José Aguilar Lorente

Villanueva de San Juan
Sevilla

Conocido como el Yerno de Charola. Jornalero del campo, con instrucción, de pelo castaño y ojos claros, medía 1,66 de estatura; natural de La Puebla de Cazalla, de donde eran vecinos sus padres: Miguel Aguilar y Salvadora Lorente, estaba casado con María Pavón González y tenía una hija llamada Josefa, con las que vivía en la calle de la Cruz, número 34, que era la casa de su suegro, Antonio Pavón Moreno, alias Charola, y en la que éste también residía con sus hijas solteras: Mariana, Carmen, Ángeles y Francisca.

Huido de Villanueva de San Juan con su familia el día 22 de agosto de 1936, cuando tenía 30 años de edad, José Aguilar se marchó con dirección a la provincia de Málaga, en algunos de cuyos pueblos, como Almargen y Álora, estuvo residiendo, para trasladarse luego a Málaga capital y después a Porzuna en la provincia de Ciudad Real y a continuación a Murcia, donde el 30 de abril de 1938 ingresó como soldado de servicios auxiliares en una compañía de recuperación de materiales del ejército republicano, en la que permaneció hasta el día 25 de marzo del año siguiente. Acabada la guerra hizo acto de presentación en la comandancia militar de Murcia, desde donde el 11 de abril de 1939 fue pasaportado para su pueblo en compañía de su mujer e hija.

Un mes y medio después, en el cuartel de la guardia civil de Villanueva, le abrieron una ficha clasificatoria, en la que hicieron constar, entre otros datos, que José Aguilar, antes y después del Movimiento, el cual le sorprendió en la localidad, perteneció al partido socialista y votó al Frente Popular, pero ni ocupó ningún cargos directivo ni actuó como interventor o apoderado en las elecciones de febrero de 1936, aunque fue propagandista y tuvo una actuación mala; manifestando el propio interesado que no poseía bienes, ni tampoco sus familiares, en ninguna parte.

A petición del comandante militar de Villanueva, informó Manuel Linero Torres, como alcalde y jefe local de la Falange, que José Aguilar Lorente, alias el Yerno de Charola, pese a ser «muy socialista» y un «significado marxista», observó buena conducta y no cometió hechos delictivos durante la dominación roja. Certificando, por su parte, el guardia civil Juan Orellana Gómez, quien ejercía accidentalmente el cargo de comandante militar del pueblo, que Aguilar siempre se destacó por su propaganda marxista y, aunque no había constancia de su intervención en hechos delictivos, era considerado como una persona peligrosa para la tranquilidad pública «por su ideal»; de manera que, estimándose «un peligro» su libertad, se procedía a detenerlo para ser puesto a disposición de la Auditoría de guerra.

Desde la cual, una vez recibidos en ella esos antecedentes, se dio la orden de instruir un procedimiento sumarísimo de urgencia contra José Aguilar al teniente de infantería del regimiento de Oviedo número 8 y juez militar número 25 de Osuna, Rafael de la Torre Sánchez. A quien, en respuesta de una petición suya, las autoridades locales de Villanueva de San Juan: el cabo de la guardia civil, Rafael Repullo Miranda, el alcalde y jefe de FET y de las JONS, Manuel Linero y el juez municipal, Rafael Gómez Barrera, coincidieron en informar lo siguiente acerca de su convecino Aguilar Lorente: Este individuo, «cuñado del Alcalde» de Villanueva durante el Frente Popular, pertenecía al Centro obrero socialista y era «uno de tantos sin ascendiente ni influencia entre los marxistas» que prestó servicios de armas a las órdenes del comité revolucionario, pero del que no se tenían noticias de que hubiera tomado parte en los hechos delictivos ocurridos en la población.

Adonde el día 11 de diciembre de 1939 se desplazó el teniente instructor para tomarles declaración como testigos de cargo a Francisco Moreno Jiménez y Andrés Rivera Torres. Éste, hombre del campo, de 55 años de edad y con domicilio en la calle del Pozo, expuso que el Yerno de Charola antes del alzamiento nacional pertenecía al Centro obrero socialista y «se colocó al lado de la causa roja» cuanto se produjo el Movimiento; no recordaba si alguna vez lo vio prestando servicios armado de una escopeta, aunque «calculaba» que sí pudo prestarlos «ya que casi todos los elementos de izquierdas del pueblo prestaron esos servicios por aquellos días más o menos obligadamente»; y pese a que no sabía si tomó parte en algunos otros delitos de los cometidos en el pueblo, creía que no, pues ninguna referencia tenía de ello.

Francisco Moreno, por su parte, industrial, de 37 años de edad y con domicilio en la calle Fuente Alta, número 12, manifestó que él sabía, por haberlo visto en repetidas ocasiones armado con una escopeta, que José Aguilar prestó servicios con armas a favor de la causa roja, al lado de la cual se colocó desde que estalló el Movimiento, aunque a pesar de ello se comportó «de manera muy moderada» y se desconocía que durante aquel tiempo hubiese tomado parte en alguno de los hechos delictivos que se cometieron en el pueblo, a cuyo Centro obrero socialista pertenecía antes del alzamiento nacional.

Tras oír a esos dos individuos, el teniente de la Torre procesó a Aguilar por el delito de rebelión militar y el día 18 de diciembre de 1939 lo interrogó en la cárcel de Osuna, donde el hombre se hallaba recluido desde hacía cinco meses; transcurriendo así el interrogatorio:

P.- ¿Cuántos servicios de armas prestaste durante la dominación roja en el pueblo de «El Saucejo»?

R.- Yo no presté ningún servicio de esa clase en aquel tiempo, ya que por padecer «una enfermedad antigua» estuve «encamado», recibiendo asistencia facultativa del médico del pueblo «Don Pablo», cuyos apellidos no recuerdo, y por esta razón sólo pude salir entonces de mi domicilio dos o tres días.

P.- ¿Y por qué te marchaste «corriendo» a la zona roja?

R.- Me marché porque como vi que toda la gente se salía del pueblo, yo también lo hice.

Al día siguiente del interrogatorio, el juez militar de Osuna dio por terminada la instrucción del procedimiento y lo remitió al auditor de guerra, Ignacio Cuervo Arango y González Carvajal, quien propuso su sobreseimiento por considerar que no se había probado suficientemente la comisión de hechos que pudieran ser constitutivos de delito, ya que lo que resultaba de las actuaciones era que el procesado se encontraba en el pueblo de «El Saucejo» al iniciarse el glorioso movimiento nacional, pero no intervino en hechos delictivos; y, tras evacuar su domicilio «al ser conquistado aquel lugar», fue movilizado y formó parte del ejército rojo, siendo destinado a una compañía de recuperación.

Aceptada la propuesta del auditor por el capitán general de la 2ª región militar, Fidel Dávila Arrondo, la resolución de éste le fue notificada a José Aguilar el 9 de diciembre de 1940 en Sevilla, adonde el hombre hubo de trasladarse desde Villanueva, pues se encontraba en libertad provisional desde el día 7 de enero de ese mismo año.

Fuentes

  • Archivo del Tribunal Militar Territorial Segundo: PSU nº 7780/39: legajo 10-378.
  • Archivo Municipal de Villanueva de San Juan: Legajo 29.
  • Archivo Histórico Provincial de Sevilla: Prisión Provincial de Sevilla: legajo 23873.
  • Libro registro de la cárcel de Osuna.
  • Todos (...) los Nombres_