Alberto Muñoz Robert

Iznalloz
Granada
González Alcalde, Silvia

Alberto Muñoz Robert, maestro de Iznalloz

Silvia González Alcalde*

Alberto Muñoz Robert era el único hijo del matrimonio entre Joaquín Muñoz, industrial, y Juana Robert, maestra, ambos vecinos de Martos (Jaén). Juana es una mujer decidida y culta que escribe prosa y poesía, muy religiosa, adelantada a su tiempo, es una de las primeras mujeres que escribe en prensa en Andalucía como recoge Carmen Ramírez en Mujeres escritoras en la prensa andaluza del siglo XX (1900-1950). Su relación con la escritura y el arte viene de lejos, de hecho, hay referencias a ella en la Moda Elegante de 1900 y es una de las ganadoras de un concurso internacional de bordado por estas mismas fechas. Esta actividad parece intensificarse en la Granada de los años 20 desplegando una gran producción en diarios como El Defensor de Granada, donde tuvo una sección fija, o revistas locales como El Éxito, Reflejos o Granada Gráfica, e, incluso, en periódicos de otras provincias como el católico La Gaceta de Tenerife.

Maestra desde los 18 años, en 1886 funda la escuela de primaria de niñas ‘El Sagrado Corazón de Jesús’, en Martos,[1] una escuela no oficial de la que tenemos una abundante documentación que figura en el Archivo de la Universidad de Granada. Imbuida por la nueva Pedagogía de la Institución libre de Enseñanza destaca en la metodología empleada el «método intuitivo» o la «abolición de los castigos corporales» y sobre la aplicación de premios y castigos, únicamente «los recomendados por la pedagogía moderna», tal como destaca ella misma en los informes.

No es de extrañar, por tanto, que Alberto Muñoz Robert elija la enseñanza como profesión, en la que trabajará hasta su muerte con verdadera entrega y pasión. En el año 1914 se le concede la plaza de Iznalloz (Granada), donde desarrollará una intensa vida social y trabajará como maestro tanto de adultos como de niños.

En los años 20 se celebra en el cine Gran Capitán un acto en el que se honra al Magisterio, siendo uno de los participantes con Enrique Vargas Corpas,[2] otra de las grandes figuras del Magisterio granadino.

«Momentos son los actuales en que se hace inaplazable el reedificar nuestra Patria, si queremos codearnos con las demás naciones europeas. En toda construcción es preciso empezar por los cimientos que a medida que son más profundos y sólidos, el edificio se erige con más estabilidad.

»Y cuando los hoy inocentes niños crezcan y su ya reflexiva razón les haga comprender los inmensos beneficios recibidos con la educación no podrán por menos exclamar en cariñosa frase de agradecimiento: ¡Patria mía me has salvado!».[3]

Este compromiso con el Magisterio le lleva a afiliarse a la FETE-UGT, en la que desempeñará cargos, tanto de vicepresidente,[4] como de tesorero, secretario y vocal. Según el informe del secretario de la Asociación del Magisterio, Antonio Heras Gómez, en su expediente de depuración era «un convencido dirigente socialista (…) que sembró sus ideas en Iznalloz y más tarde en Granada».[5]

«Esta Asociación celebró el día 1 la asamblea anunciada, a la que asistieron buen número de asociados. Se estudiaron con detenimiento los puntos a tratar y se eligió nueva Directiva, habiendo sido designados: presidente, don Pedro Fernández Sánchez; vicepresidente, don Juan Carreño Vargas; secretario, don José María Morales Hidalgo; vicesecretario, don Francisco Revelles Gómez; tesorero, don Marcelino Tamayo Gea; vocales: don Antonio Fernández Abril y don Alberto Muñoz Robert».[6]

Con el advenimiento de la República, Alberto Muñoz se implica en la política local de Iznalloz constituyendo, el 17 de julio de 1931, con el médico Saturnino Reyes Vázquez la Agrupación Socialista de la que fue vicepresidente.[7] En Iznalloz, a las 9 de la noche del día 14 de abril se proclama la República, formándose un Comité del que ambos forman parte y siendo Alberto Muñoz Robert el que iza la bandera tricolor en el balcón central del Ayuntamiento.

