Bernardo Piña Cruces

San Roque
Cádiz

Que esta página, escrita con la intención de dar a conocer la vida y la muerte de Bernardo Piña Cruces, contribuya a poner en el lugar que se merecen a aquellos hombres y mujeres a los que por defender la justicia y la libertad se les arrebató la vida.

Nació en 1917, en San Roque (Cádiz), en el seno de una familia de clase acomodada, era contable.

Republicano, militante comunista, con el golpe militar de julio de 1936 y el avance de las tropas franquistas ocupando Andalucía, huyó hacia el norte, se alistó en las filas del Ejército Popular Republicano y fue teniente de ametralladoras participando en la batalla del Ebro (que duró 131 días), apoyando el paso del río en el año 1938, con el General Modesto.

Al terminar la guerra huyó a Francia y después a Casablanca, donde conoció a su mujer Carmen Rodríguez García, con quien contrajo matrimonio. Ella tenía 19 años. Ya en Casablanca inició la lucha contra el franquismo en las files del PCE.

Su tío, uno de los hermanos de su padre, sacerdote, le aseguró que no sufriría represalias por parte de los vencedores, por lo que Bernardo decidió ir a vivir a Tánger acompañado de su joven mujer y su recién nacida hija Lucía, donde fue obligado a alistarse en el ejército franquista para cumplir el servicio militar.

Con el valor que le caracterizaba y a pesar de estar en el ejército siguió participando en la distribución de propaganda clandestina lo que fue causa de su detención en diciembre de 1942.

Bernardo Piña Cruces falleció lejos de su tierra, cuando cumplía 25 años. Su hija Lucía, tenía apenas cinco meses de edad. Las numerosas gestiones de familiares suyos, incluido el tío sacerdote, no dieron resultado: fue interrogado y torturado hasta su muerte en enero del 1943. Fueron largos también los interrogatorios de su esposa Carmen con su hija de cinco meses en brazos. La joven mujer, avisada de su fallecimiento, sólo pudo ver el cadáver de su marido, sin poder ocuparse de su sepultura.

Los años fueron pasando y tanto Carmen como su hija Lucía no sabían dónde yacían sus restos, pensando que su cuerpo fue abandonado en una cuneta.

Su hija Lucía había tenido presente en su corazón a su padre toda su vida y en su memoria estaban también aquellos interrogatorios que presenció con sólo 5 meses. Aquellos gritos y la angustia de su madre se quedaron dentro de ella.

Lucía no sabía por donde empezar a buscar a su padre. ¿Estaba enterrado en Ceuta o quizás en Tetuán (actualmente Marroquí)?

Siguiendo el rastro de la Certificación de defunción de Bernardo (hijo de: no consta, domiciliado en no consta, de estado no consta), escarbando en diferentes archivos: cementerio, fortaleza militar, hospital militar, consulado etc. llegó la gran sorpresa: los restos de Bernardo aparecieron en un nicho del Cementerio de Ceuta junto con los del sacerdote que le aconsejo volver (muerto en 1956). Nadie lo supo nunca. La herida permaneció abierta durante casi 70 años.

Lo que siempre ha sabido Lucía es que su padre siempre luchó por la libertad y la justicia.

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