Francisco Garrido Barrera

Espera
Cádiz

Nació en Espera el 6 de junio de 1893, en la calle de Los Toros, entonces llamada Tetuán. Era hijo de Cristóbal Garrido Vega y Teresa Barrera Virués. Estudió en el colegio Santo Tomás de Aquino de Sevilla. Contrajo matrimonio con Mª de la Luz Troncoso Armenta en la iglesia Santa María de Arcos de la Frontera el 15 de agosto de 1918. El matrimonio tuvo siete hijos.

Fue refundador del Círculo “La Unión” el uno de enero de 1922.

Pero al parecer ocurrieron algunos incidentes entre las autoridades y esta Asociación que dieron lugar a la aparición de diversos artículos en los periódicos de la zona. En esos momentos era Presidente Rafael de Cruces, oficial del Ayuntamiento, además de Curro Garrido, José María Garrido, su hermano y Secretario de la Corporación, Genaro Peralta, Manuel Romano y en definitiva todas las personas políticamente más significativas del momento.

Efectivamente, según las Memoria Familiares, obra inédita de Gabriel Garrido, el cabo de la Guardia Civil, Narciso Santos Muñoz, prohibió los juegos de naipes en el Círculo La Unión, que según señalaba el propio Gabriel Garrido sería el punto de encuentro entre todos los “elementos disconformes con los dirigentes de la política local”.

La protesta de los socios de La Unión por la prohibición fue rápida porque veía la medida como una imposición dictatorial, y la Junta Directiva denunció el hecho ante el Sr. General Gobernador de la Provincia. Según cuenta Garrido en la citada obra , la denuncia fue interceptada y no llegó a su destino. Los socios del Círculo La Unión organizaron una comisión para entrevistarse con el General Gobernador. Los comisionados fueron: Francisco Garrido Barrera, (primer alcalde republicano en 1931) Rafael de Cruces, (funcionario del Ayuntamiento) Genaro Peralta Molero (hijo del farmacéutico y segundo alcalde republicano tras la dimisión de Curro Garrido) y José María Garrido Barrera (que sería secretario del Ayuntamiento durante toda la República). La comisión viajó a Cádiz y se entrevistó con el General Gobernador, Lozano González, quien prometió justicia. Efectivamente, el cabo fue amonestado y el juego de cartas volvió de nuevo al Círculo.

Pero a partir de este momento la represalia del cabo no se hizo esperar, acosando a las personas mencionadas anteriormente de todas las maneras posibles, llegando incluso a amenazarles con que tendrían que irse del pueblo. Los socios, “molestos ante semejante acoso, idearon formular una protesta ante el Directorio Militar” en forma de artículo en el periódico La Unión, el 8 de marzo de 1924.

Aquel grupo de descontentos al que hacíamos referencia enviaba una carta al periódico La Unión, de Arcos, quejándose de la actuación del Directorio Militar con el nombramiento como nuevo Alcalde a José Fernández Gomero, que ya lo había sido en varias ocasiones durante la Restauración, nombramiento que no hacían más que reiterar una situación política ya harto conocida en el pueblo desde mucho tiempo antes.

Posteriormente Curro Garrido y Antonio José Garrucho fueron sorprendidos recogiendo firmas que avalasen la petición de destitución de la Corporación y ambos se ratificaron ante el cabo de la Guardia Civil en todos los términos del escrito . Los dos fueron apresados y puestos a disposición de la autoridad militar del Juez Permanente de la Base Naval de Cádiz, el Comandante de Infantería José Rapallo, quien leída la denuncia del cabo Santos, ordenó su puesta en libertad el día 13 de septiembre de 1924.

El asunto quedó pendiente de juicio. Las acusaciones eran las de ofensas y ultrajes a los miembros del Consejo local. El cabo fue amonestado y el juego de cartas volvió de nuevo al Círculo.

Pero a partir de este momento la represalia del cabo no se hizo esperar, acosando a las personas mencionadas anteriormente de todas las maneras posibles, llegando incluso a amenazarles con que tendrían que irse del pueblo. Los socios, “molestos ante semejante acoso, idearon formular una protesta ante el Directorio Militar” en forma de artículo en el periódico La Unión, el 8 de marzo de 1924.

Como indicador de las inquietudes políticas y culturales de Curro Garrido se encuentra el hecho de la publicación de un libro en el que además de sus inquietudes literarias, destacan las políticas, pues en él refleja la situación política y social de un pueblo como el suyo, Espera, a lo largo del “período bolchevique” y en el que cuenta la historia de una sociedad rural como la espereña durante ese tiempo. Aunque lo terminó en 1927, no se publicó hasta 1930 en la Imprenta de Diego Vaca de la calle Sierpes de Sevilla. Se trata de “Miserias Andaluzas”, reeditado por el Ayuntamiento espereño en 1997 con motivo de un Homenaje que se le realizó.

