Eladio González Guerrero nació en Fines (Almería) el 2 de febrero de 1913. El nombre de su hermano Gonzalo, con quien se llevaba solo 16 meses, ya aparece en «Todos los nombres». Su padre, Gonzalo González, secretario del Ayuntamiento de Fines, y su madre, Eloísa Guerrero, maestra nacional, tuvieron ocho hijos: Eladio y Gonzalo, Oswaldo, Luisa, Alfredo, Aurea y Marina. Una niña, llamada Hortensia, murió a los cuatro meses y tuvo un entierro civil, lo que causó gran escándalo en Fines.
Antes del año 1923, la familia tenía una holgada posición social, destacando en el pueblo la figura del abuelo, Alfredo González Liria, concejal en el Ayuntamiento. Eladio tiene diez años cuando el golpe de Estado de Primo de Rivera da un cambio violento a su vida. Su padre es destituido del cargo de secretario por no ser fiel al nuevo poder, y su madre, declarada cesante de su puesto de maestra. Los siete años de dictadura llevan la familia a la ruina. Y despiertan la conciencia política de Eladio: «la cuestión de la lucha contra la injusticia, la idea concreta de los “derechos del hombre”, el amor a la Libertad, lo que significa la República, con el culto que ellos rendían a nuestro paisano Salmerón, quedaron ancladas en mi mente».
Eladio dice que quiere ser maestro nacional. En 1927, su padre lo manda a estudiar a Murcia, con su hermano Gonzalo, al Colegio Notre Dame de Lourdes, conocido como «el colegio de los niños pobres». Pronto, frente a los malos tratos y los métodos inquisidores de educación, los dos hermanos se convierten en activistas que llevan el colegio a la huelga, y plantean al padre su resolución de volver a Fines.
El 1 de noviembre de 1931, Eladio ingresa voluntario en el aeródromo de Cuatro Vientos. Se afilia al Partido Comunista Español y toda su vida permanece militante fiel a su ideal y activo, llevando a cabo sus responsabilidades y misiones, incluso en la clandestinidad, de manera prioritaria. Asciende a cabo a primeros de julio de 1936. Sale de la base de Los Alcázares para el frente de Granada. Participa con el comandante Banon en la toma de la Rivera. En Murcia se incorpora a la columna Rivadulla, tomando parte en los combates de Huétor de Santillán, Venta de las Navas, Calicasas y Cerro de las Navas.
En noviembre 1936 vuelve a Los Alcázares y es nombrado sargento, instructor de agroquímica del aeródromo.
A principios de 1937, en Albacete, el comandante Urzaiz, jefe de Estado Mayor de la Escuadra n.° 5, y el capitán Marín lo ayudan a organizar los servicios de aeroquímica y contra incendios. Pertenece a la dirección del Partido Comunista y, por iniciativa suya, funda y edita con sus camaradas la revista «Ráfagas», en la que firma el editorial del primer número.
En Valencia se incorpora a la jefatura de aviación. Como jefe de aeroquímica de la región aérea se repliega a Barcelona con el Estado Mayor, que se establece en Bonanova. A comienzos de 1939 se incorpora voluntario al «batallón de ametralladoras de posición», cuyo mando fue confiado al comandante Las Herreras. El comandante fue fusilado. El batallón toma contacto con las fuerzas de carabineros que mandaba el comandante Ruidana y participa a los combates de Puente de Vilomara, Vic y Consulpina. Las fuerzas se repliegan y el 10 de febrero de 1939 se dispersan en Terrada. Eladio pasa los Pirineos y entrega sus armas en Le Boulou.
Empieza el tiempo del exilio: en febrero y marzo 1939, en el campo de concentración de Saint Cyprien; de mayo a diciembre, en el campo de Gurs; entre diciembre 1939 y julio de 1940 estuvo integrado en la 1/114 Compañía de Trabajo, en Dun-sur-Auron (departamento del Cher), para la construcción de la base aérea de Avord.
Vuelve a Gurs de julio a septiembre 1940. A principios de octubre comienza una nueva etapa su vida de refugiado, cuando se integra con 120 compañeros al Grupo de Trabajadores Extranjeros 546, que es enviado a Savoya y, después de estar acantonado en la ciudad de Albertville, pasa un invierno en terribles condiciones de frío y de privaciones en Belfort. El grupo 546 pasa a Saint Pierre d’Albigny, Voglans. El 15 de octubre de 1941 es trasladado al sur, a Miramas, y luego viaja en tren hasta St. Medard, cerca de Burdeos. Allí, sometido a los alemanes, vivirá un infierno de hambre y martirios mientras trabaja en la construcción de la base submarina de Burdeos, con la tarjeta Rot-Hispani como «ausweis» (identificación); continuará el trabajo forzado para los alemanes en el campo de concentración de Lublin, en Polonia, donde es internado como preso político, hasta su evasión y paso a la zona libre a principios de 1942.
En febrero-marzo de 1942 se incorpora con varios millares de guerrilleros a los batallones de seguridad FFI de la Resistencia. Uno de sus nombres de guerrillero es Ventura Gómez Fuentes. Encontramos su huella en un libro sobre la Resistencia en los Alpes, en que se señala que la resistencia española empieza allí con la llegada del 78 Agrupamiento de Trabajadores Extranjeros… Eladio González y Blanco organizaron la brigada 25 y poco después del desembarco del 6 de junio de 1944 los guerrilleros armados por la Resistencia participaron a los combates del Valle de Ubaye.
Al terminar la guerra en Francia vive en Aubagne como refugiado político y trabaja de pintor de barcos en el puerto de Marsella, donde sigue sus tareas de militante. Tras un accidente de trabajo en 1955 quedó discapacitado y sufrió enfermedades que acabaron con él el 17 de octubre de 1974 en Aubagne.
Desde 1955 hasta su muerte, siguió militando contra el franquismo, organizando mítines y verbenas españolas, recaudando dinero para los presos políticos, creando el «hogar español» en Aubagne, que acoge y ayuda a los emigrantes económicos de los años 60. Del 1962 a 1964, se traslada con su familia a Bédarieux (Hérault) donde se también se une a sus camaradas exiliados antifranquistas para seguir luchando.
Colaborador de Radio Pirenaica, que conserva 145 cartas suyas con el seudónimo de «Don Curioso», Eladio González ha participado en la redacción de varias revistas y periódicos a lo largo de su vida de militante. En la década de 1960 escribió sus memorias de guerra y de exiliado, que permanecen inéditas y han permitido escribir esta microbiografía.
Fuentes
► Memorias de la guerra de España y Memorias de un exiliado. Eladio González, 1960.
► Documentos de familia.
► Guerrilleros en terre de France: les Républicains Espagnols dans la Résistance française. Narcisse Falguera, préface de Leo Figueres. Ed. Le temps des cerises, 2000.