Andreu Nin, contado de otro modo

El libro ‘La revolución imposible’ (Tusquets) narra la vida del político comunista con afán de divulgación y la voluntad de trascender los círculos políticos de la izquierda. Es obra de Andreu Navarra.

barcelona / 06/10/2021 07:32 / Ángel Ferrero

Lo primero que le pregunto a Andreu Navarra (Barcelona, 1981) es si estos días ha escuchado mucho si sobre la vida de Andreu Nin ya hay un puñado de libros como para escribir otro. “Sólo lo he escuchado una vez”, responde sorprendentemente el autor de La revolución imposible. Vida y muerte de Andreu Nin (Tusquets). “La respuesta es sencilla”, continúa, “no existía ningún relato completo, lector, que reuniera toda la información completa sobre el personaje”, y con ello, precisa, se refiere a “organizar una historia centrada sobre su persona y no tanto sobre cuestiones teórico-políticas o su muerte”. “En otras palabras, era necesaria una biografía como las hacen en el mundo anglosajón, exigente y comercial, haciendo alta divulgación”, añade.

El resultado cumple ciertamente con los objetivos que el propio autor se marcó. No en vano Navarra llevaba ya un tiempo estudiando la vida del marxista catalán. “Hace exactamente cinco años me animé a investigar y publicar una biografía sobre Andreu Nin, mientras redactaba El espejo blanco. Viajeros españoles en la URSS (Fórcola, 2016)”, explica al confesar que “una figura tan poliédrica y fascinante” como la de Nin lo “atrapó pronto”. Al autor le interesaron sobre todo “las numerosas incógnitas sobre su vida y su carácter contradictorio: culto y valiente, radical y soñador, pacifista y revolucionario profesional”.

A estas alturas, escribir sobre Andreu Nin significa, también, escribir sobre la historiografía de Andreu Nin. “Sobre Nin se había escrito mucho y bueno, yo destacaría los trabajos de Pelai Pagès y Francesc Bonamusa, pero la información estaba muy dispersa, en algunos aspectos incluso ya alejada de la actualidad”, afirma el propio Navarra. Y haciendo memoria, menciona también como le “llamó la atención la poca atención que recibían los relatos memorialísticos de Gorkin, Francisco de Cabo, Víctor Alba, Juan Andrade y Wilebaldo Solano, con la excepción de Pepe Gutiérrez”.

“Cualquier historiador catalán te tendrá que admitir que este país está bastante en calzoncillos”, comenta Andreu Navarra

Pero a pesar de toda la bibliografía existente -y no es poca- todavía siguen circulando mitos e informaciones falsas sobre el político catalán, la más conocida de las cuales es, probablemente, la etiqueta de trotskista. “Se dicen demasiados disparates cada día”, lamenta el autor de La revolución imposible, que de inmediato carga contra el estado de cosas en la academia catalana y los medios de comunicación: “Cualquier historiador catalán te tendrá que admitir que este país está bastante en calzoncillos en muchos aspectos que no se quieren repensar, o que ni siquiera se han tocado”. Lo que hay que hacer, plantea, es “crear un público lector de historia, para forjar debates razonables sobre nuestro pasado”.

“El partido de los comunistas teóricos”

Esta telaraña de distorsiones y mentiras en la que se encuentra atrapada la figura de Nin -muchas de ellas inventadas, por cierto, por sus propios perseguidores en vida del propio biografiado- se extiende también al Partit Obrer d’Unificació Marxista (POUM) del que fue fundador, junto con Joaquín Maurín. Navarra describe el POUM como el “partido de los marxistas inteligentes, el partido de los comunistas teóricos”. “Si uno coge los materiales del Partido Comunista de España (PCE) de la época bullejista [por José Bullejos, secretario general del PCE entre 1925 y 1932], o escritos, por ejemplo, de Antonio Mije, y los compara con los de Maurín, no hay comparación posible “, asegura. Otra de las cosas que le “llamó la atención” a Navarra es que “no se estudiara a Nin como una figura más de un triángulo generacional de primer orden formado por él mismo, Maurín y Juan Andrade, los cerebros del POUM “.

Además, como es notorio, una vez se consolidó el Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC), “la opción estalinista catalana, el POUM era un estorbo para la política del Frente Popular, porque propugnaba en solitario la prioridad revolucionaria por encima de cualquier otra consideración”. “Y esto en medio de una guerra civil”, agrega. Esta revolución era el objetivo por el que Nin había luchado toda una vida. Es más, el autor de Las dictaduras de nuestros días creía que “en 1937, la revolución en Catalunya debería renovar la fe de 1917 y darle otra y nueva significación mundial”. El sueño, como se sabe, “no pudo durar mucho” y el propio Nin fue asesinado, en circunstancias nunca aclaradas, por agentes de los servicios secretos soviéticos. Su cadáver no se localizó nunca.

Como escribe Navarra en su libro, “ya tocaba recuperar la vida de Andreu Nin”: “El mártir, el homenajeado, a veces no nos habían dejado ver al hombre”. “Nada peor para un dirigente político que ser recordado no tanto por lo que ha hecho como por lo que le han hecho”, observaba años atrás otro de los biógrafos de Nin, Víctor Alba. La revolución imposible es este intento de ver el hombre “por lo que ha hecho”, con afán de divulgación y la voluntad de ir más allá de los círculos tradicionales de la izquierda alternativa.