Ley no ha sido a éste pese a ser uno de los más antiguos y activos de Andalucía. Desde la Dirección General que impulsó esta Ley (responsabilidad de IU cuando formaba parte del Gobierno) sólo se hizo caso (y tampoco mucho) a organizaciones afines ideológica y orgánicamente, siendo las alegaciones y propuestas de nuestro grupo totalmente ignoradas.

Son muchos los puntos de la Ley que nos preocupan y que nos parecen negativos, por ejemplo:

Total control de la Administración de las exhumaciones. La ley arroga a la Junta la decisión, control y ejecución de las exhumaciones. Es necesario recordar que el Movimiento de Recuperación de la Memoria Histórica es un fenómeno que surge de la sociedad y no de las instituciones, instituciones gobernadas por partidos políticos que pese a tener a miles de militantes en fosas comunes nunca se interesaron por recuperar sus cuerpos ni su memoria. Ahora que ven rédito político en el asunto se ponen, mediante esta ley, por delante de quienes impulsaron la Memoria y se otorgan a sí mismos la exclusividad para actuar en esta materia.

En Andalucía tenemos ejemplos de exhumaciones que, promovidas por familiares y con equipos técnicos voluntarios o pagados por las asociaciones, han sido exitosas y efectuadas con el mismo rigor o más que las realizadas por la Junta de Andalucía. No vemos motivo para impedir que este modelo de exhumación en el que los familiares son los protagonistas se prohíba por ley e incluso se prevean multas (además, de una cuantía escandalosa).

Ansias de control del movimiento memorialista. No contentos con el control de las exhumaciones, la Ley también prevé mecanismos para maniatar al movimiento memorialista. Para esto se sirven de un registro de asociaciones (¡uno más!) de memorialistas. Este registro, además, limita geográficamente a las asociaciones, dejando fuera a las que no son de Andalucía. Este es un punto hecho ad hoc para dejar fuera a la ARMH, asociación pionera de este movimiento de exhumaciones pero que no era del agrado de la anterior Dirección General.

Con esta norma ha pasado algo fuera de lo común y es que desde la Dirección General, e incluso algunas asociaciones, han actuado como si estuviera vigente cuando tan sólo es un proyecto de ley, innecesario para nosotros (pensamos que no era estrictamente necesaria una Ley de Memoria sino la modificación de leyes ahora vigentes y la dotación de medios económicos para la causa) y que más que a resolver los problemas a los que nos enfrentamos en la Memoria viene a causar conflictos y divisiones en el Movimiento de Recuperación de la Memoria Histórica.

https://www.todoslosnombres.org/sites/default/files/memoria_libertaria_noviembre_2015.pdf