El anarquista y guerrillero Dionisio Habas Rodríguez, más conocido por sus alias de Ventura Durruti, Eugenio del Real o Mellado, nació en la aldea serrana de La Cardenchosa, perteneciente al municipio cordobés de Fuente Obejuna, el año 1911. Segundo hijo del matrimonio que en los primeros años del siglo XX habían formado el jornalero Pedro Habas y Patrocinio Rodríguez (asesinada/ejecutada tras la entrada de las tropas franquistas en su aldea), poco o nada sabemos de sus años de infancia y juventud, que no debió diferir mucho de la de sus coetáneos de clase y condición social en aquella remota aldea del noroeste de la provincia de Córdoba. Por entonces le apodaban el Mellado. En 1934, a la edad de veintitrés años, fue elegido secretario de la Agrupación Local de las Juventudes Libertarias (JJLL) de su aldea natal, cargo que aún ocupaba cuando tuvo que abandonar la localidad y pasar a zona republicana poco antes de su ocupación por las tropas franquistas.
Durante la guerra combatió primero como miliciano y después como soldado en el Regimiento de Carros de Combate de la Segunda Brigada de Caballería, donde alcanzó la graduación de cabo. En 1939, tras la derrota militar de la República, pasó a Francia, retornando a España clandestinamente, por la frontera de Figueras, a finales del verano de 1940. A su paso por la localidad de Cantavieja (Teruel) fue detenido, siendo poco después procesado y condenado en consejo de guerra a doce años de reclusión.
Beneficiado por una rebaja de pena, como consecuencia de un indulto parcial, después de pasar casi tres años en la prisión de Zaragoza, a finales de agosto de 1943 salió en libertad condicional, regresando a su pueblo para dedicarse a las faenas del campo. A principios de 1945 entró a trabajar como cabrero en la finca «Casa Rubia» del término de Villaviciosa, donde su hermano Nemesio estaba empleado. Al poco tiempo ambos hermanos comenzaron a actuar de enlaces para la guerrilla de Cristino (Anselmo Rubio Rojano). Temiendo ser detenidos tras la caída de varios compañeros durante el verano de 1946, a comienzos de septiembre —el día nueve, según refiriera el propio Dionisio— de ese mismo año, los hermanos Habas Rodríguez decidieron «echarse al monte» e incorporarse a la lucha armada contra la dictadura. No eran los primeros miembros de la familia en tomar tal decisión, pues un mes antes que ellos lo haría su primo Francisco Gallardo Habas, quien adoptó, como nombre de guerra, el apodo de Balseras.
Tras su incorporación a la 31 División que mandaba Bellota, fue trasladado a la cabecera de la agrupación en Espiel, pasando varias semanas con la gente de Cristino, por aquellas fechas comisario político de la División además de jefe del 149 Batallón, que tenía su base en la sierra de la Alcornocosa. Su «bautismo de fuego» como guerrillero tuvo lugar el 10 de octubre, justo cuando se cumplía el primer mes de su vida en la sierra. Dicho día salió formando parte de la guerrilla que mandaba Antolín (Jesús Aguilar Rodas) junto a los guerrilleros Maquinillas (Juan Antonio López Piedras), y Currito Palma (Antonio Cortés Díaz), con la misión de recoger los suministros que, unos días antes, le habían encargado a un enlace que tenían en el barranco de Las Cañas de la finca «Los Portezuelos», de Villaviciosa. Cuando al atardecer se aproximaban al sitio convenido para recoger los encargos, fueron sorprendidos y tiroteados por un grupo de fuerzas de la Guardia Civil, quedando muertos sobre el terreno Maquinillas y Curro Palma, mientras que Antolín y Eugenio del Real —primer alias utilizado por Dionisio— lograron sortear el cerco y regresar a la base.
