Cayetano Bolívar

Málaga

Quien se acercara a su posición social y su prestigio profesional hubiera pensado en otra trayectoria para Cayetano Bolívar. Comprometido ideológica y políticamente desde hacía algunos años, se convirtió en el primer diputado del Partido Comunista de España en 1933 por la circunscripción de Málaga, y el único de la legislatura del llamado Bienio Negro. Su vida fue una sucesión de desgracias, hasta que fuera fusilado en Granada, al final de la Guerra Civil. Con los años, el mismo régimen que acabó con su vida, se encargó de enterrar su memoria.

Una vida comprometida

En Frailes (Jaén), en 1897 nace Cayetano en el seno de una familia numerosa pero económicamente desahogada. Estudian los hijos, algo entonces reservado a un sector muy restringido y Cayetano eligió Medicina en la especialidad de Ginecología. Su excelente expediente le permitió en 1924 cursar el doctorado en Alemania, en la Fragüen-Klinik de Berlín y en Leipzig debió influirle sin duda alguna.

Trasladado a Málaga, empieza a ejercer su profesión. La autora de estas líneas ha hablado con personas que fueron atendidas por él en el Hospital Civil y también en casas particulares, pues en los hogares humildes, era requerido con más insistencia que otros compañeros por su trato afable y desinteresado. Sus visitas en las casas de los barrios obreros como Perchel, Bulto, Trinidad o Palo, le pusieron en contacto con las condiciones de vida de la clase trabajadora malagueña. Y no pocas veces, durante su labor como diputado, las recordaría. Que en los hogares más pobres que visitaba no cobraba visita y aún dejaba dinero para comprar medicinas o para hacer un caldo -porque muchas de aquellas enfermedades eran carenciales- le dieron una gran popularidad y su reconocimiento y su respeto se extendía como una mancha de aceite por la capital, mientras que en otras provincias era considerado uno de los mejores entre los de su especialidad. Insistió en instituciones como el Ayuntamiento para ingresar en el Cuerpo de la Beneficencia Municipal pero tuvo que ejercer la beneficencia de forma particular y limitar la implantación del socialismo a la casona familiar convertida en sanatorio.

Menos conocidas entonces eran sus inquietudes políticas y sociales. Ingresó en la masonería, en la logia Pitágoras, donde se asignó el sobrenombre de Lenin, como luego, andando el tiempo llamaría a su propio hijo. Pero no se limitó a esta actividad, compartida, dicho sea de paso, por muchos liberales de la época, sino que militó en el PCE. Hoy sabemos que Cayetano Bolívar fue del Comité Provincial en 1925, en una difícil etapa de clandestinidad coincidente con la dictadura de Primo de Rivera. Participa en aquellas tertulias de donde saldrían personajes destacados de la vida política y cultural durante la Segunda República, y que eran punto de encuentro de Emilio Prados, José Ochoa, pero también de los jóvenes Luis Abollado, los hermanos Gonzalo y Adolfo Sánchez Vázquez, Juan Rejano, etc… Entre discusiones e intercambios de pareceres se forma un núcleo que, años después sería el de los intelectuales de la organización comunista local, pues lejos del perfil que sobre los comunistas se tenía y más aún se afianzaría con la propaganda franquista, maestros, traductores, poetas -el mismo Bolívar es un ejemplo- formaban el núcleo del PCE malagueño.

En los anexos del hospital que era parte de su propia casa vivía Cayetano con su mujer Piedad, sus tres hijos Expecta, Sol y Cayetano y su madre Dña. Expectación, quien andaba siempre entre crucifijos y altares, algunos de los cuales, durante la guerra fueron confiscados. El mismo sanatorio, después de febrero de 1937, con la ocupación franquista, pasaría a ser un Hogar Azul, atendido por señoritas de la Sección Femenina.

En octubre de 1930, cuando las huelgas arreciaban en España y adquirían una fuerte significación política, en Málaga se declara una en el puerto, que se generaliza y que es duramente reprimida. Bolívar es detenido por primera vez, permaneciendo en la cárcel nueve días y fue presentado candidato en las elecciones municipales de abril de 1931 en el distrito décimo de “La Constancia”. La proclamación de la República debió ser para él una alegría a medias, pues el cambio que preconizaba iba mucho más allá que el establecimiento de una democracia parlamentaria y una Constitución republicana. Pero tampoco fue reacio a la utilización de las instituciones oficiales, no como fin, pero sí como medio.

