Georges Santayana
Mon grand père Juan Mateo Arjona, anarchiste et fervent militant pour la CNT est né le 25 Juillet 1888 à Séville. Il sera exécuté par les troupes franquistes à la prison de Monte Hacho à Ceuta le 21 Janvier 1937.
Mon grand père épouse Luisa Callealta Pelufo le 16 Mai 1917. Luisa a 25 ans, elle est née à Puerto de Santa Maria près de Cadiz. Ils eurent 9 enfants dont José mon père.
En novembre 1931, Juan est mis en prison à Cadiz après avoir été jugé par un conseil de guerre suite à la grève des loyers et des prix alimentaires d’Octobre 1931 à Cadix. Il est considéré comme un syndicaliste anarchiste trop exalté et les Républicains préfèrent le voir en cellule sous surveillance. Ils lui proposeront un passeport et la liberté à condition qu’il s’éloigne d’Espagne avec sa famille. Il ira donc vivre à Rabat au Maroc chez sa belle sœur avec sa femme et ses enfants.
Juan, même exilé, n’a jamais abandonné son engagement politique pour une Espagne libre et plus juste. Il écrit un livre sur la cause des ouvriers et se tient au courant des évènements en Espagne par des amis politiques. Il donnera même une conférence sur la cause des ouvriers en Espagne dans une salle de réunion à Rabat. Plusieurs articles publiés dans le journal de la CNT lui seront reprochés lors d’un conseil de guerre.
Il a été jugé et condamné par deux conseils de guerre: Celui du 18 Septembre 1936 qui l’accuse entre autres choses d’avoir participé à la grève générale de la CNT du 30 Mai 1936 et dont la sentence le condamne à 12 ans de prison et un jour. Et celui du 7 Janvier 1937 qui l’accuse d’ «insultes à l’armée» où il lui est reproché d’avoir prononcé deux phrases: «¡Que si el ejército de Franco triunfaba en el Movimiento, a él lo tendrían que fusilar!» et «Ya sale la fuerza para Algeciras, ¡Qué lástima que la escuadra no la echase abajo!» La sentence est de 6 ans de prison par phrase prononcées: 12 ans de prison.
Mon grand père Juan attendait d’être de nouveau transféré à la prison de Cadix, lorsqu’un bombardement Républicain eut lieu sur la ville de Ceuta le 20 janvier 1937. En représailles, 33 prisonniers sont sortis des cellules et abattus, Juan en faisait partie. Il est mort le 21 janvier 1937 exécuté par les phalangistes.
Juanito, leur fils aîné, alors à peine âgé de 19 ans, partageait les idées politiques de son père et n’aura cessé d’écrire des poèmes en prison. Il écrivait au crayon de papier sur un petit carnetafin d’échapper intellectuellement à ses geôliers. Juanito est mort aussi peu de temps après son père pour avoir réagi violemment à l’annonce de la mort de son père alors qu’il était à l’hôpital militaire de Ceuta. Il a gravé «CNT et UHP» sur un mur de l’hôpital en hommage aux idées de son père. Il mourra après une condamnation à 6 ans de prison et de travaux forcés auxquels il ne survivra pas.
Le certificat de décès de mon grand père n’a jamais été donné à sa famille, son épouse l’aura attendu jusqu’à sa mort en 1968. Le certificat de décès de son fils ainé Juanito lui avait été remis un soir de noël à Rabat au Maroc. Nous savons maintenant que Juan et Juanito sont enterrés dans la même fosse commune à Ceuta.
Mon seul regret est de n’avoir pas pu consoler la douleur de mon père qui aura vécu jusqu’à son dernier soupir en 1998 avec le poids de l’absence d’un père «disparu» en 1937 alors qu’il était enfant.
Juan Mateo Arjona et Juanito Mateo Callealta, vos noms sont enfin gravés sur une plaque au dessus de cette fosse qui ne sera plus la fosse de l’oubli et du mépris.
Vous nous avez appris la nécessité de la lutte pour la dignité et la liberté.
