Juan Conde Orellana

Jerez de la Frontera
Cádiz

Jerez de la Frontera, 1933-2002

Nació en la calle Pozo del Olivar, en el seno de una familia humilde de 8 hermanos. Su padre era “alpaquero” y su madre echaba los medios días, lavando ropa en casa de familias ricas. Juan y sus hermanos comían lo que la madre traía de estas casas para matar el hambre que pasaban. Tan sólo pudo ir quince días a la escuela, porque con 7 años ya ayudaba a un mayeto a guardar ganado en un rancho, y a la edad de 9 años ya acompañaba a su padre por las gañanías en su labor de alpaquero. Eran los tristes años 40, en los que Juan no tenía otro remedio que trabajar, perdiendo la infancia, durmiendo sobre la paja y sin más recursos ni derechos. Estas experiencias eran algo que más tarde, cuando maduró, pesaron en la toma de conciencia y el compromiso con el movimiento obrero.

Su sensibilización con la cuestión obrera le vino por el contacto en las gañanías con los trabajadores del campo que vivieron la guerra civil, y que en las noches de invierno y al calor del fogón hablaban de las persecuciones, de los fusilamientos de la Falange y de la represión al movimiento obrero.

Hizo el servicio militar en Madrid en 1953, y allí trabajó en un hotel con su hermano.

En 1961 empezó a participar en la parroquia de San Mateo, en un grupo cultural, en donde pudo aprender la cultura que la pobreza de la infancia le había negado. En la parroquia se daba una gran importancia al desarrollo cultural de las personas, y se creó una pequeña biblioteca. Dos años más tarde, monseñor Cirarda, obispo de Jerez, oye hablar (por vía del sacerdote González Cornejo) de un joven trabajador que en la Parroquia de San Mateo realiza una labor cultural muy interesante, y habla con él para que ingrese en la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica), organización obrera en el seno de la Iglesia tolerada por el régimen franquista y fundada en 1947. Allí Juan recibirá una formación específica de militancia obrera, convirtiéndose al “auténtico cristianismo”, y optando por la pobreza mística como modo de vida, según él, requisito y don de todo cristiano comprometido.

Un año después se crea en el interior de la HOAC la editorial ZYX, formada por el sector más crítico de la organización, autodenominado “HOAC real”, que marca distancias con la jerarquía eclesiástica, reivindica la figura de G. Rovirosa y se convierte en la línea más beligerante con el régimen de Franco. Sin salirse de la HOAC y utilizándola siempre que era necesario, la editorial ZYX difundía obras comprometidas donde se hablaba de la condición obrera, del conflicto de clases, de las ideologías marxista y anarquista, etc. La editorial estaba dirigida por Jacinto Martín Maestre y Julián Gómez del Castillo, y editaba a precios populares (como los títulos de la Serie Verde, a 13 pesetas) obras de las que mencionamos algunos títulos: ¿De quién es la empresa? (G. Rovirosa), La huelga general de 1917, Utopía de Tomás Moro, obras de Mounier, e incluso títulos como La conquista del pan, de Kropotkin, o Historias del anarcosíndicalismo español del anarquista Gómez Casas, que en plenos años de la dictadura suponía una provocación a la censura. Juan Conde comentaba que de una lista de 20 títulos que intentaban publicar, La censura les dejaba sacar sólo dos libros, e incluso recordaba haber participado en una entrevista con el entonces Ministro de Información, Fraga Iribarne, para pedir explicaciones por la censura a ZYX.

Juan se involucra, por tanto, en el proyecto de la editorial ZYX siendo requerido por la editorial para que sea Delegado en Andalucía Occidental. Eso supuso abandonar temporalmente el trabajo en la construcción, entrando a cobrar el mismo sueldo como liberado de ZYX (era una norma no poder cobrar más de lo que se cobrara antes en su oficio). Juan compagina la venta de libros en parroquias, en librerías, entre grupos de la HOAC, con cursillos de formación que imparte por toda Andalucía, donde extiende la conciencia obrera por cada pueblo que va.

La formación en la que se especializa es en la historia de los trabajadores. En Jerez se llegó a crear una Escuela Social, donde jóvenes obreros se formaban en torno a cuestiones sociales.

Los viajes a Madrid se hacen frecuentes, y pronto la actividad frenética obliga a Juan Conde a irse a Sevilla, donde hay muchos más grupos obreros cristianos que atender, utilizando formas de captación diversas: colaboradores, grupos de simpatizantes, grupos de iniciación (formación), etc. Allí vivió durante 7 años. Gracias a la labor de gente como Juan, los libritos de ZYX circulan por manos obreras de toda España, acompañados de la lectura en grupo, de la discusión… de la formación, en definitiva, de la que estaba tan necesitada la clase obrera en esos momentos.