En las legislativas de 1931, de nuevo, es presentado candidato, junto a Andrés Rodríguez y Enrique Sánchez. Bolívar obtiene 3109 votos en la capital y 2357 en la provincia. Para entonces, de nuevo ha sido detenido tras los sucesos de mayo de 1931 ¿Qué relación con la quema de conventos podía tener el bueno de Bolívar?. Esta república traicionada sigue estando frente a él. Sigue su militancia activa en el PCE, y masónica, colaborando además en el periódico “Rebeldías” y trabajando en su sanatorio.

La marcha en septiembre de 1931 a un pueblo de la provincia de Toledo, Villa de don Fadrique, es una incógnita a medias. No es casualidad que aquel destino fuera muy singular: el único pueblo que en las municipales de abril de 1931, consiguiera un alcalde comunista, D. Luis Circuéndez. Los más comprometidos de La Pequeña Rusia, como era llamado el pueblo, aseguran que ellos requirieron a Cayetano, pero sus adversarios prefirieron siempre la versión que le sitúa preparando la insurrección que tuvo lugar meses más tarde, que une los casos de Villa de Don Fadrique a Casas Viejas, Laraja, Alfaro, y tantos núcleos que durante la República fueron sede de enfrentamientos sangrientos entre huelguistas y fuerzas de seguridad.

De Villa de don Fadrique hace su nuevo hogar. Le acompaña su familia y sus hijos adquieren nuevos nombres: Expecta, Sol, Lenin, según la costumbre del pueblo. Allí se hace querido y está, sin duda, en su ambiente. Los sucesos de la Villa no son hechos aislados. Las exigencias de los trabajadores y las resistencias patronales provocaron choques violentos que se saldaron con muertos en muchos de los casos. Recién llegado Bolívar a la provincia de Toledo, en uno de los pueblos que limita la Villa, Corral de Almaguer hubo cinco muertos. Rápidamente las autoridades justificaban los hechos difundiendo la idea de una revolución en marcha. Se toman medidas excepcionales en la comarca, de manera que no se puede salir después de las nueve de la noche, y aumenta la dotación de la guardia civil, al mando de un cabo que afirma querer echar una nueva solería al pueblo con los cadáveres de los comunistas, siendo continuos los registros en busca de supuestas armas. La casa de Bolívar no es una excepción. Él mismo cuenta: “A mi casa fueron en busca de bombas, que, aseguraban, tenía a centenares. Y lo único que pudieron encontrar fueron 37 libros de literatura, Estado y ciencia y 300 hojas circulares del igualatorio que yo dirigía…

A finales de febrero de 1932 los jornaleros del campo plantean la huelga general ante el incumplimiento de las bases de trabajo vigentes, pero se abandona pronto. Hay rumores de que los patronos van armados y se reúnen secretamente en el casino, descubriéndose que para el 11 de mayo pretenden desalojar al alcalde de su puesto. La tensión va en aumento, cuando, a finales de junio, es la recolección. Los jornaleros acuerdan que, si bien están dispuestos a cobrar menos de lo que fijan las bases de trabajo oficiales, deberán trabajar todos equitativamente, pero no son contratadas 125 personas, que coinciden en ser las más combativas, mientras se da trabajo en el campo a zapateros, carpinteros, etc… Es la huelga de la siega. Las visitas al Gobernador Civil se multiplican por parte y parte y el contingente de la guardia civil se dobla. Un día hay un muerto y varios heridos en un choque entre la guardia civil y un grupo de huelguistas. Cuando llegan más refuerzos, matan a tres personas y registran las casas, según quedó denunciado, a la orden de los patronos del pueblo. A punto estuvieron de matar a Bolívar y su familia, cuando al grito de ¡A casa del médico comunista! se dirigen en actitud amenazante. Si se evitó fue por la llegada del Gobernador y el Teniente Coronel en Jefe, quienes le esposan y le utilizan como escudo en los registros, obligándole a entrar en las casas el primero por si alguien disparaba. Una vez terminada esta labor, es llevado al Ayuntamiento y allí junto a otros 50 trasladados la cárcel de Toledo, donde permanecería 17 meses. Las condiciones de vida en la prisión de Toledo y de otras cárceles españolas, fueron denunciadas una y otra vez en el Parlamento, pues él sentía cierta culpabilidad, al estar en libertad por haber sido elegido diputado mientras que los compañeros de la Villa de Don Fadrique permanecían presos.

