Datos Personales y Vicisitudes
Antonio Alcalá López, hijo de Antonio Alcalá Calmaestra y de Aurora López nació en Cortes de la Frontera (Málaga) el 15 de noviembre de 1908. Hijo de un militar que fue trasladado a Barcelona en 1911, parte de su infancia transcurrió en Cataluña. A su regreso a Andalucía en 1918, concluyó el Bachillerato en Cádiz en cuya Facultad de Medicina, integrada en la Universidad de Sevilla, realizará su licenciatura. Posteriormente se especializaría en Oftalmología, ampliando también su formación en París. Además del castellano, dominaba los idiomas inglés, francés e italiano y en menor medida, el alemán.
Establecido en Málaga desde 1931, donde se casó en 1936 con doña Carmen Fernández Diguria, desarrolló su carrera profesional y literaria hasta su muerte en 1996 en esta ciudad, dando el relevo en la dirección del Instituto de Neurociencias Alcalá a su hijo, el también oftalmólogo, Antonio Alcalá Fernández, en 1963.
Su afición por la filatelia –comenzó a los once años su colección de sellos de todo el mundo— a la que durante su largo encarcelamiento parece dedicó mucho tiempo, se reflejó en el significado papel que desempeñó en el Grupo Filatélico de la Sociedad Económica de Amigos del País de Málaga en la que ingresó en 1950. Al frente del grupo desempeñó los cargos de secretario, presidente y presidente honorario. Como directivo independizó al grupo y lo convirtió en el Círculo Filatélico y Numismático de Málaga, del que fue presidente. Fue asimismo vicepresidente de la Federación Española de Sociedades Filatélicas (FESOFI) entre 1968 y 1977 y tuvo una destacada intervención en la constitución de la Federación Andaluza de Sociedades Filatélicas, en 1971. Por su actividad de divulgación recibió distintas menciones y condecoraciones, entre otras las siguientes: Placa al mejor filatelista andaluz del año 1982, Medalla de FESOFI en 1983, Medalla de Oro individual al Mérito Filatélico en 1984 y Medalla Pedro Monge de la AHPFN en 1985. Fue elegido miembro de la Academia Hispánica de Filatelia en 1984 y pasó de electo a numerario en ese mismo año con su discurso sobre Málaga y la Filatelia.
Formación académica
Licenciado en Medicina por la Universidad de Sevilla el 25 de junio de 1930.
Obtuvo el título de especialista en Oftalmología en la Universidad de Granada el 20 de julio de 1964.
Puestos y cargos desempeñados
Colegiado en marzo de 1931, en 1936 desempeñó los cargos de tesorero, bibliotecario y secretario del Colegio Oficial de Médicos de la provincia de Málaga. Como bibliotecario, elaboró un proyecto de régimen de la biblioteca y catalogó sus fondos. Y como secretario, el 17 de diciembre de 1936, “en vista de los abusos que en el uso del brazalete se venía cometiendo”, publicaría en la prensa una nota donde avisaba a los colegiados de que el “brazalete de médico” quedaba prohibido en el plazo de doce días, sustituyéndose el mismo por una placa de plata con el escudo de Málaga, la Cruz de Malta en rojo y la palabra Medico. Este distintivo sería de uso obligatorio a partir de aquella fecha y solo se podría adquirir en el Colegio Médico.
En enero de 1934, al constituirse el Sindicato de Médicos, el doctor Alcalá sería su secretario y un año más tarde sería elegido presidente.
En septiembre de 1934 fue elegido bibliotecario de la Academia de Ciencias Médicas de Málaga que presidía el doctor José Lazárraga Avechucho y cuyo secretario era Julio Mowbray Barberán.
Durante la Guerra Civil prestó servicios como facultativo en el hospital de sangre que se instaló en el Hotel Miramar de la capital malagueña.
Director de la Casa de Expósitos de Málaga desde el 12 de septiembre de 1936 hasta principios de 1937.
El 30 de noviembre de 1940 vuelve a colegiarse en el Colegio de Médicos malagueño.
En 1971 al constituirse la Sociedad Ergoftalmológica Española, sería vocal de su junta directiva, elegida el 20 de Septiembre de aquel año.
Activismo político
Durante la II República militó en el Partido Socialista en el que causó baja después de los sucesos de Asturias.
Como presidente del Sindicato de Médicos de Málaga y su provincia, afecto a la UGT, el 21 de agosto de 1936, Antonio Alcalá López, tuvo que hacer pública la postura de los profesionales malagueños, exigida por la CNT, a través de Santana Calero a los intelectuales, médicos, jueces y abogados en el sentido de definir su posicionamiento con respecto a la revolución. Los médicos, afirmaba el doctor Alcalá, “debían ser neutrales en la guerra porque su deber era la salvación de cualquier vida humana. El sindicato, no obstante se declaraba a favor de la causa del pueblo y de forma implícita aceptaba la situación creada en Málaga tras el golpe militar”.
La personalidad inquieta y curiosa de Antonio Alcalá se manifestó durante su estancia en la prisión. Allí se le permitió trabajar en la enfermería colaborando con el personal médico como médico auxiliar. Anteriormente había estado encargado del servicio de celdas del que fue trasladado para evitar un trato excesivo con los reclusos. Paralelamente impartió clases a grupos de presos a los que enseñaba a leer y a escribir. Según su testimonio, leía a sus compañeros de prisión, fragmentos de La Historia de la Humanidad de Hendrik Van Loo a la vez que confeccionaba un interesante álbum de sellos, clasificados por nacionalidades e ilustrado con comentarios geográficos e históricos. Pero sería precisamente la singularidad de su conducta lo que llamaría la atención de quienes terminaron denunciándolo. Un médico y un periodista falangista quien convivió con él en la prisión malagueña, lo acusaron de instrumentalizar sus clases de historia para mantener la moral de los presos y la confianza en la derrota del ejército rebelde al que comparaba con el de los rusos blancos. Según las mismas acusaciones, el médico utilizaba los textos escritos en su colección de sellos para ironizar sobre Franco. De ser ciertas las manifestaciones que sus acusadores y sus pacientes le atribuyen, Alcalá mantuvo en la prisión una fe inquebrantable en la victoria de la República y desde un fino sarcasmo comparaba la situación de los pacientes cuando esta era comprometida con la situación del ejército nacionalista. Por este tipo de manifestaciones fue de nuevo procesado en febrero de 1939.