A principios del año 1947 sería destinado a la guerrilla del Cojo de la Porrada (Bernardo Caballero Calvo), junto a quien tomaría parte, el 17 de enero, en la ejecución del guarda jurado de la finca «La Muela», de Hornachuelos, Nicolás Alonso Lucena. Al día siguiente, cuando la guerrilla trataba de asaltar el caserío de la finca «Los Villares», en el término de Fuente Obejuna, sostuvieron un tiroteo con fuerzas de la Guardia Civil, en el transcurso de la cual Dionisio dejó malherido de un tiro a bocajarro al sargento que mandaba la patrulla. Al lado del Cojo de la Porrada permanecería hasta finales de febrero, cuando se incorporó al Estado Mayor de la 31 División como asistente directo de Manuel Hidalgo Medina, Bellota, general en jefe de la División, actuando también por un tiempo como delegado político en la guerrilla que mandaba el Capitán Espada (Francisco Manzano Aragonés). Con dicha columna se encontraba descansando en el campamento base que el batallón tenía en Sierra Patuda, dentro del término municipal de Ojuelos Altos (Fuente Obejuna), cuando, el 15 de marzo de 1947 la Guardia Civil lo asaltó dando muerte a los guerrilleros Sebastián Zapirain (Florencio Fernández Rojas, jefe del 149 Batallón) y Ramón Vías (Antonio Alamillo García). Tanto Dionisio como su hermano Nemesio y los guerrilleros Voluntario (Juan Antonio González Ventura), Zoilo (Félix Ricardo García Arellano), Capitán Espada (Francisco Manzano Aragonés) y Macario (Domingo Benavente Rico), lograron salir ilesos del ataque y abandonar el lugar tras dispersarse.
Once días más tarde, el 26 de marzo, sería abatido su hermano Nemesio Habas Rodríguez, Mora para la guerrilla, tras ser sorprendido en el socavón de una mina abandonada en terrenos de la finca «La Montesina», del término municipal de Fuente Obejuna. Junto a Nemesio cayeron los guerrilleros Juan Eugenio Esquivel Vera y Francisco Manzano Aragonés, Capitán Espada, además de los paisanos y supuestos enlaces Daniel Gallardo Algaba y Santiago Benavente Pérez, a quienes la Guardia Civil aplicó la Ley de Fugas después de detenerlos.
Como delegado político de la guerrilla de Valentín tomaría parte, la noche del 7 al 8 de mayo, en el asalto al polvorín de Pueblo Nuevo del Terrible, uno de los golpes de mano más audaces de la 31 División. En la reorganización posterior a la caída de parte de la cúpula de la agrupación en la emboscada de la Umbría de la Huesa —donde murieron Julián Caballero Vacas, M.ª Josefa López Garrido, la Mojea, Melchor Ranchal, Curro de Añora, Ángel Moreno, Pincho, y Librado Pérez Díaz, Jorge Clavijo— el 11 de junio de 1947, fue destinado al Estado Mayor del 150 Batallón, a cuya jefatura acababa de ascender Hilario Martínez Aranda,
Durante el año que pasa junto a Godoy del Pueblo formando parte del Estado Mayor del batallón, participará en numerosas acciones a lo largo de toda la comarca. Entre otras acciones varias de suministro y propaganda participa en las ejecuciones de Francisco Valle, guarda de la finca «Las Angosturas» de San Nicolás del Puerto, el 12 de septiembre de 1947; del porquero de la finca «El Desmonte» de Hornachuelos, Antonio Coína, a quien dieron muerte el 22 de febrero de 1948, así como en la de Ricardo Cabezas, encargado de la finca «Tierra Firme» de Cazalla de la Sierra, en mayo de ese mismo año.
A comienzos del verano de 1948, en una nueva reorganización de las guerrillas efectuada por Godoy tras la retirada del Comandante Ríos y la muerte de Palanco, es nombrado jefe de guerrilla, siéndole asignada como zona de actuación la comprendida entre los términos municipales de Alanís, Guadalcanal y San Nicolás del Puerto, teniendo como base principal «La Bienvenida», situada en terrenos de la finca «El Borbollón» del término municipal de Alanís. Por su parte, Godoy del Pueblo con Zoilo y Ferreras, comenzó a operar preferentemente por la parte de Cazalla y municipios colindantes por el oeste a lo largo de la vega del río Viar, mientras que Vicente del Puerto se movía por Constantina y Las Navas de la Concepción. En un primer momento a su guerrilla quedaron adscritos los guerrilleros Ramillos (José Ramos García, como delegado político), Rafaelito (Cándido Martín Benítez), Miguel Ligero (Francisco Muñoz Álvarez), Pastor (Benito Castillejo Fernández) y el Bala(Francisco Delgado Cano, de Navas de la Concepción, incorporado a la guerrilla a primeros de año) .
Entre los meses de junio y agosto de 1948, Dionisio Habas y su gente asaltan varios cortijos en los términos de Cazalla, Alanís y Guadalcanal; además, envía sendas cartas exigiendo dinero a los dueños de las fincas «El Senadar», de Guadalcanal, y «La Burdana», de Alanís. Semanas después el primero entregará, a través de su casero, las 25.000 pesetas solicitadas. Por el contrario, cuando los guerrilleros se presentan en «La Burdana» para recoger la cantidad solicitada, lo que se encuentran es a una patrulla de la Guardia Civil con la que sostienen un intenso tiroteo en el transcurso del cual resulta herido el cabo que manda la fuerza. Una noche de mediados de julio llegan hasta las afueras de Alanís donde colocan dos banderas republicanas, reparten propaganda y hacen estallar dos artefactos explosivos en sendos postes telegráficos. A finales del verano, en una reunión celebrada en la base del batallón, sita en la finca «El Búho» de Constantina, Godoy del Pueblo reorganiza de nuevo las guerrillas. De la que manda Dionisio Habas salen Ramillos y Miguel Ligero y se incorporan Parrita (Manuel Moreno Hernández) y Voluntario (Juan Antonio González Ventura) .
