Florencio Villa Landa

Badajoz

Nació en Badajoz en 1912 y era miembro de una familia de la burguesía media ilustrada y aconfesional, siendo educado en un ambiente laico. En 1927, tras acabar el bachillerato en su ciudad natal, se trasladó a Madrid para estudiar la carrera de Medicina en la Universidad Central, alojándose en la Residencia de Estudiantes. Se afilió a la FUE cuando entró en la Facultad de Medicina y durante tres años fue delegado de curso de la organización. Terminó la carrera en 1934 y entró como médico interno en el Hospital Provincial de Madrid. El inicio de la Guerra Civil interrumpió la formación que estaba llevando a cabo en el Departamento de Psiquiatría del hospital bajo la tutela de su director, el doctor Gonzalo Rodríguez Lafora (1).

Ingresó en la organización del PCE del hospital en agosto de 1936 y en el mes de octubre entró a formar parte de los servicios médicos del Quinto Regimiento, siendo destinado a la 1ª Brigada Mixta. Después de la Batalla del Jarama fue nombrado jefe de Sanidad de la XI División de Enrique Líster y tras la Batalla del Ebro jefe de Sanidad del V Cuerpo de Ejército, también a las órdenes de Líster, hasta que se produjo la caída de Catalunya (2).

Su padre, Florencio Villa Pérez, era director del Hospital de Badajoz cuando se produjo la sublevación militar y fue fusilado en agosto de 1936 por las tropas del coronel Yagüe cuando tomaron la ciudad (3). Florencio también era sobrino de la destacada militante comunista Matilde Landa Vaz, que en marzo de 1939 permaneció en Madrid como máxima dirigente del Partido en el interior de España. Matilde fue detenida en los primeros días de abril de 1939 y falleció en 1942 en la prisión de Palma de Mallorca, en medio de trágicas circunstancias (4).

Tras cruzar la frontera en febrero de 1939, Villa Landa fue internado en los campos de concentración del sur de Francia, Argelès-sur-Mer y Saint Cyprien. Tuvo la opción de exiliarse a Inglaterra o México, pero eligió ir a la URSS con la intención de conocer la Revolución socialista y completar su formación profesional con las enseñanzas de los neuropsiquiatras rusos (5). Viajó a Leningrado en un buque soviético, que llegó el 30 de abril de 1939, a punto para contemplar las celebraciones del 1 de mayo. Residió unos meses junto a otros españoles y excombatientes de las Brigadas Internacionales en una Casa de Reposo cercana a Moscú. A finales de septiembre, el Ministerio de Salud Pública le propuso ir a trabajar al Hospital Psiquiátrico de Riazán, al sureste de Moscú, y hacia allí partió junto con su colega Manuel de la Loma, que iba destinado a la misma ciudad. El Hospital Psiquiátrico de Riazán era en aquellos tiempos una institución modélica. Estaba construido en forma de pabellones que albergaban a los pacientes según patologías y disponía de huertos, árboles frutales y animales de granja, que servían para el autoabastecimiento del centro (6).

En la primavera de 1940, Florencio se casó con la técnica de laboratorio Alejandra Serova, natural de Riazán, con quien tuvo tres hijos. Cuando los alemanes amenazaban Moscú en octubre de 1941, el matrimonio se trasladó a la región de Omsk, en Siberia Occidental, donde Florencio ejerció de médico rural en cuatro aldeas. Era una época en la que las condiciones de vida eran especialmente duras y la base de su alimentación dependía principalmente de las patatas que ellos mismos cultivaban en campos asignados por el Gobierno (7).

A su regreso a Riazán tras el final de la contienda, Villa Landa pasó a dirigir la sección del Hospital Psiquiátrico que albergaba a los pacientes que sufrían enfermedades somáticas asociadas a los trastornos mentales. Asimismo, era el anatomopatólogo del centro y realizaba la autopsia de todos los pacientes que fallecían. Su jornada laboral duraba 12-14 horas diarias, que se podían ampliar aún más, ya que fuera de su horario se dedicaba a la investigación neuropatológicas y para ello disponía de una amplia colección de cerebros conservados en formol (8).

