Benito Charneca González

El Cerro de Andévalo
Huelva
Ramírez Copeiro del Villar, Jesús

Benito Charneca González «Lechones» nació en El Cerro de Andévalo, el 20 de octubre de 1912. Fue minero en Perrunal y en San Telmo (Cortegana). Huyó de esta mina en agosto de 1936 y buscó refugio en la sierra, alimentándose gracias a la ayuda de familiares o en los cortijos. Antonio Masera, que vivía en la misma barriada minera que Benito Charneca, visitó en una ocasión el campamento de los huidos: El campamento de los huidos —comenta— estaba constituido por una treintena de chozas de tierra, muy bajitas, a lo sumo de un metro de altura, donde había que meterse tendido. Benito Charneca dejó en San Telmo a su esposa, Magdalena Rufo Romero, y a su hijo José, un bebé de cuatro meses. Finalmente, logró llegar a las líneas repu-blicanas, no sin que uno de sus camaradas perdiera la vida y él fuera herido en el rostro. Luchó en distintos frentes y acabó exiliado en Francia.

Estuvo internado dieciséis meses en el campo de Saint-Cyprien, durmiendo en la playa sobre la arena y vigilado por soldados senegaleses. Iniciada la guerra mundial la industria francesa precisaba mano de obra, así que Benito Charneca y otros refugiados se colocaron en las minas de carbón de Alès (Gard). Allí conoció a Eusebia Rodríguez Fernández, casándose en 1944. Tuvieron cinco hijos. Mi madre era de Nerva —dice su hijo Michel— y con cuatro años llegó con sus padres a Francia en 1923. Benito Charneca obtuvo la nacionalidad francesa en 1973 y ese mismo año viajó a San Telmo para visitar a su familia. La esposa Magdalena había rehecho su vida en Huelva, así que Benito sólo pudo ver a su hijo José. El encuentro entre padre e hijo fue frío, como era de esperar. Mi padre se excusó contándome lo mucho que había pasado para llegar a Francia —narra su hijo José— y las dificultades que tuvo allí. Me dio un abrazo y me rogó que le perdonase. Benito Charneca trabajó en Alès hasta su jubilación y falleció en esa ciudad el 16 de mayo de 1999.

Rara vez hablaba mi padre de su vida —prosigue su hijo Michel— tenía veintisiete años cuando se opuso al golpe militar, así que tuvo que salir del pueblo, dejando a su familia y a su país. Era de izquierdas y de haberse quedado, probablemente hubiera sido fusilado.   

Fuentes: Michel Charneca (hijo, residente en Francia); José Charneca Rufo «Pepe Lechones» (hijo); Andrés Charneca Sánchez (hermanastro); Antonio Masera Moriña (vecino); Archivo Municipal de El Cerro de Andévalo, Libro Quintas, leg. 64; Registro  Civil de El Cerro de Andévalo, Nacimientos, tomo 30, fol. 244.

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