Beas (Huelva). LA IMPORTANCIA DE LOS TESTIMONIOS MANUSCRITOS.

LA IMPORTANCIA DE LOS TESTIMONIOS MANUSCRITOS

Raquel Pérez Serrano (III Jornadas Memoria Histórica de Beas)

Tal y como nos comentaba en la tarde de ayer el profesor José María García Márquez, en tiempos del Golpe de Estado del 18 de julio de 1936 y de la posterior represión, había una gran riqueza de informes y documentos de todo tipo. Existía una fuente documental muy rica, ya que los Puestos de la Guardia Civil, Gobernador Civil y demás instituciones lo recogían todo por escrito y con todo tipo de detalles: nombres, apellidos, fechas, número de hijos, localidad, lugares…etc.

García Márquez nos decía, que cuando los tiempos comenzaron a “cambiar” la gran mayoría de estos archivos repletos de información muy relevante “desaparecieron”. Por este motivo, los historiadores/as de hoy en día se encuentran con muchas dificultades para encontrar información, para contrastarla…etc. Se encuentran con un trabajo “arduo” pero que no deja de dar sus frutos y de avanzar día a día.

Pues bien, debido a esta falta de documentos y archivos, otra fuente de vital importancia para reconocer y conocer todo lo ocurrido en aquella época son los testimonios orales y manuscritos.

Este grupo de trabajo de memoria histórica de Beas, cuenta con dos documentos manuscritos de gran importancia y gracias a los cuáles hemos conseguido grandes avances en nuestras investigaciones. Estamos haciendo referencia a los manuscritos de Manuela Rodríguez Servián y Catalina Pérez Rivera.

Manuela Rodríguez Servián, más conocida por todos, como Manuela la de la Cooperativa, hija de Antonio Rodríguez Waflar. Antonio era teniente alcalde socialista de Beas y ejercía la alcaldía por ausencia de José Rebollo en el momento del Golpe de Estado del 18 de julio de 1936. Fue asesinado como otros muchos, el 16 de agosto de ese mismo año en las paredes del cementerio de Trigueros.

Y Catalina Pérez Rivera, vecina de Beas e hija de Florentino Pérez Caballero, ante todo, una buena persona. Gracias a dios, aún contamos con Catalina que en breve cumplirá 100 años y con su hijo Francisco Florentino que forma parte de este grupo de trabajo de memoria histórica de Beas.
Como dije anteriormente, ambos testimonios manuscritos, han sido sin lugar a dudas, una de las aportaciones más importantes para poder cumplimentar la relación de víctimas en Beas. Nuestros mayores, han sido y son una fuente fundamental, comprometida y necesaria para la recuperación de la verdad, sin ellos, sin sus recuerdos, sin sus conocimientos, sin su memoria, la dignificación de las víctimas, en este caso de Beas, hubiera resultado inalcanzable.

Manuela Rodríguez Servián y Catalina Pérez Rivera han luchado toda su vida por la dignificación de sus padres y de todos los vecinos de Beas asesinados.

A título personal, no me queda más que dar las gracias a estas dos personas, Catalina y Manuela, por su valentía, por su lucha incansable para que se supiera la verdad. El año pasado, participé también en las jornadas de memoria histórica de Beas, pero lo hice en el apartado de “Historias de vidas”, donde conté la historia de mi bisabuelo, Román Arcos García.

Poco conocía de él, apenas su nombre y que se lo llevaron un día de la iglesia en un camión para posteriormente asesinarlo en el cementerio de Trigueros. Con el trabajo realizado para dicha exposición, elaboré una biografía de mi bisabuelo que me hizo aprender mucho, basado únicamente en testimonios orales, el más importante el de mi tita Martina, su hija, la única con vida y que ya cuenta con 90 años.

Junto con mi grupo de compañeros/as de memoria histórica hemos analizado papel a papel el archivo municipal de Beas. Yo, siempre con la esperanza de encontrar su nombre (Román Arcos García) en algún acta capitular, registro civil, algún expediente, acta de defunción…etc. NADA, su nombre no aparecía en ningún lugar, como si no hubiera existido…hecho que me llenaba de frustración.

Por eso, tengo que agradecer tanto a Manuela como a Catalina, que sean las únicas que han recogido por escrito el nombre de Román Arcos García, conocido como “El Lunares”, con 5 hijas pequeñas y con 42 años de edad, como beasino asesinado en Trigueros, el 16 de agosto de 1936.

¡Román Arcos García existió, que su nombre no se borre de la historia!

¡Gracias Catalina!
¡Gracias Manuela!

https://www.facebook.com/1536548169791932/photos/a.1543767532403329/2652330811546990/?type=3&theater&ifg=1