Cádiz 1897-1936
Hijo de la burguesía gaditana en época de la Restauración borbónica. Su padre fue José de Barrasa y Fernández de Castro, marino y político que llegó a ser diputado y senador, así como presidente del Partido Liberal en Cádiz.
Nacer en el seno de dicha familia le sirvió para, una vez acabados sus estudios básicos, marchar a Madrid donde se licencia y doctora en Derecho con una tesis titulada “La colonización española en América”. Corría el año 1922. Poco tiempo después es nombrado Juez de Primera Instrucción en su ciudad natal. En 1926 consigue una plaza como Secretario Judicial del Juzgado Municipal de San Antonio, donde trabajará hasta su pronto fallecimiento.
Pero no queda aquí la vida laboral de José de Barrasa. También influenciado por su padre, el citado Almirante José de Barrasa, entró a formar parte del Cuerpo Jurídico Militar, ya que su formación lo hacía propicio para ello.
Se casa con Carmen Sánchez Muñoz con la cual tiene seis hijos: José, Antonio, Carmen, Conchita, Mercedes y Teresa. Vivirían en la Plaza de Candelaria, por aquel entonces de Castelar.
Conforme avance la década de los años 20 José de Barrasa se va a descubrir como un joven culto e inquieto. Así en estos años ingresa en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, en la Real Academia de la Historia, así como en la Real Hispanoamericana de Cádiz, de la cual llegará a ser secretario en 1932. Siguiendo en la década de los 20 será cuando aparezcan sus primeros escritos en prensa. Actividad que mantendrá el resto de su vida. Renovación, Diario de Cádiz, La Información, El Noticiero Gaditano o El Observador son algunos de los titulares que contienen sus textos.
También será partícipe de la política durante la II República. Si bien en un primer momento forma parte del Partido Republicano Autónomo – que aglutinaba al Partido Republicano Radical, al Partido Republicano Socialista y a la Derecha Liberal Republicana-, tiempo después se enrola en la Unión Republicana de Diego Martínez Barrios. Así llega en abril de 1936 a ser concejal interino del Ayuntamiento de Cádiz.
El 19 de Julio de 1936 marcha a su trabajo en la Plaza de San Antonio. El día 23 del mismo mes un grupo de falangistas asaltan su casa y encuentran dos armas. Una pertenecía a su padre y la otra a él, como militar que era. Tras unos forcejeos, pues se negó a ser arrestado por falangistas, es llevado a la fuerza al Casino Gaditano, cuartel de Falange en aquellos días. Tras el interrogatorio se le traslada y se le hace preso al Castillo de Santa Catalina. José de Barrasa, que hasta ese momento había sido juez, llegó a presentar una reclamación a la Auditoría de Sevilla.
A finales de agosto es llevado a los cuarteles de Santa Elena. Al conocer la noticia en ese instante de que lo van a fusilar hace testamento y perdona a los que le van a matar. Son testigos del hecho Ramón de Carranza y Luis Machuca. Como persona religiosa que era se confesó ante el Capellán Castrense Sancho Murriá. Aquel pelotón de fusilamiento también asesina al Comandante de Infantería retirado Manuel Morales Domínguez, el oficial de telégrafos Manuel Cotorruelos Delgado y Milagros Rendón Martel, hija del también fusilado días antes, el concejal comunista Francisco Rendón San Francisco. El episodio de su muerte no está claro. Hay quien piensa que el capitán José de Barrasa fue detenido a causa de una orden del General Franco por motivos del bombardeo a la ciudad de un barco el 5 de agosto. Sin embargo otros creen que su asesinato fue producto de la envidia que se le tenía a un joven prometedor, culto y adinerado.
Una vez desaparecido, muchas propiedades fueron incautadas a la familia. Su viuda, tras perder la criatura que esperaba, tuvo que salir adelante vendiendo otras propiedades. El 12 de noviembre de 1938 el General Queipo de Llano le condena a pagar una multa de 5.000 pesetas por la tenencia de armas. Quizás aquí, la prueba de que su desaparición fue fruto de la codicia.
Fuente: Santiago Moreno Tello: Periodistas represaliados en Cádiz. Asociación de la Prensa de Cádiz, 2008.