Poco después del golpe militar del 18 de julio de 1936 la familia regresó a su localidad natal. Tras el llamamiento a filas de su quinta en 1937, Florencio se incorporó al ejército republicano en la localidad de Villanueva de Córdoba, quedando encuadrado en el 2º Batallón del Regimiento de Milicias de Jaén, unidad en la que permanecería durante toda la guerra. A la finalización de la contienda pasaría varios meses en el Campo de Concentración de Peñarroya antes de ser pasaportado para Villaviciosa, donde al no haber cargo alguno contra su persona fue depurado sin responsabilidad por lo que pudo reintegrarse a la vida civil.
A primeros de agosto de 1941 fue detenido por la Guardia Civil de la referida localidad acusado de actuar de enlace para la guerrilla, de resultas de lo cual fue condenado a tres años de reclusión por «auxilio a malhechores», condena que cumpliría en las instalaciones de la Prisión Provincial de Córdoba, donde permaneció hasta su excarcelación a finales de mayo de 1944. De regreso en Villaviciosa continuó trabajando en el campo y actuando de enlace para la guerrilla del Gorrión (Juan Calero Murillo). Según declaración propia, el 10 de junio de 1946 se incorporó junto a sus hermanos Julián, Rodrigo, José y Cándido a la guerrilla del Gorrión después de que este los convenciera para que se unieran a ellos ante el evidente riesgo de ser detenidos tras la caída unos días antes de varios enlaces de la zona. A partir de entonces los hermanos Martín Benítez pasan a engrosar las filas de la guerrilla comandada por el aludido Gorrión, grupo del que forman parte los hermanos Santiago y Magdalena Cortés Díaz, José Muñoz Castro, Chaparro, Antonio Trejo Castillejo, Bienvenido y José Ramos García, Ramillos.
Poco después de la muerte de su hermano Rodrigo (Manolo para la guerrilla) y de su compañero Bienvenido durante el asalto a un cortijo de Villanueva del Duque a finales de octubre de ese mismo año de 1946, Florencio pasó a formar parte de la guerrilla de Antolín, junto a quien permaneció hasta la primavera del 47, fecha en que fue destinado a la de Godoy del Pueblo (Hilario José Martínez Aranda), que fue quien, tras ocupar la jefatura del 151 Batallón a finales de octubre de ese mismo año, lo nombró jefe de guerrilla, quedando bajo su mando los guerrilleros Parrita, Voluntario, Chimeno, Ramillos, Chaparro y Calé (su hermano José). Como zona de actuación le fue asignada la serranía sevillana comprendida entre los municipios de Constantina y Navas de la Concepción y su confluencia con la provincia de Córdoba. Semanas después de su partida para la provincia de Sevilla caía muerto su hermano Francisco Gregorio.
Disconforme con el modo de proceder y actuar del comunista y jefe del 151 Batallón Godoy del Pueblo, a principios del año 1949 uniría fuerzas con el anarquista Eugenio del Real (Dionisio Habas Rodríguez), que mandaba otra de las guerrillas del batallón, pasando desde entonces a actuar ambos por su cuenta bajo la tutela del Comité Regional de la CNT de Sevilla. Juntos permanecieron hasta finales de 1950 cuando el grupo decidió autodisolverse y abandonar la lucha armada. Amparado por el referido Comité Regional pasó a residir clandestinamente —bajo el nombre de Antonio Fernández Aguilar— en la capital hispalense, donde entró a trabajar en una lechería de la calle San Luis, en pleno barrio sevillano del Pumarejo. Allí sería detenido la mañana del 21 de junio de 1951 por una contrapartida de la Guardia Civil mandada por el cabo Eustaquio Guerrero Delgado, a quien acompañaban los guardias José Páez Romero y Antonio Cueto de Pedro además del exguerrillero Juan Antonio González Ventura, Voluntario, que fue quien días antes lo había reconocido en la calle y seguido hasta su lugar de trabajo.
Condenado a la última pena en un consejo de guerra celebrado en la Capitanía General de Sevilla el 12 de diciembre de 1952, el 11 de mayo de 1953 fue fusilado por un piquete de la Guardia Civil «a las cinco y treinta horas, al costado derecho de la tapia del Cementerio de San Fernando de Sevilla», lugar donde su cadáver sería inhumado en la fosa común llamada de Disidentes. Fue el último de los hermanos Martín Benítez en morir. Julián, conocido en la guerrilla por el alias de Daniel había muerto en 1948. José, a quien apodaban Calé, cayó en 1949 y el menor de todos, Cándido (Ramillos por nombre de guerra), fue abatido junto a su compañero Victorino (José Fernández Invernón) el 21 de agosto de 1950.
Nota: Todos los datos del presente texto han sido extraídos de la Causa 260/51- leg. 804–nº 11.403, la cual se halla depositada en el Archivo del Tribunal Territorial Militar n.º 2 de Sevilla.