«Fue leído al pueblo un bando en el que se proclamaba la República y se recomendaba a los ciudadanos el orden y el respeto al Comité, que representaba en aquellos momentos la única autoridad gubernativa legítima en la población».[8]

Su actividad política en esos años es grande participando en los banquetes de homenaje a Fernando de los Ríos y Gabriel Bonilla, al inspector Fernando Sainz Ruiz, o en la Fiesta del Trabajo en Iznalloz,[9] en la que se dirige a los congregados.

«Exhorto a los obreros a que amasen el trabajo, no siendo en el instrumento de castigo ni estigma de degradación, sino como instrumento que dignifica al hombre y el medio de que España progrese».

Hizo resaltar que «el trabajo no solo se debía como deber, sino que también era un derecho, y en tal sentido no debiera haber personas faltas de ocupación, pues negar el trabajo era tanto como negar la vida».

En abril de 1934 obtiene un nuevo destino en Granada pasando a la escuela graduada de niños número 2 de Gran Vía, «Mariana Pineda». Posteriormente, en el año 1935, consigue la habilitación nacional. Quizás, una de sus facetas más interesantes e importantes es la de responsable de la información sobre el Magisterio de El Defensor de Granada. Así podemos entenderlo en el mismo Expediente de Depuración que señala que como «redactor de El Defensor de Granada, donde tenía su sección de Enseñanza, a la que imprimía marcada tendencia izquierdista, así como a sus demás escritos. Su labor pedagógica, deficiente por dedicar su atención como queda dicho, preferentemente, a las acciones políticas».

Cuando estalla el golpe se encuentra en su casa de Granada con su madre, su mujer, Josefa Rosell, y sus tres hijos. Será detenido y conducido a la cárcel de Granada acusado, entre otras cosas, de ser «muy socialista e íntimo de (Alejandro) Otero».

El día 4 de septiembre de 1936 Alberto Muñoz Robert fue fusilado en las tapias del cementerio de Granada terminando de esta forma una vida dedicada a la enseñanza.

«Es de indiscutible necesidad que los Gobiernos concentren su atención en la escuela como único camino redentor de nuestros males, bálsamo pacificador de las luchas intestinas que hoy mueven a la sociedad, fuente inagotable de progreso y amor».

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Notas

* Alberto Muñoz Robert, maestro de Iznalloz, defensor del Magisterio de Granada procede del Blog Foro de la Memoria (sábado, 17 de junio de 2023). Su autora, Silvia González, una referencia en la investigación de la Memoria Democrática, nos ofrece este impresionante homenaje a un maestro fusilado por los franquistas, tras una vida dedicada al Magisterio. También se publicó en http://www.elindependientedegranada.es/blog/alberto-munoz-robert-maestro-iznalloz-defensormagisterio-Granada Gracias a María y a Juan Ignacio por todo, y a la Diputación de Granada por apoyar este espacio. Nuestra única “arma” contra el olvido ha sido el rigor y la palabra. Seguiremos.

[1] “En la ciudad de Martos había cuatro escuelas públicas de niñas a cargo de Manuela de Torres Ruiz, Encarnación Puerta Pérez, María Ponce Marín y Carmen Rodríguez López. Además, se fueron construyendo algunos colegios privados. Uno de los primeros en legalizarse (14 de noviembre de 1902) fue el colegio «para señoritas» de «El Sagrado Corazón de Jesús», dirigido por Juana Robert de Muñoz; disponía de dos aulas.” (VII Congreso virtual sobre Historia de Las Mujeres).

[2] Enrique Vargas Corpas será fusilado en las tapias del Cementerio de Granada.

[3] Revista del Magisterio. Granada. 5 de julio de 1919, páginas 2-3 Discurso de Alberto Muñoz Robert.

[4] El Defensor de Granada, 19 de julio de 1932.

[5] AGA, Sección Educación, Expediente de Depuración de Alberto Muñoz Robert 32-12612-00060.

[6] El Defensor de Granada, 4 de septiembre de 1934. Se da la circunstancia de que esta directiva sería totalmente aniquilada. Excepto Marcelino Tamayo Gea que combatió con el Ejército Republicano y Juan Carreño Vargas fue asesinado tras ser detenido por la policía, el esto de maestros fueron fusilados entre Víznar y Alfacar y las tapias del Cementerio de Granada.

[7] El Defensor de Granada, 27 de abril de 1931.

[8] El Defensor de Granada, 18 de abril de 1931.

[9] El Defensor de Granada, 6 de mayo de 1931.

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