Las elecciones generales de 1933

Estando Cayetano Bolívar en la cárcel se convocan elecciones generales para el 19 de noviembre de 1933. La organización basa su campaña en el Programa del Gobierno Obrero y Campesino y en la crítica a la gestión republicana, que según su propaganda, no habían sabido siquiera resolver los problemas de la revolución democrática, aún cuando el PCE no pretende sino una forma de gobierno y legislación distinta al Parlamento: los soviets. La campaña de la derecha fue ferozmente anticomunista, por lo que aún sorprenden más los resultados. Ninguno de los aspirantes ha alcanzado el 40% que hubiera llevado automáticamente la candidatura al Parlamento, pero el más votado ha sido Cayetano Bolívar, con 18.517. La Ley Electoral preveía la celebración, en tal caso, de la segunda vuelta electoral, para el 3 de diciembre de 1933.

Si como en pocos días se anuncia, se crea la coalición antimarxista, compuesta de dos cedistas y un radical frente a los partidos de izquierda desunidos, con toda seguridad hubieran triunfado. Los republicanos se apresuran a negociar: los radicales socialistas independientes y Acción Republicana, a los que pronto se unen los socialistas, presentándose el mayor problema al plantearse la unión con el PCE; una unión necesaria, dados los resultados electorales, pero difícil, ya que el PCE, en su estrategia no contempla la posibilidad de coaligarse, menos con los que considera burgueses, y aún socialfascistas, para llegar al Parlamento burgués. Sin embargo, la situación es para revisarla: Bolívar podría salir de la cárcel si se cede, aunque se le presione en las formas a los componentes de lo que bien podría llamarse Frente Único Antifascista. La firma de un compromiso revolucionario a los candidatos socialista y republicano, ponen a salvo al PCE de posteriores acusaciones entreguistas.

En Málaga se aprecia una Coalición Antimarxista efectiva, y una unión de republicanos y socialistas dispuestos a participar con los comunistas, habido el éxito de su primer y célebre candidato y así se hace. El día 3 de diciembre, Frente Único Antifascista vence a la Coalición Antimarxista: 88.911 votos frente a 63.408. Así es como Cayetano Bolívar pudo salir de la cárcel.

Su labor parlamentaria

Fue diputado durante las legislaturas 1933-1935 y 1936-1939. La primera, en cuanto al número de intervenciones, es la más importante, ya que a partir del 16 de marzo, cuando empezaron las sesiones de Cortes del Frente Popular, y sobre todo al declararse la guerra, se celebraron en diferentes puntos de España y de forma muy irregular.

Lo primero que destaca, al leer los Diarios de Sesiones de Cortes, es una actitud de enfrentamiento permanente y una clara utilización de dicho puesto para efectuar denuncias y dar a conocer hechos que, de ninguna otra forma, hubieran podido difundirse. Un lugar completamente adverso es lo que encuentra Bolívar, una vez que el Tribunal Supremo le declara comprendido en los beneficios de la Ley de Amnistía en la causa que se le siguió por los sucesos de Villa de don Fadrique, y asiste regularmente al Parlamento. Se aprecia claramente una primera etapa en que interviene con frecuencia, de forma rotunda, denunciando sin ningún tipo de reparos, el proceder del Gobierno. La mayoría de los parlamentarios le interrumpen para burlarse. Pretenden ridiculizar sus propuestas, se ríen si se equivoca o pronuncia mal un nombre, a cada momento le recuerdan algo de Rusia. A partir de octubre de 1934 su presencia se hace más molesta, lejos de ser objeto de frecuentes cortes a las intervenciones, de forma jocosa, se cruzan insultos, se intercambian acusaciones de asesinatos y se multiplican los intentos de agresión. La tensión llega su punto álgido durante el otoño e invierno de 1935, cuando se cierran las Cortes. Como si hubiera finalizado su misión, tras las elecciones en que triunfa el Frente Popular, hay escasas intervenciones, distendidas, respetadas y exclusivamente dedicadas a problemas de Málaga. En su vida personal, estos últimos meses de su actividad, previos a la guerra debieron ser los más tranquilos y gratificantes.