A primeros de septiembre se presenta en la zahurda de la finca «Don Juan Bajo», de Alanís, donde detiene y da muerte al porquero Manuel Ruiz Espínola, conocido por González Tablas, acusándolo de trabajar de confidente de la Guardia Civil. En octubre asaltaron la finca «La Quinta» de Cazalla de la Sierra y, días después, entra desfilando en el pueblo Malcocinado, donde reparte propaganda —entre ella algunos ejemplares del periódico Guerrillas de Sierra Morena— y coloca varias banderas republicanas. Entre los meses de noviembre y diciembre asaltarían varias fincas más en los términos de Cazalla («Las Ánimas»), Alanís («La Higuera») y San Nicolás del Puerto («Los Leones»). Para entonces ha entrado en contacto con la CNT de Cazalla y sus diferencias con el jefe del batallón, el comunista Godoy del Pueblo, no hacen sino aumentar.
La ruptura se hará efectiva a finales de año, cuando, tras coincidir con la guerrilla de Vicente del Puerto (Florencio Martín Benítez), durante las Navidades en la base de «El Buho», en Constantina, ambos anarquistas se ponen de acuerdo para desligarse del batallón, unir fuerzas y pasar a operar por su cuenta. A partir de entonces comenzará a usar el nombre de guerra de Ventura Durruti. Tras la escisión, ocho hombres —todos ellos anarquistas— marcharán con él: Vicente del Puerto (segundo jefe y delegado político) y, como guerrilleros, Dueñas (Miguel García Vázquez), Ramillos (José Ramos García), Rafaelito (Candido Martín Benítez, hermano de Florencio), el Bala (Francisco Delgado Cano), Victorino (José Fernández Invernón), Chimeno (Joaquín Muñoz Figueroa) y Voluntario (Juan Antonio González Ventura), si bien estos dos últimos lo harán por poco tiempo, pues a mediados de febrero, abandonarán el grupo marchando hacia la parte de Castilblanco de los Arroyos.
El 7 de enero de 1949 Ventura Durruti y Florencio del Puerto se reúnen con Pepe de la Banales y Luis Pocarropa, miembros del Comité Comarcal de la CNT de Cazalla de la Sierra, en la base de «La Clica», en terrenos de la finca «Las Corchas» de Cazalla. En dicha reunión queda fijada la decisión de que la guerrilla opere, a partir de entonces, bajo control del Comité Regional de la CNT de Sevilla a través de los enlaces de Cazalla. Además de la base de «La Clica» se establecen las estafetas y refugios de «Charco Redondo» y «Los Uceros» como puntos de contacto entre las partes. Dos días más tarde, de camino a la base de «La Bienvenida», donde debían recoger algunos pertrechos, asaltan la finca «San Juan» de Alanís.
El 19 de dicho mes llevan a cabo una audaz entrada en la población de Malcocinado. Al caer la tarde, la guerrilla en pleno, entra en formación repartiendo propaganda y colocando algunas banderas republicanas. Dos horas después abandonan el pueblo tras explosionar unos petardos. Cuatro días más tarde, el 23, efectúan la misma operación en el barrio Galindón de San Nicolás del Puerto. Entre la propaganda que dejan en el lugar se encuentran algunas octavillas, firmadas por Ventura Durruti, cuyo texto es un llamamiento a los jóvenes de la comarca a incorporarse a la guerrilla: «Joven cumple tu deber. En las montañas están vuestros cuarteles. ¡Viva la República! ¡Muera Franco!», es el texto que aparece escrito en algunas de ellas.