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Jorge Santayana
Mi abuelo Juan Mateo Arjona, anarquista y activo militante de la CNT, nació el 25 de julio de 1888 en Sevilla y fue ejecutado por las tropas franquistas en la prisión del Monte Hacho en Ceuta el 21 de enero de 1937.
Se casó con Luisa Callealta Pelufo el 16 de mayo de 1917. Luisa tenía 25 años y era natural de El Puerto de Santa María, en la bahía de Cádiz. Tuvieron nueve hijos. Uno de ellos fue José, mi padre.
En octubre de 1931 Juan fue encarcelado a raíz de una huelga de alquileres y por la bajada del precio de los alimentos de primera necesidad que tuvo lugar en Cádiz. Acababa de llegar a la ciudad expulsado del Marruecos español por sus actividades sindicales. Su familia permaneció en Salé, cerca de Rabat, en la zona francesa. Se le consideraba un anarcosindicalista exaltado y las autoridades republicanas preferían tenerlo en la cárcel, vigilado.
En febrero de 1932 fue puesto en libertad con la condición de que se alejara de España. Se fue a vivir, con su mujer e hijos, a Rabat, a casa de su cuñada.
Incluso exiliado nunca abandonó su compromiso político por una España más libre y más justa. Escribió un libro sobre la lucha obrera y se mantuvo al corriente de los acontecimientos españoles a través de las informaciones que le proporcionaban sus amigos. Llegó a dar una conferencia, sobre el obrerismo en España, en un centro social de Rabat. En la primavera de 1936 se encontraba en Ceuta. En el consejo de guerra que tuvo ese mismo año le reprocharon los muchos artículos que había escrito en la prensa de la CNT.
Tras el golpe de Estado de julio de 1936 fue juzgado y condenado en dos consejos de guerra. En el primero, celebrado el 18 de septiembre, se le acusó, entre otras cosas, de haber participado en una huelga general convocada por la CNT en la localidad el 30 de mayo de 1936. Fue condenado a 12 años y un día de cárcel. Más tarde, el 7 de enero de 1937, compareció ante otro tribunal militar que lo imputó por un delito de «insultos al ejército» por haber dicho estas dos frases: «¡Que si el ejército de Franco triunfaba en el Movimiento, a él lo tendrían que fusilar!» y «Ya sale la fuerza para Algeciras, ¡qué lástima que la escuadra no la echase abajo!» La sentencia fue de 6 años de cárcel por cada una de las frases: en total 12 años.
Mi abuelo Juan esperaba que lo llevaran de nuevo a la cárcel de Cádiz pero el 20 de enero de 1937 los republicanos bombardearon Ceuta. En represalia, los franquistas sacaron a 33 prisioneros de la cárcel y los asesinaron. Mi abuelo fue uno de ellos. Murió el 21 de enero ejecutado por unos falangistas.
Juan Mateo Callealta, su hijo mayor, que apenas tenía 19 años, compartía las ideas políticas de su padre y también fue encarcelado. Durante el tiempo que estuvo en prisión no dejó de escribir poemas. Los escribía a lápiz, en una libretita, para liberarse intelectualmente de sus carceleros.
Juanito falleció poco tiempo después. Cuando se enteró de la muerte de su padre grabó en un muro del hospital militar de Ceuta donde estaba, las siglas «CNT y UHP » en homenaje a su padre. Tuvo un consejo de guerra que lo condenó a 6 años de cárcel y a trabajos forzados a los que no sobrevivió.
Mi abuela nunca tuvo un certificado de defunción su marido. Lo esperó hasta su muerte en 1968. El certificado de la muerte de su hijo Juanito lo recibió una tarde del día de Navidad en Rabat donde vivía. Hoy sabemos que Juan y Juanito están enterrados en la misma fosa común en Ceuta.
Mi gran pena es de no haber podido consolar el dolor de mi padre que vivió hasta su último suspiro en 1999 con el peso de la ausencia de un padre «desaparecido» en 1937 cuando él era niño.
¡Juan Mateo Arjona y Juanito Mateo Callealta! hoy vuestros nombres están, por fin, grabados en una placa encima de esa fosa que ya no es la fosa del olvido y del desprecio. Gracias por habernos enseñado la necesidad de luchar por la dignidad y la libertad