Juan Conde también pasó por las cárceles franquistas. En 1966 fue detenido porque la policía interceptó un telegrama de la USO dirigido a militantes obreros de la provincia de Cádiz (aunque en ese momento Juan no militaba en esa organización), y pasó 19 días en la prisión de Jerez junto al jerezano Ramón Gaitero. Un año después fue juzgado por tal motivo por un Tribunal de Orden Publico, y absuelto. Juan recuerda haber estado detenido en 12 ocasiones y haber sufrido 4 registros domiciliarios. En las detenciones, que duraban 72 horas, la policía utilizaba el terror psicológico poniendo grabaciones con sonidos de torturas por las noches.

Pero a medida que la editorial ZYX se va nutriendo de nuevos colaboradores, un grupo de universitarios catalanes (alguno de ellos hijos de familias industriales, como los Oriol) va orientando la editorial hacia partidos políticos de la clandestinidad (socialistas, como el FLP, Frente de Liberación Popular, conocido también como el Felipe) y olvidándose de los precios populares e introduciendo criterios de comercialidad. Así, el sector originario al que pertenece Juan Conde, que se orienta hacia un cristianismo de línea autogestionaria, decide salirse y dedicarse de lleno a la labor sindical. De este modo, funciona entre los años 1974 y 1977 el Movimiento Obrero Autogestionarío (MOA) con gran extensión en sectores como el de la construcción, y que reivindica una línea libertaria dentro del movimiento obrero, pero sin vinculación con la CNT. El MOA acaba con su integración en la Unión Sindical Obrera (USO), nueva organización nacida de sectores de la HOAC y la JOC (Juventud Obrera Cristiana), pero la dirección de la USO (Zaguirre) pronto marca una línea socialdemócrata y conciliadora con la UCD que Juan Conde no comparte, y que le hará abandonar la organización junto con otros muchos trabajadores de la provincia de Cádiz tras el Congreso de la USO en Castelldefels.

Un grupo de estos trabajadores funda en Jerez el CLAT, (otros sectores de la USO van CCOO y UGT), de carácter autónomo, cuyo sindicato más fuerte y conocido es el SAVID (de trabajadores de la vid), con líderes como Sebastián González y los hermanos Gaitero. El CLAT funciona en Jerez durante varios años, pero decide finalmente disolverse, pasando algunos miembros a CCOO y otros, la línea más autogestionaria, a la CNT escindida, la que hoy se llama Confederación General del Trabajo (CGT), trabajando fundamentalmente en el área de formación.

Juan Conde, asimismo, se embarca en una iniciativa de trabajo asociado, la Cooperativa de Construcción Apoyo Mutuo, que funcionó durante varios años en Jerez bajo unos principios de trabajo autogestionado.

También impulsó en nuestra ciudad la Biblioteca Utopía, una biblioteca popular que funcionó ligada al MOA durante muchos años en la calle Gaspar Fernández, donde todavía hoy se ubican los locales sociales de movimientos alternativos de Jerez.

Juan también participó en el movimiento vecinal de Jerez, que eclosionó con fuerza en los años 80. En la barriada de El Pelirón, Juan participa en la fundación de una asociación de vecinos para dignificar el barrio, y se encarga muy especialmente de montar una pequeña biblioteca para los jóvenes del barrio. Preside la asociación durante algunos años, consiguiendo que el Ayuntamiento construya un centro de barrio, y sus esfuerzos coinciden especialmente con los de otras asociaciones de la zona, lo que dará lugar a fundar la Coordinadora de Asociaciones de la Zona Delicias, un interesante precedente de trabajo en red de colectivos vecinales, juveniles y culturales de todo un distrito, lo que provoca un enfrentamiento con el Ayuntamiento de Jerez por la cuestión del Circuito Cultural.

El Circuito Cultural era una serie de actividades culturales municipales que iban circulando por distritos, pero que funcionaban de arriba abajo, impuestas y no decididas por los colectivos ciudadanos de los barrios. Así que de la crítica a esta política cultural municipal se plantean actividades culturales por cuenta propia de los colectivos, y en conexión con las asistentas sociales del Centro Cívico de Las Delicias, que sí apoyaban las reivindicaciones de la Coordinadora. De aquí nacen iniciativas como el Colectivo de Educadores de Barrio Arrabal la emisora de radio alternativa Frontera Radio. La Coordinadora de Las Delicias realizó un informe para criticar la labor sociocultural del Ayuntamiento, lo que supuso que éste empezase a limitar la utilización del Centro Cívico a las asociaciones e intentase torpedear desde dentro la Coordinadora con militantes del Partido Andalucista que controlaban algunas asociaciones vecinales.

En toda esta “movida” del asociacionismo vecinal, no faltó tampoco Juan Conde en la creación de la Federación de AA.W Solidaridad, en sus primeros tiempos con un carácter muy crítico y participativo.

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