El último día del mes los guerrilleros se presentan en el cortijo «Aguafría», del Real de la Jara, para recoger cierta cantidad de dinero que le habían solicitado a su dueño unas semanas antes. Al encontrarse con la respuesta negativa del casero incendian los establos de la finca. Ya en febrero, el día 4, sorprenden y dejan malherido al guarda jurado de la finca «La Torrecilla» de Guadalcanal, propiedad por aquellos entonces del general Martínez Campo; un día después proceden a colocar dos petardos explosivos: uno en la vía férrea, entre las estaciones de Guadalcanal y Fuente del Arco, y, otro, en la carretera comarcal que une ambos pueblos. El día 19 de ese mismo mes, siguiendo las indicaciones del Comité Comarcal de Cazalla, asaltan la finca «El Obispo», en el término de dicho pueblo, donde se hacen con varias armas y abundante suministro. Ya no volverán a actuar hasta el 23 de marzo, cuando, siguiendo lo dictado por el referido Comité Comarcal, asalten la finca «Aguasanta» de Cazalla y secuestren a su dueño, Manuel Cubero, quien pagará 50.000 pesetas por su rescate.
A mediados de abril se incorpora un nuevo guerrillero, Antonio Serrano Ruíz, Mojino, otro anarquista de Cazalla de la Sierra que había salido en libertad condicional el año anterior. En mayo se une al grupo otro cazallero, Carmelo Moreno Palma, el Ñoño, que trabajaba de vaquero en «La Dehesilla». Tras estas dos nuevas incorporaciones la guerrilla vuelve a estar compuesta por ocho hombres, que serán nueve a primeros de junio, cuando se les incorpore otro cazallero que, a primeros de febrero, se había unido a Godoy del Pueblo después de actuar durante un tiempo como enlace: Alfredo Moreno Moreno, Antonio para la guerrilla.
Finalizando mayo dan otro golpe económico en Cazalla secuestrando a Manuel Tena Cabezas, El Gasójeno, cuando este acababa de salir de su finca «El Cortijo Jesús». 90.000 pesetas será el precio pagado por el propietario por su rescate. Nueve días después, el 4 de junio, realizan otro secuestro en el término de Cazalla, concretamente en la finca «Fuente Castaño», donde, tras retener al dueño y un sobrino durante varias horas, obtienen 5.000 pesetas. Tras dicha acción abandonan la zona y pasan a la provincia de Huelva, donde pasan todo el verano y realizan varias operaciones de suministro antes de ejecutar otro secuestro, a finales de julio, en Zufre, del que obtienen 25.000 pesetas. A comienzos de septiembre se hallan de nuevo en la base de «Los Baldíos». Allí permanecen descansando varias semanas antes de volver para la parte de Cazalla.
El día 2 de octubre, después de una serie de incidentes protagonizados por el Ñoño, este fue «ajusticiado» en el cerro Poleá, en la linde de las fincas «El Obispo» y «Charco Redondo» de Cazalla, siendo su cuerpo enterrado al pie del mismo alcornoque donde tuvo lugar de la ejecución. Una semana más tarde, en otro golpe preparado por la Comarcal, asaltan la finca «Quintanilla Baja» del Pedroso, buscando secuestrar a su dueño, quien se les escapa haciéndose pasar por un funcionario municipal de dicho pueblo de visita en la finca. Dos días después, cuando transitaban de nuevo por las faldas del cerro Poleá, son detectados por una patrulla de la Guardia Civil con la que sostienen un intenso tiroteo. Tras el enfrentamiento deciden volver de nuevo a la provincia de Huelva y, de esta, a la de Badajoz.
En la linde de ambas provincias, al sitio conocido como la Solana de la Paloma del término de Arroyomolinos de León, volverán a tener un nuevo encuentro con las fuerzas del régimen, el día 4 de noviembre, resultando herido en un ojo durante el tiroteo el guerrillero Alfredo Moreno, Antonio, si bien la guerrilla logra retirarse sin más contratiempo y regresar poco después a la base de «Los Baldíos» donde permanecen un tiempo tratando de curar al herido sin conseguirlo, quedando este tuerto desde entonces. El 9 de diciembre asaltan la finca «Casas de Gómez» del Pedroso llevándose un cuantioso botín. Al día siguiente, cuando trataban de regresar a la base de «La Clica» sostienen otro enfrentamiento con la Guardia Civil en el transcurso de la cual la guerrilla se parte en dos grupos que ya no volverán a encontrarse, pasando desde entonces a operar cada grupo por su cuenta. Por un lado, Ventura Durruti, Vicente del Puerto, Dueñas y Mojino logran llegar a «La Clica», donde permanecen unos días a la espera de sus compañeros antes de marchar para «Los Baldíos». De otro, Rafaelito, Ramillos, El Bala y Victorín, se escabullen hacia la parte de Constantina, mientras que Antonio, mermado de facultades, cae en manos de la Guardia Civil.