Pero los cambios políticos ya se estaban produciendo en toda España. El 6 de octubre de 1930 una comisión de obreros del campo de Espera (una muchedumbre, decía la carta de J.Mª. Garrido a su hermano Cristóbal ese mismo día) se dirigía desde las primeras horas de la mañana en dirección a Bornos para protestar ante los patronos de ese municipio que contrataban a los trabajadores de esa localidad en las tierras que poseían en término de Espera. Al frente de ellos marchaba Curro Garrido que ya se había convertido en un líder, no sólo de la burguesía opuesta al régimen de la Restauración, sino también de la clase trabajadora de Espera. El día 10 el gobernador civil mandaba el acta de la reunión y pedía que los patronos de Bornos se decidieran si estaban conformes o no con la misma.

Efectivamente, el día 20-05-1930, se había constituido una Asociación de trabajadores llamada “Espera Obrera”. Esta Asociación tendría una importancia capital en los años siguientes a su fundación, durante toda la Segunda República, hasta que en 1936 es completamente desmantelada al comienzo de la Guerra Civil. Fue inscrita en el Gobierno Civil de Cádiz con el nº 1048. La autorización fue concedida el 06-06-30. Su Presidente Primero fue José Martínez Romero y su fundador Daniel Álvarez Lozano. Según consta en el Archivo Histórico Provincial era una Asociación de trabajadores con el fin del mejoramiento de la clase obrera.

A escala local el cambio político se estaba produciendo a pasos agigantados. Francisco Garrido Barrera, Genaro Peralta Molero, Antonio Mancheño Lozano, Manuel Moreno Miranda y algunos más organizaron una candidatura “republicano-socialista” . Este grupo ya venía reuniéndose en la botica de Genaro Peralta, padre del que sería el segundo alcalde republicano en Espera, desde tiempos de la Dictadura de Primo de Rivera hasta que se presentó la ocasión y consolidaron un bloque político que se enfrentó al monárquico que había ostentado el poder desde siempre en el pueblo. Dentro de ese bloque de izquierdas se incluyeron voluntariamente todos los obreros y muchos industriales y simpatizantes, entre ellos Rafael de Cruces, funcionario del Ayuntamiento y Manuel Ramos Román. Esta candidatura, según dice Gabriel Garrido en la citadas Memorias ”ofrecía mucho entusiasmo, organización y trabajo electoral intenso”. En las elecciones municipales celebradas en Espera el 12 de abril del 31 triunfó la candidatura republicano-socialista encabezada por Francisco Garrido Barrera.

Con la proclamación de la Segunda República el 14 de abril, se desató una gran actividad política en la que Curro Garrido ocupó un papel muy destacado entre los líderes locales. Encabeza la candidatura oficial de la Coalición Republicano-Socialista y fue elegido Alcalde con 152 votos.

La filiación de estos concejales era difusa en un principio. Francisco Garrido era un líder independiente que no pertenecía a ningún partido, pero que ya desde tiempos de Primo de Rivera se había destacado por oposición al orden establecido por los jerarcas de la Restauración. En carta del 29 de octubre de 1932 de J.Mª. Garrido al hermano de ambos y sacerdote, Cristóbal, le comunicaba que “ahora va a formar el comité azañista y piensa dedicarse a fomentar la política del Presidente en esta comarca”. Poco después Francisco Garrido era elegido candidato por el bloque socialista para las Elecciones Constituyentes del 28 de junio de 1931. Inició junto a su hermano José María la campaña electoral por distintos pueblos de la Sierra obteniendo buenos resultados en algunos de ellos.

En Alcalá del Valle obtuvo 578 votos, aunque el más votado fue Adolfo Chacón de la Coalición Socialista con 709. Aquí dos hombres al margen de la lista oficial, el propio Garrido y Mariano Cancelo recibían más votos que algunos de la coalición oficial. En Bornos consiguió 1.022, sólo 199 menos que el candidato más votado de la coalición Republicano-Socialista. En esta localidad Francisco Garrido era conocido pues además de hacer campaña electoral ya había estado en alguna ocasión defendiendo a los obreros de Espera. En El Bosque sólo obtuvo 58 votos. El caso de Puerto Serrano es especial pues tanto él como Rafael Pereira (Candidatura Gaditana para la Defensa de la República) obtuvieron más votos que todos los candidatos oficialistas, 580 Francisco Garrido y 582 Pereira. Incluso varios concejales del Ayuntamiento como Román, Naranjo, Barrera, Rodríguez Ayllón, Morato y García Flores fueron interventores del espereño en ese proceso electoral . Al parecer, también en Villamartín los socialistas habían acordado dar su apoyo a Garrido, después de saber de su exclusión de la Candidatura oficial, pero finalmente la mayoría de los votos de izquierda fueron para la citada Candidatura.

