Fueron cinco años -entre 1937 y 1942- con las puertas cerradas a cal y canto, pero con un trasiego importante de personas. Mujeres todas ellas. Madres muchas de ellas que entraban con sus hijos y a veces no volvían a salir. Algunas porque murieron encerradas entre cuatro paredes debido a las condiciones infrahumanas en que sobrevivían a diario; otras simplemente porque fueron fusiladas. La documentación histórica confirma que todas fueron recluidas por sus ideas políticas o por el hecho de ser mujer, y en muchos casos fueron torturadas, violadas y sometidas a otro tipo de humillaciones, algunas de ellas públicas.

Y todo eso ocurrió en Bilbao, en un palacete que se alzaba en el Santutxu de la época. Era el Chalet Orue -hoy desaparecido- y por sus cinco plantas pasaron varios cientos de mujeres presas. La saturación que se respiraba en la cercana cárcel de Larrinaga obligó a habilitar este inmueble como prisión. Hoy, en el lugar más aproximado a donde se localizaba esa antigua propiedad –en la actualidad la finca son las viviendas del Grupo Monseñor Remigio Gandasegi– se ha colocado una placa conmemorativa a la sombra de un roble en homenaje a las mujeres represaliadas por el franquismo en las cárceles de Bilbao.

Se calcula que pudieron ser algo más de tres mil -la mitad de Bilbao- según los registros de ambos penales, aunque la cifra de las que fueron condenadas públicamente por sus ideas sería mayor. Y el de hoy será el primero de los actos para tratar de rescatar estos episodios históricos borrados de la memoria colectiva por años de dictadura. Tal y como ha resumido Aintzane Ezenarro -directora de Gogora “se enterró la historia de los perdedores de la guerra. Si esto pasó con los hombres qué podemos decir de lo que pasó con la memoria de las mujeres”, ha enfatizado en el transcurso del emotivo homenaje tributado en el parterre situado entre la calle Zabalbide y Tenor Fagoaga, junto a la salida de metro de Karmelo.

Historia. Larrinaga y Orue conformaron la estructura de la represión penal de las mujeres en Bizkaia, donde se estima que pudieron ser recluidas cerca de 3.000 mujeres entre 1937 y 1942. La finca Chalet Orue, ubicada en la calle Zabalbide, a escasos 400 metros de Larrinaga, estaba vacía ya que había sido incautada. El chalet era propiedad de la familia Orue, de tradición carlista y muy conocida en la vida begoñesa, que huyó con la guerra.

A su juicio, “a la hora de recuperar la memoria democrática es importante subrayar la perspectiva de género” porque las mujeres fueron “personas social y políticamente activas contra el franquismo y la represión, y por eso más de cinco mil mujeres pasaron por prisiones vascas. No fueron solo víctimas, también militantes por la paz, los derechos humanos y la democracia”, ha dicho la directora del Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos.

Por su parte, el alcalde de Bilbao ha puesto en valor el acto de hoy, simbólico pero con recorrido a futuro. De hecho, el propio Aburto ha anunciado que después de él vendrán otros más en homenaje a aquellas mujeres que fueron víctimas de la guerra. Y en eso han tenido mucho que ver las asociaciones memorialistas que interpelaron a la corporación municipal para rescatar estos dramáticos hechos -trágicos en algunos casos- para que pudieran ser conocidos por la ciudadanía.

“En este caso, lo hacemos especialmente por esas once mujeres que fueron sacadas de la cárcel, del chalet de Orue, para ser posteriormente fusiladas”, ha lamentado el alcalde de la villa. Se refería a las vidas robadas de María Fernández García, de Barakaldo (53 años), vendedora y afiliada a UGT; Elvira Martínez Pascual, de Bilbao (48), afiliada al PSOE; Teresa Chiches Ledesma, de Bilbao (26) jornalera y afiliada a la CNT; Cecilia Idirin Garate, de Basauri (24); Ana Naranjo Martín, de Sestao (54), socialista; Juana Mir García, de Bilbao (32) periodista y nacionalista; Berta Peña Parra, de Sestao (42), trabajadora doméstica y socialista; Adelina Fernández Pérez, de Bilbao (48), pescatera y afiliada a la CNT; Feliciana Echave Artola, de Bilbao, (39), trabajadora doméstica; Juana Abascal Nicolás, de Castro-Urdiales, (29), jornalera, y Leónides Antruejo Lorenzo, de Sestao (35 años) trabajadora doméstica y socialista.

https://www.deia.eus/bilbao/2022/11/26/bilbao-rescata-chalet-orue-11-6261557.html