Causas de la represión
Por su antigua filiación en el Partido Socialista y los cargos desempeñados tanto en el Colegio Oficial como en el Sindicato de Médicos, así como por la dirección de la Casa de Expósitos de Málaga durante la Guerra Civil, fue procesado por el Juzgado Militar n. º 12, acusado de un delito de Rebelión Militar y juzgado en el Consejo de Guerra Permanente n. º 2 de Málaga el 11 de octubre de 1937 que lo sentenció por el delito de Auxilio a la Rebelión a doce años y un día de reclusión temporal y a la inhabilitación absoluta temporal.
En febrero de 1939, cuando cumplía condena en la prisión provincial de Málaga, Antonio Alcalá fue de nuevo procesado. Las actuaciones sumariales comenzaron a consecuencia de una denuncia de un compañero de prisión, periodista de La Unión Mercantil. A lo largo del proceso, si bien algunos testigos intentaron minimizar el sentido de sus comentarios, otros, entre los que precisamente se encontraban los colegas con los que había trabajado en la prisión, lo acusaron duramente de desafección a la Causa Nacional.
El 31 de agosto de 1940, salió de la cárcel malagueña al concedérsele la prisión atenuada. Entonces retomaría su actividad como médico oculista en su consulta de la calle San Juan de Dios de Málaga.
El 10 de mayo de 1952 volvería a ingresar en la prisión provincial a disposición del Juzgado Militar n.º 5 de Málaga, pero once días más el Juzgado Militar nº 51, decretará su libertad definitiva.
Publicaciones personales
Como médico oculista, ya en 1936 vieron la luz algunos de los fundamentos de su especialidad en el trabajo publicado bajo el título, Nuestros ojos y sus defectos ¿Por qué no vemos bien?, Madrid: Ediciones Bergura, con 23 láminas.
Entre 1934 y 1948, publicó en la revista Archivos de la Sociedad Oftalmológica Hispano-Americana, los siguientes siete artículos: “Un nuevo caso de desplazamiento congénito de los cristalinos”, Vol. 34, n. º 399, Segunda serie, tomo 9, n. º 99, 1934, pp. 154-158; “Lenticono posterior y falso lenticono a propósito de una nueva observación”, Vol. 35, n. º 418, Segunda serie, tomo 10, n. º 118), 1935, pp. 505-514; “Un método fácil y rápido para medir las heteroforias”, Tomo 5, n. º 8, 1945, pp. 697-698; “Un dispositivo para el examen de la mancha ciega”, Tomo 5, n. º 8, 1945, pp. 698-700; “Un modelo de caja de optotipos”, Tomo 8, n. º 9, 1948, pp. 901-906; “Mi lámpara de cámara oscura”, Tomo 8, n. º 9, 1948, pp. 946-948 e “Inesperado hallazgo al operar una dacriocistitis”, Tomo 8, n. º 10, 1948, pp. 1046-1054.
En 1950, obtuvo el premio “Candido Gómez del Río”, del Colegio Oficial de Médicos de Málaga por su obra Lo que debe saberse de los antisépticos oculares.
Como filatélico la actividad de Antonio Alcalá fue muy intensa y su labor de divulgación se refleja en sus libros como Andalucía a través de los sellos, Barcelona: Ediciones Emeuve, 1968, así como en numerosos artículos en el Boletín del Círculo Filatélico y en revistas como El Eco Filatélico, Madrid Filatélico, Revista de Filatelia y Valencia Filatélica, entre otras.
Su afición por la historia que compartió con su hermano, el historiador y cronista oficial marbellí, Fernando Alcalá Marín, se plasmó en El camino de la vida. Los años felices, novela histórica en la que autor recrea la vida en la ciudad de Málaga durante el reinado de Carlos III a través de la mirada de un médico de la armada. Presentada bajo el lema Andalucía, esta obra fue ganadora del Premio Ciudad de Marbella del año 1978, cuyo jurado presidió Camilo José Cela. Años más tarde, la novela citada, primera de una trilogía fue continuada en dos volúmenes titulados: Los años terribles y Los años amargos. Con anterioridad, en el año 1943 había publicado otra novela de carácter histórico, Bajo el cielo filipino.
El último libro publicado por su hermano Fernando, Crónica de Marbella, incorpora un artículo escrito por Antonio, titulado “Los musulmanes de Marbella. Vida cotidiana” que ya se había publicado en Marbella, en la revista Romero, n. º 2, 1984, pp. 21-26.
Fuentes de archivo
Publicaciones sobre el autor
Iconografía
En Internet en [http://www.rahf.es/paginas/Academicos/Numero.html] existe una fotografía de 1984.
En el libro: Prados Carmona, Gabriel, Málaga y sus médicos: de los felices 20 a 1936, Málaga: Grupo Editorial 33, S. L., 2006, p. 565 aparece una fotografía de 1931. Para reproducirla habría que pedir permiso por escrito a los editores.
Fuente: http://generacionesdeplata.fundaciondescubre.es/2013/11/12/antonio-alcala-lopez-cortes-de-la-frontra-malaga-1908-malaga-1996/