Según dice José María Garrido, en una carta a su hermano Cristóbal, había conseguido “mas de 5.000 votos” . En Olvera obtuvo 929, muy cerca del más votado, Muñoz Martínez de la Conjunción Republicano-Socialista y Torre Alháquime obtuvo 176, por debajo de Rodríguez-Piñero que obtuvo 221.

Pero Garrido no se detuvo en esta convocatoria. Además de seguir perteneciendo al Ayuntamiento y ser el impulsor de la implantación de la Reforma Agraria en Espera, volvería a presentarse como candidato a las Elecciones Generales de 1933. Esta vez lo hace dentro de un bloque provincial el Frente Único Revolucionario (PCE).

Sobre el 25 de septiembre viajó a Madrid para presentar un proyecto de explotación colectiva agraria.

El día 20 cesó en la Alcaldía, por acuerdo de la Coalición, sucediéndole Genaro Peralta, y pasando él a ocupar la 1ª Tenencia de Alcalde. Acto seguido viajó a Madrid por segunda vez: asuntos principales eran las reivindicaciones obreras y la explotación colectiva de la tierra, que seguía sin conseguirse. A su vuelta de Madrid su actividad se centró en organizar el comité “Azañista” frente a los otros dos comités “Lerrouxista” y “Maurista”.

El 8 de octubre de 1932 se le autorizó en nombre del Ayuntamiento a que solicitara al Gobierno de la República el crédito necesario y las concesiones que sean precisas para conseguir la explotación colectiva de las fincas de este término afectadas por la Ley de Reforma Agraria. El Ayuntamiento se obligaba a garantizar o avalar el crédito correspondiente mediante la fianza de sus ingresos conforme a las disposiciones vigentes sobre laboreo forzoso en cualquier otra forma que proponga como más conveniente el Gobierno o los organismos encargados de la aplicación de la Ley de Reforma Agraria.

Este año se distinguió por el endurecimiento de la cuestión política y social entre luchas obreras por una parte y medidas disciplinarias por otra; situación que se prolongó durante los siete primeros meses, y que desembocó en el pronunciamiento de Sanjurjo el 11 de agosto. Con la aprobación de la Reforma Agraria el 15 de septiembre, se abrió la puerta a la explotación colectiva agraria. Genaro Peralta , Alcalde , y Curro Garrido, Teniente de Alcalde, fueron autorizados por el Ayuntamiento para contratar con el Instituto de Reforma Agraria el arriendo de las fincas “El Amarguillo”, “Carija”, “El Infierno” y ”El Chupón”, todas de descendientes del Duque de Medinaceli, para poder ser explotadas colectivamente.

A primeros de diciembre se sembraban en estos cortijos, a razón de 100 fanegas diarias de cereales.

El 9 de enero de 1933 tuvo lugar la visita al pueblo de Adolfo Vázquez Humasqué, Director General del Instituto de la Reforma Agraria a la Explotación Colectiva de Espera. El diario republicano LA LUZ, con fecha 19 de enero, publicaba en sus páginas centrales una amplia reseña gráfica e informativa de la visita. Pronto se hicieron los contratos para labrar otros dos cortijos del término espereño: Los Barros y La Zorrilla.

El 19 de marzo Curro Garrido volvía a ocupar la alcaldía. A finales de junio acudía en Algodonales a una reunión de representantes obreros en nombre de ESPERA OBRERA.

Este año distintos miembros de “Espera Obrera” dejan la Asociación para crear otra nueva: “Espera Libre”, que no tenía tendencia colectivista sino individualista, es decir, buscaban el reparto de la tierra en lotes iguales por familias. Esto dio lugar a distintos enfrentamientos entre miembros de ambas Asociaciones y surgieron los apelativos de “culiblancos” para los miembros de Espera Libre y “culinegros” para los de Espera Obrera. Entre los miembros de esta nueva Asociación estaba Antonio Mancheño, uno de sus fundadores, que sería el último Alcalde republicano de Espera, fusilado en el año 1937.

En las Elecciones a Cortes de ese mismo año 1933 Curro Garrido se presenta en la Candidatura del Frente Único Revolucionario. El 4 de noviembre aparece en los periódicos dicha Candidatura con muchos componentes del Partido Comunista. Curro Garrido Barrera está en ella como representante de organizaciones campesinas de Espera.

