Cristóbal Villalón Dorado nace en el pueblo de Alcalá del Valle, provincia de Cádiz, el día 5 de febrero de 1921, aunque al inscribirlo en el Registro Civil el día 10 de Febrero, aparece con esta fecha de nacimiento en algunos documentos oficiales. Hijo de Juan Villalón y Rafaela Dorado.
En la década de los años 1920–1930, emigra con sus padres y hermanos al pueblo de Morón de la Frontera, en la provincia de Sevilla, instalándose con su familia en una finca de labor del cortijo de Arenales, que su padre arrienda al Conde de la Maza.
Es el menor de siete hermanos, por lo que se cría en un ambiente familiar que le dispensa un gran cariño, entre otras cosas, por ser el más pequeño, máxime teniendo en cuenta que sus padres acogen en su casa a familiares y paisanos que la mayoría se queda a trabajar en su finca por largas temporadas. La convivencia en esta gran familia de padres, hermanos, primos, cuñados, sobrinos y paisanos, en un ambiente rural y carente de los actuales medios de comunicación y entretenimiento, le imprime un carácter afectuoso y de gran cariño hacia la familia, carácter que le acompaña a lo largo de toda su vida.
Como la inmensa mayoría de jóvenes de la época que viven en el campo, su profesión tiende a ser campesino, así empieza desde la niñez a realizar todas las labores propias del campo de esa época, aprendiendo lo que se denominaba “a leer, escribir y las cuatro reglas (sumar, restar, multiplicar y dividir)” con un maestro que le daba clase en horas no laborables, en su casa del campo.
Con este bagaje de afecto, conocedor de las labores del campo y con mentalidad de adolescente que empieza a vislumbrar los valores de libertad, emancipación del campesinado, la lucha por la tierra, etc., desemboca en el 18 de Julio de 1936 que le sorprende con solo quince años de edad.
Desde el primer momento, la tragedia, encarnada por los sublevados contra el orden constitucional (militares golpistas, falangistas, guardia civil, etc.), se ceba con su familia. El día 13 de Agosto asesinan a su padre, Juan Villalón. El día 15 de agosto asesinan a su madre, Rafaela Dorado y a su hermana mayor. Detienen y asesinan posteriormente a sus dos hermanos mayores.
A raíz de la detención y posterior asesinato de sus padres y su hermana mayor, emprende, la huida hacia Málaga, junto con dos de sus hermanas, cuñados y otros familiares. Después de innumerables peripecias consiguen llegar a Málaga, donde permanece hasta que se ve obligado a abandonarla mediante una huida azarosa hacía Almería, en la que le suceden peripecias de toda índole y a cada cual más desagradable. Pierde el contacto con sus familiares y opta por alistarse al ejército de la República.
Permanece en el ejército durante toda la contienda en el arma de Transmisiones, donde amplía su formación escolar, adquiriendo conocimientos de electricidad, que serán la base de su futura profesión como Técnico Electricista. Obtiene la graduación de Sargento de Trasmisiones. Participa en innumerables frentes de combates, siendo su última contienda la Batalla del Ebro. En la retirada posterior a la Batalla del Ebro, pasa a Francia, al igual que otros muchos republicanos españoles, siendo enviado por las autoridades francesas al campo de refugiados de Argelés, donde sufrió todo tipo de penalidades, hasta que consiguió un trabajo en el campo, con una familia propietaria de una pequeña finca agrícola.
Con motivo de la segunda guerra mundial, y a raíz de la invasión alemana de Francia, se ve nuevamente involucrado en la guerra, formando parte de la Resistencia en acciones de información y guerrilla aún más peligrosas, si cabe, que la guerra civil española, dada las características del enemigo nazi. En la Resistencia llevó a cabo innumerables misiones hasta la finalización de la Segunda Guerra Mundial.
Una vez finalizada la guerra se traslada a París, donde comienza trabajando como “técnico de radio” en el taller de reparaciones radioeléctricas e industriales J. Guinar, y posteriormente en la factoría de automóviles Renault, como electricista.
Mientras tanto, España continuaba bajo la férrea dictadura franquista y era imposible plantearse el regreso a casa, casa que había sido destruida y una parte importante de su familia asesinada (padre, madre y tres hermanos), por lo que la manera de canalizar su nostalgia de España y de todo lo que ella representaba en su vida, era emigrar a un país hispano, donde al menos, hablaría en español y confraternizaría con una importante colonia de exilados republicanos. Por ello, y aún cuando gozaba de una buena situación laboral y personal, decide emigrar a Hispanoamérica.
En el primer semestre de 1948 inicia las gestiones para marcharse a Guatemala, que le otorga visado de entrada en el país, pero un problema de cupo que suponía retrasar la partida, le hace cambiar el destino a Venezuela. En el mes de septiembre de 1948 llega al puerto de La Guaira y de allí a Caracas, ciudad donde residió hasta su regreso a España en la década de 1990. Aún cuando adquirió una vivienda en Sevilla, mantuvo su doble nacionalidad española/venezolana de por vida y no dejó de viajar esporádicamente a Venezuela mientras su salud se lo permitió.
Es obvio que durante sus años de vida en Francia, mantuvo el contacto con los compañeros del exilio, pero al llegar a Venezuela se incrementó este contacto porque gozaban del punto de encuentro “La Casa de España”, reconocida oficialmente por Venezuela como representación legítima del Gobierno Republicano Español en el exilio.
En el aspecto profesional, comenzó trabajando en Venezuela como técnico electricista, empleado en una empresa de montajes eléctricos. Una vez familiarizado con el oficio y su idiosincrasia en este país, constituyó su propia empresa, que mantuvo durante su permanencia en Venezuela.
En el aspecto personal, puede decirse que era un hombre de carácter fuerte, buen profesional, muy trabajador, responsable y ordenado, lo que en un país necesitado de este tipo de personas, le llevó a un buen éxito económico. Era austero consigo mismo, pero muy generoso con su familia. En sus viajes a España siempre traía regalos para todos sus familiares (hermanas, cuñados, sobrinos, etc.). Enviaba aportaciones dinerarias a sus familiares más necesitados y puntualmente enviaba dinero cuando alguno atravesaba un bache económico. Ofreció costear los gastos de estudio a varios sobrinos, uno de los cuales estudió una carrera gracias a su generosa aportación económica.
En cuanto a sus ideales, siempre fue un gran defensor de la libertad, de la democracia y del socialismo, mantuvo permanente contacto con sus compañeros del exilio y toda su vida estuvo comprometido y apoyando un cambio de régimen de corte democrático en España.
Hubo varias mujeres en su vida sentimental, pero ninguna relación culminó en matrimonio, por lo que permaneció soltero de por vida.
A pesar de la extrema dureza con la que le trató la vida en su adolescencia y juventud, fue capaz de rehacerla y adquirir por si mismo, una formación académica y humana que le permitió labrarse una situación económica desahogada. Desechó el rencor y la venganza hacia los que le habían privado de todo, menos de la vida, porque no tuvieron la oportunidad de quitársela.
En los últimos años de su vida vivió entre Sevilla y Caracas y finalmente falleció en Sevilla el 16 de agosto del año 2000, después de padecer durante varios años una terrible enfermedad, a la que hizo frente con una fortaleza moral y una dignidad acordes con su extraordinaria personalidad.