José Moreno fue internado en el campo de Argelès, cerca de la frontera. Al comenzar la guerra mundial le contrató un patrono francés para fabricar carbón de leña en un pueblo de los Pirineos. Luego trabajó con un tractor para transportar la leña que cortaba en el bosque. En 1959 estuvo de albañil en Sisteron (en Los Alpes) y también unos meses en Pamiers. Finalmente se asentó en Ille-sur-Têt, un pequeño pueblo situado al oeste de Perpignan, donde rehizo su vida. Mi abuelo se lamentaba de no poder ver a sus hijos —afirma su nieta Helene Boutevin— no podía volver a España y su esposa tampoco veía fácil atravesar el país con cuatro hijos para reunirse con él. La guerra les condenó a decirse adiós. Su hija Ana Mª no conoció a su padre hasta que tuvo veinticuatro años, cuando decidió viajar a Francia para verlo. Tenía y tiene todavía hoy el sentimiento de haber sido abandonada —continúa Helene— su padre la faltó mucho y no consiguió conocerlo como ella quería.
En 1963 me reencontré con mi padre en Francia —confiesa su hijo Manuel— tras casi treinta años sin vernos. La cita tuvo lugar en la estación de Ille-sur-Têt. Llegué allí y me senté en un banco, yo no conocía a nadie, ni entendía el idioma. De pronto vi a una persona paseando arriba y abajo. Se parecía a mi padre, pero habían pasado tantos años……. Llevaba un abrigo y cubría su cabeza con una mascota ¿Sería él? De vez en cuando dirigía su mirada hacia mí y yo se la devolvía, pero ninguno de los dos decíamos nada. Hasta que por fin se decidió y vino hacia mí ¿Eres Manuel?, preguntó. Me incorporé de un salto y nos fundimos en un abrazo. La emoción nos embargó y las lágrimas brotaron empañando nuestros ojos. Me llevó a su casa, me presentó a Francine, su compañera francesa, y me quedé con ellos un par de días. Fue tan corto el tiempo marcado que me prometió realizar un viaje a El Cerro cuando Franco muriera. Y así fue, mi padre regresó al pueblo en 1978, repitiendo en los años siguientes. Pero mi madre nunca aceptó que estuviera con otra mujer, consideraba una traición lo que había hecho y no quiso volver con él. José Moreno falleció en Ille-sur-Têt, el 30 de septiembre de 1996, a los noventa y tres años de edad.
Fuentes: Manuel Moreno Mogeda (hijo) • Hélène Boutevin (nieta, residente en Francia) • Sebastián Mogeda Delgado, Memorias • Archivo de la Diputación Provincial de Huelva, Causa 610/1937, caja 28/369 • Archivo Municipal de El Cerro. Libro Quintas, leg. 62 • Registro Civil de El Cerro. Nacimientos, Tomo 23, fol. 162 • J. Ramírez Copeiro del Villar, En tierra extraña. El exilio republicano onubense, autor-editor, 2011.