Cuentan que desde Málaga iba en tren a Madrid y en la estación de Atocha le recogía un grupo de camaradas, que le llevaba a las Cortes. Desaliñado, iba casi rapado y con unos pantalones zurcidos, pese a lo cual, en algún momento, durante una intervención le echaron en cara que vistiera chaqueta. Con más agrado, podía vérsele cumpliendo su labor en la calle, cuando era requerido en Jaén para que conociera los motivos de una huelga; o en Sevilla, cuando las mujeres de los presos políticos le piden que las acompañe a visitar al Gobernador… Nunca eludió este trabajo, ni dejó de tomar sus notas, escuchar a los afectados, responsabilizándose -mediante el amparo de su. puesto institucional- de las multas a “Mundo Obrero”, de manifestaciones espontáneas provocadas por sus visitas, etc… En estos tiempos difíciles cada paso que daba, cada acción suya le involucraba más, le situaba en un plano de responsabilidad mayor que siempre aceptó como un deber supremo.

Durante la legislatura 1933-1935 formuló 36 ruegos por escrito a Agricultura, Comunicaciones, Gobernación, Guerra, Hacienda, Instrucción Pública, justicia, Marina, Obras Públicas y Trabajo. Entre ellos hay peticiones particulares o denuncias de persecución y represalias en localidades determinadas. Algunos de estos ruegos tienen que ver con problemas de Málaga y su provincia, pero otros son de carácter general, como deficiencias en las cárceles, denuncias de abusos de empresas de ámbito estatal, entre otras. De su iniciativa parlamentaria durante la primera legislatura destacan: una proposición de ley, sobre medidas contra el paro forzoso; dos proposiciones incidentales, una relativa a la ocupación de lfni y otra sobre la política represiva del Gobierno; y una proposición no de ley, de una comisión para investigar excesos en la represión por los sucesos revolucionarios de Asturias, así como enmiendas al proyecto sobre haberes pasivos del Clero, al proyecto de Amnistía y al proyecto sobre movilización militar.

También hay que destacar que entre 1933-1935 intervino en la discusión de sesenta y dos asuntos: algunos contra la política del Gobierno y la situación de alerta, reiterando su protesta contra las medidas excepcionales, que llevaban a las organizaciones de oposición a la clandestinidad, su prensa, denunciando los atropellos sufridos por él mismo. Recuerda los sucesos de Villa de don Fadrique y denuncia una Ley de Amnistía que, asegura, condena a largas penas los pequeños robos provocados por el hambre, o los huelguistas y pone en libertad a los militares golpistas antirrepublicanos. Clama contra los casos de Strauss, Nombela, etc… enfrentándose a toda la Cámara. Cuando “Mundo Obrero”, o “La Bandera Roja” son suspendidos, pone ejemplares a disposición de la mesa presidencial, incluso lee trozos de artículos censurados; llama pistolero a Albiñana que está presente, fiera a Maeztu.. al conjunto de diputados los acusa de gandules cuando votan cerrar por vacaciones o de charca podrida que no sirve más que para, sostener al clero y los grandes terratenientes, Cámara de jesuitas

Durante la segunda legislatura la situación ha cambiado para su suerte. El PCE ha conseguido 16 diputados. Además de Málaga, otras ciudades como Bilbao, Madrid, Córdoba, Sevilla, Jaén, Oviedo, Badajoz, Pontevedra, Valencia, Tenerife, Las Palmas… siguen el ejemplo de Málaga. Cayetano Bolívar ha obtenido 52.748 votos, doblando así el respaldo obtenido en las elecciones anteriores. Arropado por sus compañeros es elegido para diversas comisiones. Durante este período formula un sólo ruego por escrito sobre los abusos contra sus obreros, de la Casa Larios de Málaga, e interviene en la discusión de cinco asuntos: al margen de la ayuda a los afectados por la galerna en el Cantábrico, son asuntos relacionados con la capital malagueña: de nuevo sobre artes prohibidas para la pesca en el litoral, los problemas que acarrea la compra de madera aserrada de Galicia, la subida de jornales a los ferroviarios y el cierre de la Industria malagueña.

La Guerra Civil

Los días previos a la sublevación del 18 de julio, los militantes del PCE sobre todo, son los que están más alerta y denuncian lo que se está preparando. Precisamente el día 17 de julio, Bolívar se dirige a Marruecos, pero no llega a pasar el Estrecho, cuando conoce los acontecimientos de ese día. Así daba comienzo para él otro calvario: nuevas responsabilidades le esperan, pero quienes realmente le conocieron coinciden en afirmar que Bolívar no estaba hecho para la Guerra. En los mismos informes confidenciales de la organización del PCE se reconoce.