Curro era ya un hombre conocido por su lucha política en los pueblos de alrededor pero eso no fue suficiente para que saliera elegido diputado. El carisma que este hombre tenía en nuestro pueblo lo demuestra el hecho de que en esas elecciones de un censo de 1.869 personas que votaron, lo hicieron por él un total de 1.861, es decir, más del 99 % de los votantes.

Tras fracasar en el intento de salir elegido diputado en 1933 y el triunfo de la derecha
los problemas comenzaron para la Explotación Colectiva de Espera, que lejos de superar la crisis que arrastraba desde agosto se fue extinguiendo y, con ella, el papel influyente de Curro Garrido. Una enfermedad a fines de 1934 le impide a Curro llevar su acostumbrada actividad política.

La preparación del Frente Popular lleva, de nuevo a Curro Garrido, a la primera línea de la actuación política. Tras el triunfo de la izquierda en febrero de ese año era nombrado Alcalde Antonio Mancheño, miembro de Izquierda Republicana de Manuel Azaña. Curro Garrido junto a otros espereños como Genaro Peralta y Manuel Moreno Miranda, dos alcaldes republicanos, José Duque, Agente Ejecutivo del Ayuntamiento, Antonio Jurado Ferreras, cabezalero de uno de los cortijos durante la Reforma Agraria, Juan Bernal Garrido, Francisco Matos Lozano, Daniel Ferrete Garrido, Cayetano Lozano Ferreras y varios más, configuraron una lista para las nuevas elecciones municipales que debían celebrarse en abril de 1936.

Entre los apresados los primeros días después del Golpe Militar del 18 de julio se encontraban Francisco Garrido Barrera, Genaro Peralta Molero y Antonio Mancheño Lozano, las tres personas que habían ostentado el cargo de Alcalde durante la República. Los tres estuvieron detenidos en la cárcel de Jerez. Mancheño fue el único de los tres que fue puesto en libertad. A ellos había que añadir el nombre de Manuel Moreno Miranda, que lo fue accidentalmente unos meses. Curro Garrido fue de ellos el primero en ser apresado, siendo fusilado el 15 de septiembre, tras haber pasado por la cárcel de Jerez y haber sido juzgado por un Consejo de Guerra. Todavía el 12 de agosto José María Garrido enviaba a su hermano Cristóbal una última carta en la que le expresaba una esperanza sobre la suerte de su hermano Curro: “Tengo una gran esperanza sobre la suerte de Curro, alguien que estuvo en Jerez asegura que será juzgado conforme a sumario -en el que nada grave puede resultar en contra suya-, en atención a una recomendación que ha sido hecha con gran interés y que será atendida con firmeza. ¿Sabes de quién es esa recomendación? ¿No te lo figuras? Del señor Cardenal. No hagas comentarios. Puedo asegurarte que al saberlo he sentido una de las más sentidas emociones de mi vida y no quiero privarte de ella. ¿Crees pertinente que yo le escriba dándoles las gracias? ¿O sería mejor que tú lo hicieras en nombre nuestro y de sus hijos?”

A pesar de esa recomendación Curro Garrido fue fusilado el 15 de septiembre junto a los muros del cementerio de San Sebastián de la localidad. El ocho de septiembre José María Garrido solicitaba permiso al Alcalde para ausentarse unos días y, definitivamente, a principios de octubre abandonaba su puesto en el Ayuntamiento espereño, solicitando el de La Campana, en Sevilla.

Antes de morir Curro escribió una carta, de admirable caligrafía, que sus familiares conservaron como testimonio de la gran serenidad de espíritu que mantuvo en aquellos últimos y trágicos momentos de su vida. La carta es ésta:

Espera 21 de agosto de 1936.

Sr. Don Cristóbal Garrido Troncoso.

Querido hijo: A ti, por ser el mayor, dirijo estas postreras líneas, para aconsejarte, en primer lugar, cuides de tus hermanos antes que de ti mismo; así es que es mi voluntad que no te cuides para nada de los asuntos político-sociales, mientras tus hermanos no estén criados. Es también mi voluntad que prestes ciega obediencia a mis tres hermanos, lo mismo que si de mí se tratara. Y por último, que a mi falta no se le dé importancia apenas: podéis considerarla como un accidente, puesto que en realidad no es otra cosa.

Muero tranquilo de no haber cometido acto ninguno contra las personas ni contra las cosas. Y, cosa particular, en este momento siento más tranquilidad, más consuelo al dejaros confiados a vuestros tíos, que si viviera vuestra madre, ¡la quise tanto!, que prefiero que viváis faltos de sus cuidados, antes que considerar su martirio en este trance.

En fin, hijos míos, respetad a vuestros tíos y a Rosario, y vivid con la conformidad de que vuestro padre cumplió con su deber.

Muchos besos y abrazos.
Francisco Garrido Barrera
”.

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