José Mellado Bueno, primero de una larga lista de víctimas que se sucederían en la población de Chipiona (Cádiz) entre julio y diciembre de 1936. Natural de Chipiona. De 40 años de edad. Profesión campo. Viudo y con cinco hijos: José, Aurora, Elvira, Antonio y Carmen. Su hijo José también sería represaliado pero pudo salvar la vida. La fecha de su muerte la desconocemos de manera exacta pero debió ser pocos días después de la sustitución de la bandera republicana por la nacional, el catorce de agosto de 1936.
Chipiona se encontraba en una situación de tensión ante el miedo de que sucediesen allí los abusos y asesinatos que se estaban cometiendo en otros pueblos de la provincia. Ante este temor José Mellado Bueno, amigo de la familia del nuevo gobernador de Cádiz Valera Valverde, fue a visitarlo, temeroso de que sucediesen represalias contra la población de Chipiona, ya que en la población vecina de Sanlúcar de Barrameda las tropas marroquíes habían cometido numerosos abusos contra la población civil. El gobernador le aseguró que nada ocurriría en Chipiona. Tras convencerse de esto, regresaría a la villa para dar a conocer su conversación con el Gobernador y calmar a la población.
Esta situación no era bien vista por una parte de los vecinos de Chipiona que veían en José Mellado un lastre del cual librarse para poder comenzar la represión. Para tal fin se ideó una argucia: extender una falsa noticia. Ésta consistió en mandar a un niño para que apedrease la bandera nacional, y éste acusaría a José Mellado Bueno de habérselo ordenado. Este falso testimonio fue utilizado por la oligarquía de la villa para apresarle. Pocos días después fue fusilado.