Higinio (n. El Real de la Jara, Sevilla, 1905) y Manuel (n. 1911) son el mayor y el menor de una familia campesina conformada por tres hermanos. Sus primeros años en El Real de la Jara, como en toda la Sierra Norte sevillana está marcado por un contexto con una enorme conflictividad social derivada, fundamentalmente, de una estructura de la propiedad de la tierra muy concentrada en pocas manos. El latifundio como sistema de explotación característico de la comarca genera una sociedad polarizada con un elevado índice de exclusión social entre los sectores subalternos locales: los pequeños campesinos y los jornaleros sin tierras. Bajo estas condiciones, en la Sierra Norte se articula desde finales del siglo XIX hasta los años republicanos (1931-36) un poderoso movimiento obrero de base campesina y minera y de inspiración anarquista y socialista, que reivindicaba no sólo el reparto de las tierras, sino mejores condiciones de trabajo y salariales para los trabajadores. La federación comarcal de la CNT, según apunta el historiador Jacques Maurice en su libro El anarquismo andaluz (Crítica, 1989), llegó a contar con más de 10.000 afiliados en 1931, siendo de las más fuertes de Andalucía. Higinio era uno de los líderes locales de la CNT, aunque a su hermano Manuel no se le conoce militancia política o sindical concreta.
El golpe militar del 18 de julio de 1936 produjo todo un movimiento de resistencia en las localidades serranas, proclamándose, incluso, el “comunismo libertario” en algunas de ellas. En el Real de la Jara se detuvo a algunos de los derechistas más señalados y se creó un economato que durante dos semanas repartió alimentos entre la población tal como señala Francisco Espinosa en La columna de la muerte (Crítica, 2003). No obstante, en pocas semanas, la zona caería en manos de los insurrectos fascistas contra la legalidad republicana y se emprendió una feroz represión que ha dejado hondas y traumáticas secuelas en la población. El cuatro de agosto la Columna Madrid —la columna de la muerte—, dirigida por el comandante Antonio Castejón irrumpe en El Real y en pocos días deja un saldo de casi un centenar de víctimas asesinadas. Unos cuarenta republicanos realeños, entre los que se encuentra Manuel, huyen hacia zona republicana por La Puebla del Maestre en Extremadura. Su hermano Higinio toma la fatal decisión de regresar al pueblo para estar con sus mujer y sus dos hijos pequeños. Es de inmediato detenido, llevado a la cárcel de Sevilla y asesinado un 23 de octubre de 1936 cuando contaba con 31 años de edad.
De los años de guerra civil no se sabe apenas nada de Manuel, sólo que tras pasar por Valencia y Madrid logra huir a Francia acompañado de su paisano, también futuro deportado, Isidoro Granado Rangel (Real de la Jara, 1908 – Gusen, 1941). Es de suponer que tras estancias en los denigrantes campos de concentración del Rosellón francés pasara a las Compañías de Trabajadores Extranjeros al norte del país. Se sabe por un testigo llamado Barrientos que pudo regresar al pueblo muchos años después, que se produjo una huida por parte de cuatro compañeros cuando se había iniciado la ocupación alemana. Dos consiguieron zafarse del cautiverio mientras que Manuel e Isidoro fueron detenidos por los nazis en el Sena cuando tenían intención de viajar a México.
Ambos son destinados en condición de prisioneros de guerra al Stalag XI-B en la ciudad alemana de Fallingsbostel, en la Baja Sajonia. A principios de enero de 1941 la Gestapo los acredita como “rojos españoles”. Pocos días después, el 27 de enero, son trasladados al campo de concentración de Mauthausen en un convoy conformado con un total de 1.506 republicanos españoles. Los deportados realeños son separados e Isidoro es trasladado al campo de Gusen en abril de 1941 para morir en el mismo sitio el día de los Difuntos. Su paisano Manuel, que llega el 20 de octubre, moriría apenas una semana después de su compañero. Tenía 30 años.