Esta detención significará el desmantelamiento del Comité Comarcal de la CNT de Cazalla, dos de cuyos miembros, Luis Mejías Rodríguez, Pocarropa y José Trancoso Cascajosa, serían asesinados poco después. Y no serían estas las únicas ejecuciones realizadas por las fuerzas del régimen bajo el paraguas de la llamada Ley de Fugas, pues, en las semanas siguientes, otras cinco personas más perderían la vida a manos de la Guardia Civil. Tan solo Pepe de la Banales y Alejo, alertados a tiempo, logran salir de Cazalla y refugiarse en Sevilla al amparo de la dirección del Comité Regional.
Tras el desastre, Ventura Durruti, Vicente del Puerto, Dueñas y Mojino, después de pasar unos días en el refugio de «Corral Blanco» , en el Real de la Jara, desde donde pasaron a la base de «Los Baldíos» —base que también será desmantelada por la Guardia Civil a principios de febrero después de ejecutar a uno de los enlaces, Antonio Reyes Murillo, Perdigón, y detener a otros cinco miembros de la familia— deciden pasar a la parte de Monesterio, donde aún cuentan con algunos enlaces no detectados y una base en la finca «La Tarayuela», en la que permanecieron hasta el mes de abril. Antes de abandonar la zona, secuestran al dueño de dicha finca, del que obtienen 25.000 pesetas por su liberación. Tras el secuestro regresan hacia la parte del Real de la Jara, tratando de volver a contactar con el Comité de Cazalla a través de un enlace del lugar, cosa que no consiguen.
En mayo asaltan la finca «La Garnica» de Alanís, desde donde marchan hacia la zona de Los Villares en Hornachuelos, donde permanecieron unos días antes de trasladarse a las Mesas del Bembezar. Después de deambular por varias fincas regresaron a la parte de Hornachuelos, siendo sorprendidos por una patrulla de la Guardia Civil cuando se disponían a entrar en la finca «Los Membrillos», resultando heridos en el tiroteo Ventura Durruti y Mohino, si bien lograron escapar de la fuerza y regresar al refugio de la Umbría del Tabaco, en las Mesas del Bembezar donde permanecieron cerca de un mes curándose las heridas. Una vez repuestos de las lesiones regresaron a la parte de Las Navas de la Concepción y Puebla de los Infantes donde asaltaron varias majadas para suministrar. De la Puebla pasaron al término de Villanueva del Río y Minas, donde dieron sendos golpes: uno en la casilla del guarda de la Estación de Arenillas y otro en la finca «Montegil», pasando a continuación a la parte de Castilblanco de los Arroyos y El Ronquillo.
Tras decidir el abandono de la lucha armada, se encaminaron a la sierra de Aznalcóllar, a la que llegaron a primeros de octubre de 1950, internándose acto seguido en las fincas del Patrimonio Forestal donde, a través de varios trabajadores, lograron contactar con la CNT de dicho pueblo. Ya no se moverían del lugar excepto para cometer un secuestro en la persona del dueño del cortijo «Caballero», en el término del Castillo de las Guardas, quien hubo de pagar 29.000 pesetas por su rescate. Semanas más tarde los últimos cuatro miembros del grupo se separaron, marchando Vicente del Puerto y Dueñas a Sevilla mientras que Dionisio Habas y Mojino permanecieron en el lugar, entrando a trabajar como carboneros, bajo identidad falsa, en el Patrimonio Forestal.
Allí permanecieron hasta finales de junio de 1951, cuando, tras la detención unos días antes de sus excompañeros Vicente del Puerto y Dueñas, en Sevilla, ambos fueron detenidos en las instalaciones de dicha finca, después de sostener un breve enfrentamiento con las fuerzas del régimen que fueron a buscarlos. El 12 de diciembre de 1952 sería sometido a consejo de guerra sumarísimo en la Audiencia Territorial nº 2 de Sevilla en cuya sede de Capitanía fue vista la causa. En un sumario colectivo desmesurado —frente al tribunal se sentaron 128 procesados entre guerrilleros, enlaces y familiares— fue condenado a muerte junto a sus ex compañeros Godoy del Pueblo, Botasfinas y Vicente del Puerto. Apenas un mes más tarde, sin misericordia, se cumplió la sentencia en la tapia derecha del cementerio de San Fernando de Sevilla, donde fue fusilado a las cinco horas del día 30 de enero de 1953.
Nota final: Todos los datos del presente trabajo han sido extraídos de la Causa 260/51 y sus acumuladas que se encuentran depositadas en el Archivo del Tribunal Territorial Militar nº 2 de Sevilla. También hemos consultado la obra del historiador Francisco Moreno Gómez La resistencia armada contra Franco. Tragedia del maquis y la guerrilla. Ed. Crítica, Barcelona, 2001