Obtuvo el cargo de Comisario Delegado de Guerra en el sector de Málaga desde noviembre de 1936. Bolívar debía contar con el continuo enfrentamiento de los socialistas y no sólo a nivel local, con los anarquistas, con el mismo Gobierno, que sacrificaba Málaga, pues todas las peticiones de armamento y defensa eran desatendidas.. La brigadista E. Parshina le recuerda intentando cubrir la retirada de Málaga e intentando que los anarquistas no se escaparan llevándose las armas y en Motril tenía sus desavenencias con el Alcalde socialista por cuestiones estratégicas.

En declaraciones posteriores, afirmaría que “el frente de Málaga se ha caracterizado desde el primer momento por su falta de ligazón con el Estado Mayor, el Ministerio de la Guerra e incluso con los Jefes que ha habido del Ejército del Sur”. Acaso uno de los acontecimientos más amargos de su vida lo constituyó esa acusación por la pérdida de Málaga cuando él mismo había visto desoídas todas sus peticiones y propuestas de salvamento y evacuación de la población civil.

De su optimismo, aún cuando estaba cerca el final de la guerra, queda constancia en el recuerdo de un antiguo amigo de Villa de don Fadrique, al que visita durante su viaje desde Jaén a Madrid. Le comentaba que había tenido una entrevista con Negrín, quien le aseguró que se estaban recibiendo armas por la frontera del norte y que el reajuste que iba a haber en puntos claves del Ejército -es cuando es nombrado Comisario General del Ejército de Levante-, iba a ser fundamental para la evolución de la guerra. No sabernos si verdaderamente esa esperanza estuvo presente en él o se disipó antes de que a principios de marzo de 1939 el Coronel Segismundo Casado, jefe del Ejército del Centro declarara inconstitucional al Gobierno de Negrín y anunciara la formación de un Consejo Nacional de Defensa, para llegar a un entendimiento con Franco, lo que fue considerado por el PCE como una traición, una entrega de los comunistas atados de pies y manos a Franco. Efectivamente, algunos altos mandos del Ejército fueron fusilados y otros muchos militantes detenidos en la agonizante zona republicana. Entre ellos Cayetano Bolívar, en Baza, siendo encarcelado en espera de sentencia. La culminación de todos sus sufrimientos fueron esos días en que esperaba la muerte. Perdió cuarenta kilos de peso y a su mujer Piedad le costó reconocerlo durante la última visita que le hizo. Desesperadamente pide ayuda, escribe a antiguos amigos, médicos, personas reconocidas por el nuevo régimen que pudieran ayudarle en sus últimos momentos. Su madre no descansa y llega a pedir audiencia a Queipo de Llano, sin éxito. Ruega por su familia. Así escribe a un célebre médico de Málaga, que sería Director del Hospital del Seminario, D. Agustín Santos Ayuso, la siguiente conmovedora carta el 9 de junio de 1939: “Dentro de breves días se va a decidir mi muerte en esta ciudad. Sólo la ayuda de los hombres honrados y nobles como Ud que conocen mi vida y mi conducta pueden hacer que resplandezca la Justicia … vea en mí no lo que fui para mí desgracia y la de mis hijos…” Pese a los informes favorables que pudieran emitir amigos de profesión, la condena es definitiva. Esto es lo último que escribe Cayetano Bolívar, el 15 de junio de 1939 desde la cárcel de Granada: “Hoy le escribo para comunicarle la triste noticia de que se ha celebrado la vista de mi causa con fecha 12 de los corrientes, y a pesar de sus justos informes he sido condenado a gravísima pena. Guiado únicamente por la orfandad en que van a quedar mis hijos, todos de poca edad, me dirijo a Ud. que conoce mis sentimientos, y apoyado en sus humanitarios y cristianos sentimientos para que interceda en mí favor cerca del Caudillo (…) rogándole a Ud. que recabe el apoyo de todos los compañeros de profesión (… ) con el, fin de evitar pueda llegarse a lo irreparable antes de que quede patente mí conducta humanitaria y honrada. Piense en sus hijos y tenga piedad y misericordia de este desgraciado que en su vida no ha cosechado más que ingratitudes a cambio de su proceder humanitario y caritativo. Dios se lo premiará. En espera de que hará por mis hijos todo lo que sus cariñosos y cristianos sentimientos le aconsejen, y con saludos para su señora, se despide su afectísimo y seguro servidor _Q.E.S.M. Bolívar”. El 4 de junio de 1939 fue fusilado, desconociéndose la localización de sus restos.

Todos (...) los Nombres_