Juan Navarro Saborido, natural de Alcalá del Valle (Cádiz), nació el 12 de marzo de 1899. Criado en el seno de una numerosa familia jornalera residió en la calle Almona hasta mediados de la década de 1920. Ante la falta de oportunidades laborales Juan decidió buscar suerte en el municipio sevillano de Utrera junto a su esposa, Ana Vargas Soriano, fijando su residencia en la calle Doña Juana Gómez n.º 21. Poco más se sabe sobre la vida de este alcalareño durante los años posteriores, desconociéndose su desarrollo personal durante la Segunda República y la Guerra Civil. Lo más probable es que huyese de la provincia de Sevilla tras el triunfo del golpe militar en el verano de 1936, refugiándose en la zona de Valencia y Cataluña durante el conflicto.
Aunque se desconoce cuándo y cómo, Juan Navarro formó parte de los miles de españoles exiliados a Francia a principios de 1939 debido a la inminente derrota de la República. Es posible que tras el internamiento en un campo de «refugiados», este gaditano se uniera al ejército francés, para posteriormente ser detenido como prisionero de guerra durante la exitosa ocupación del país galo por las tropas alemanas en la primavera de 1940. Esta teoría está motivada por su estancia en uno de los campos de prisioneros habilitados por las autoridades nazis, concretamente el Stalag IX-A situado en la pequeña localidad alemana de Ziegenhain. En este stalag estuvo hasta el 11 de agosto de 1940, momento en el que era subido a un vagón de carga de tren rumbo a lo desconocido.
Juan Navarro nunca supo que formaba parte de uno de los primeros convoyes de españoles republicanos deportados al campo de concentración de Mauthausen. Hacinado junto a 91 compatriotas, dos de ellos gaditanos (el jerezano Diego Pérez y el puertorrealeño Manuel Bolaños), tras casi tres días de trayecto y bajo un calor asfixiante, Juan Navarro llegaba a su destino el 13 de agosto de 1940. Después de una caminata de más de cinco kilómetros, la bienvenida recibida en el campo de concentración ya daba pistas del futuro que le deparaba: múltiples golpes y gritos, un rapado, el traje rayado y una nueva identidad, el número 3.770.[1]
El alcalareño entró en Mauthausen como campesino y en su registro aportó como dirección su residencia en Utrera.[2] Durante varios meses trabajó en la cantera existente, recorriendo día tras día la mortífera escalera cargado con enormes piedras. Así estuvo hasta el 24 de enero de 1941, cuando fue trasladado al subcampo de Gusen junto a más de 800 republicanos españoles, once de ellos gaditanos, quienes tenían que hacer hueco a los nuevos deportados que llegaban a Mauthausen. Aunque muchos entraron a Gusen como voluntarios, creyendo que las condiciones de vida podrían ser mejor, la inmensa mayoría fueron elegidos por estar enfermos o inválidos.
En el caso de nuestro protagonista es probable que estuviese muy enfermo, ya que vivió tan solo mes y medio en Gusen. Juan Navarro Saborido, identificado en este campo con el número 9.499, fallecía el 7 de marzo de 1941, días antes de cumplir 43 años, convirtiéndose en el primer gaditano en morir en un campo de concentración nazi. El «libro de los muertos» de Mauthausen realizado por las autoridades del campo registraron como causa de la muerte «perniosis».[3] Hay que tener en cuenta que las causas de muerte que aparecen en los documentos oficiales nazis a menudo no coinciden con el motivo real. Los asesinatos y matanzas a menudo se disfrazaban de «causas naturales», así como las muertes por el frío, las enfermedades o la falta de alimentos e higiene.
Dejando esta cuestión aparte, lo cierto es que los restos de Juan Navarro Saborido terminaron convertidos en cenizas en el crematorio de Gusen. Su esposa, Ana Vargas Soriano, no conoció la muerte de su esposo hasta 1962, cuando recibió una carta de otro deportado español, quien detallaba la terrible muerte de Juan Navarro. Esta nada tenía que ver con la supuesta causa de la muerte registrada por los nazis. Para estas fechas ya existía el «Aviso oficial de deceso de españoles fallecidos en los Campos de concentración de la Alemania Nazi», expedido en Francia por la Dirección de los Contenciosos del Estado Civil e Investigaciones del Ministerio de Excombatientes y Víctimas de Guerra. Un valioso documento que estuvo abandonado durante años en el Archivo del Registro Civil Central del Ministerio de Justicia de nuestro país.[4] Para concluir, he de destacar que muchos de los datos mencionados están disponibles en diferentes bases de datos e investigaciones previas.[5]
Fuente: Ángel Medina Linares, Gaditanos deportados a los campos de concentración nazis. Diputación de Cádiz, 2022. Accesible en https://www.dipucadiz.es/export/sites/default/prensa/.galeria_de_ficheros/documentos/Memoria-Final.-Gaditanos-deportados-a-campos-de-concentracion-nazis-2.pdf
[1] Archivo del Memorial de Mauthausen, «Lista de entrada a Mauthausen», Y50-1, 13/08/1940.
[2] ITS Digital Archive, Arolsen Archives, «Individuelle Häftlings Unterlagen KL Mauthausen»: 1.1.26.3/146.451/1648903-05.
[3] La perniosis consiste en el desarrollo de lesiones inflamatorias, eritematosas y a menudo pruriginosas, localizadas en las extremidades, tras el contacto con el frío. Puede verse como un trastorno aislado en un individuo por otro parte sano, pero en este caso estaría motivada por el contexto de diversas enfermedades como la anorexia nerviosa u otros trastornos asociados a bajo peso. ITS Digital Archive, Arolsen Archives, «Totenbuch des KL Mauthausen/Kdo. Gusen, 01.06.1940-27.04.1945»: 1.1.26.1/8111900/1290746.
[4] Ministerio de Justicia, Archivo del Registro Central, «Avisos oficiales de decesos de españoles fallecidos en los Campos de concentración de la Alemania Nazi»: Juan Navarro Saborido, 07039-A.
[5] Véase: Generalidad de Cataluña, Banco de la Memoria Democrática, «Deportados catalanes y españoles en los campos nazis», ID6650. CDMH, «Españoles Deportados a Campos de Concentración Nazis 1940- 1945», Navarro Saborido, Juan. B. Bermejo y S. Checa, Libro Memorial. Españoles deportados a los campos nazis (1940-1945), Madrid, Ministerio de Cultura, 2006, p. 57.