Segundo hijo varón del matrimonio formado por el jornalero Manuel Romero Cantero y M.ª Josefa Ortega de Haro, el anarquista y guerrillero antifranquista Carmelo Romero Ortega nació el 10 de junio de 1909 en el número 11 de la calle Elorza de la aldea de Fábrica del Hierro (Cazalla de la Sierra, Sevilla). Como la mayoría de niños de su generación y condición social, apenas si tuvo tiempo de ir a la escuela y aprender a leer y escribir cuando tuvo que ponerse a trabajar para ayudar al sostenimiento de la economía familiar.
A finales de 1932, poco después de volver licenciado del servicio militar que realizó en África, se afilió al Sindicato de Oficios Varios de la CNT de Cazalla. Trabajando en lo que salía permaneció hasta que sobrevenido el golpe militar en julio de 1936 marchó a Cazalla donde se puso a las órdenes del Comité de Defensa. Días después de tomar parte en los combates del 5 de agosto, fecha en que los milicianos de Cazalla lograron derrotar a la columna golpista que mandaba Ramón de Carranza en su intento por ocupar la localidad, abandonó el pueblo siguiendo la orden de evacuación dictada por el citado Comité.
Días más tarde se incorporaba en Castuera (Badajoz) a un batallón de milicianos confederales que formaba parte de la llamada Columna Andalucía-Extremadura y a cuyo frente iba el anarquista de Carmona Manuel Mora, unidad con la que llegó combatiendo hasta Madrid. Tras la reorganización del ejército republicano en 1937 ingresaría en la 47 Brigada Mixta de la 6ª División, con la que tomó parte en la defensa de Madrid, siendo ascendido a cabo a comienzos de agosto de 1938.
Detenido en la localidad toledana de Urda al finalizar la guerra fue internado en la Prisión Militar de Los Lavaderos de Peñarroya donde permaneció interno hasta el 15 de junio de 1939, fecha en que fue pasaportado para Cazalla y donde coincidió con su paisano Antonio Sevilla Morales y con José Martín Campo (el Tripas). El 29 de mayo consta su presentación ante el comandante militar de la localidad, quien, tras tomarle declaración, ordenó su ingreso en la Prisión del Partido a disposición del Juzgado Militar n.º 62 de la localidad. A primeros de agosto de ese mismo año sería trasladado a la Prisión Provincial de Sevilla, donde permanecería interno hasta que a principios de febrero de 1941, mientras se tramitaba su causa, fue puesto en libertad condicional.
Tras su salida de prisión fijaría su residencia en la localidad de El Pedroso, donde por aquellas fechas residían su madre y su hermana desde que en agosto de 1936 tuviesen que abandonar su domicilio en la aldea de Fábrica de Hierro, ocupada y utilizada desde entonces como polvorín y acuartelamiento por el ejército franquista. Para tratar de sobrevivir comenzó a trabajar en un rancho carbonero en la finca Las Jarillas, lugar donde tomaría contacto con la guerrilla del Tripas con la que al poco tiempo comenzó a colaborar como enlace de información y abastecimiento. Descubierto en sus actividades después de que a mediados de agosto participara en el asalto al cortijo de La Zahurda del término de Almadén de la Plata, ya no volvería a su casa ni a su rancho, incorporándose de pleno a la citada guerrilla.
Numerosas fueron las acciones en las que participó durante sus tres años de vida en la sierra formando parte de los grupos del Tripas y del Chato de Malcocinado, con los que actuó en los territorios limítrofes de Sevilla y Badajoz, periodo en el que durante un tiempo residió clandestinamente bajo el alias de Pepe en la casa número 13 de la calle Muñoz Torrero de Azuaga, vivienda que ocupaba su amante, la vecina Inés Blázquez Durán, la Montesina, que actuaba de enlace de intendencia para la guerrilla.
El último golpe en el que participó tuvo lugar el 14 de octubre de 1944, día en que el grupo compuesto por Carmelo Romero, sus paisanos José González Espino (Ganazo) y José Jiménez Muñoz, y José Martín Campos (el Tripas) secuestró al propietario agrícola de Cazalla Domingo Gómez Álvarez en las inmediaciones de su finca Las Corchas.
Apenas una semana más tarde, el 20 de octubre, perdía la vida en el barranco de La Tornera del término de El Pedroso junto a los tres guerrilleros anteriormente citados. De lo ocurrido entre la noche del día 19 y la mañana del 20 nada sabemos con certeza. Para la Guardia Civil y la justicia militar franquista los guerrilleros murieron a manos de la contrapartida que mandaba el cabo José Ruano Pascual, a quien acompañaba como práctico del terreno un antiguo guerrillero apodado Chocolate (Francisco Moruno Macías) que meses antes se había entregado y fue quien llevó a los guardias hasta el campamento de La Tornera. Sin embargo, tanto los familiares de José González Espino (Ganazo) y José Jiménez Muñoz, como diversos testimonios recabados por el autor entre los habitantes de las localidades de Cazalla de la Sierra y El Pedroso sostienen que, en realidad, antes de su ejecución, los guerrilleros fueron envenenados a través de la leche que diariamente les suministraba un cabrero de la zona, la cual, siguiendo los dictados del capitán de la Guardia Civil Ramón Jiménez Martínez, había sido previamente preparada en una farmacia de Cazalla.
Según se desprende del informe de los facultativos Jacinto Vera Campos, Manuel Nosea Portero y Luis Odriozola y Ortiz de la Torre, Carmelo Romero presentaba cinco heridas de bala del calibre 9 milímetros; una con orificio de entrada en la carótida derecha y salida por el ojo izquierdo; otra en la región pectoral mayor con dirección hacia la axila izquierda; una tercera en la columna vertebral a nivel de la segunda vértebra dorsal; la cuarta estaba situada en el lado derecho de la región sacra lateral con salida por el glúteo del mismo lado; y la quinta y última aparecía en la región axilar izquierda.
Fuentes:
- Archivo del Tribunal Militar Territorial 2º (Sevilla): Causas 1433/41 y 1085/44
- Archivo del Tribunal Militar Territorial 1º, Fondo Madrid, S.º 123649, leg. 2283
- Jiménez Cubero, J. A.: ¡A vida o muerte! Guerrillas antifranquistas en las sierras del norte de Sevilla.