Villa Landa se había integrado bien en la sociedad soviética y era un convencido marxista-leninista, aunque discrepaba de las teorías de Lysenko, especialmente las aplicadas al campo de la Genética y la Neurofisiología. Le afectó mucho la muerte de Stalin y quedó sorprendido al conocer las acusaciones lanzadas por Jruschov en su informe ante el XX Congreso del PCUS, en el que criticaba duramente al carismático caudillo. Intentó explicarse la bárbara conducta de Stalin en base a la enfermedad vascular cerebral que sufrió durante la última parte de su vida y que le llevó a la muerte, aunque años después pudo contemplarlo con otra perspectiva y comprender mejor la sinrazón de aquella época (9).

Cansado de las dificultades económicas y la monotonía laboral que tenía que soportar en Riazán, aceptó en 1957 la invitación de sus familiares exiliados en México para emigrar a ese país y durante cuatro años residió en la capital azteca. Aunque revalidó su título de médico, solamente pudo ejercer la profesión en el ámbito privado, padeciendo problemas económicos que le obligaban a realizar otros trabajos para sobrevivir (10).

En 1961 recibió la invitación para trabajar como profesor de Psiquiatría en la Universidad de La Habana, ligado al Servicio de Psiquiatría del Hospital General. Aceptó el ofrecimiento y se integró plenamente en la sociedad cubana. En 1973 dejó la isla caribeña para retornar a la URSS, donde trabajó de nuevo en el Hospital Psiquiátrico de Riazán. Encontró la ciudad cambiada, con un mejor nivel de vida, pero continuaba advirtiendo la deficiente preparación de los médicos soviéticos y su desinterés por los conocimientos científicos, que relacionaba con el escaso sueldo que percibían (11). En 1978 regresó definitivamente a Madrid y trabajó en la cooperativa médica Centros Médicos Asociados, creada por su hermano, también médico. Un mieloma múltiple le condujo a la muerte en 1992 (12).

Notas

(1) VILLA LANDA, Florencio. Mi vida. Archivo personal de Florencio Villa Landa (APFVL). GINARD I FERÓN, David. Matilde Landa, de la Institución Libre de Enseñanza a las prisiones franquistas. Barcelona, Flor del Viento, 2005 (p. 31,215). Testimonio de Aída, Natalia e Igor VILLA-LANDA SEROVA.
(2) ÁLVAREZ, Santiago. Negrín, personalidad histórica. Biografía. Madrid, Ed. de la Torre, 1994 (p 28). VILLA LANDA, nota 68. VILLALANDA SEROVA, nota 68.
(3) VILLA LANDA, nota 68. VILLA-LANDA SEROVA, nota 68. ESPINOSA, Francisco. La columna de la muerte. El avance del ejército franquista de Sevilla a Badajoz. Barcelona, Crítica, 2003 (p.91,95).
(4) GINARD I FERÓN, nota 68 (pp.20,49-59,79).
(5) VILLA LANDA, nota 68. GUERRA, nota 4 (p. 457).
(6) VILLA LANDA, nota 68. VILLALANDA SEROVA, nota 68.
(7) VILLA LANDA, nota 68. VILLALANDA SEROVA, nota 68.
(8) VILLA LANDA, nota 68. VILLALANDA SEROVA, nota 68.
(9) VILLA LANDA, nota 68.
(10) VILLA LANDA, nota 68. VILLALANDA SEROVA, nota 68.
(11) VILLA LANDA, nota 68. VILLALANDA SEROVA, nota 68.
(12) VILLA-LANDA SEROVA, nota 68.

Fuente: M. Marco Igual: “Los médicos republicanos españoles exiliados en la Unión Soviética”. Medicina & Historia, nº 1, 2009, Cuarta época.

Todos (...) los Nombres_