Julio Cabilla Alberto

Cádiz

Cádiz 1897 – Madrid 1955

Practicante y comerciante de “La Droguería Americana” que existió en la calle Hospital de Mujeres. Provenía de familia humilde, su padre Sebastián Cabilla era operario del dique. Su madre Carmen Alberto servía en casa de gente adinerada. Realiza estudios primarios, aunque su hija María de los Santos lo recuerda como un autodidacta.

Fundó en 1916 junto con Fernando Cevallos Cerezo El practicante gaditano, el cual dirigió desde octubre de ese mismo año hasta diciembre de 1917. Volvió a estar al frente de la publicación durante todo el año 1920, momento a partir del cual el periódico tuvo su sede en la Plaza de la Constitución. Dicha publicación fue órgano de expresión del Colegio de Auxiliares de Medicina y Cirugía en Cádiz. Representa muy bien para la primera mitad del siglo XX el periodismo que llevaron a cabo practicantes, matronas y enfermeras. No nos debe de extrañar la gran amistad que tenía con el ilustre doctor Rafael Calbo Cuadrado o con el fotógrafo Leonardo Zambonino Cano.

Conforme avanzan los años se involucra cada vez más en los problemas sociales de la ciudad. Llega a ser presidente del sindicato de practicantes afecto a la UGT.

Se casó con Carmen Linares Rosado con la que tuvo siete hijos: María del Carmen, Concha, María de los Santos, María Teresa, Mercedes, Rosario y Julio. Vivían en la misma calle donde Julio tenía su establecimiento, muy cerca también de la Casa Cuna que por aquel entonces se situaba allí. Recuerda su familia como Julio Cabilla increpó en más de una ocasión a los asaltantes de dicho edificio. Gran amante de la poesía, llegó a escribir obras de teatro, a la vez que poseía una gran biblioteca.

El 18 de julio de 1936 marchó al Gobierno Civil donde estuvo prácticamente hasta el último momento defendiendo la legalidad republicana. Su hija María de los Santos todavía recuerda como llegó a su casa con la vestimenta llena de polvo tras las razzias de los militares al edificio. De esta manera y viendo peligrar su integridad, se esconde en casa de un amigo de derechas –según nos cuenta la familia, jefe de Falange-, que le da cobijo. Pero pronto tiene que huir a casa de su madre en San Fernando, donde estuvo escondido tres años. Mientras tanto su esposa Carmen tiene que sacar a su familia adelante con la ayuda de Manolo y Agustín, dos jóvenes que habían trabajado con anterioridad junto a Julio Cabilla en la droguería. Pronto empezaron los asaltos por la noche en casa de Carmen y sus hijos en busca de Julio. Debido al temor extendido en la ciudad por falangistas y militares, los vecinos empezaron a no acudir al establecimiento. Este hecho obligó a Carmen a malvender la droguería que en otros tiempos había sido la envidia de muchos comerciantes del lugar. Se había difundido que Julio Cabilla era culpable de vender líquido inflamable con el que se intentó quemar algunos edificios religiosos.

Pero no todo el sufrimiento de la familia Cabilla Linares acabaría aquí. Poco después Carmen también es detenida y llevada a prisión. Cuando Julio decide salir de su escondite y escapar de la península, por el ofrecimiento de un chofer, es detenido a mitad de camino y encarcelado en la Cárcel Vieja. Allí incluso llegó a ejercer de médico, ayudando a otros presos como él.

Un consejo de guerra pidió doce años de cárcel, de los que cumplió tres. Finalmente le obligaron a marchar a 700 km. de la ciudad, instalándose en Madrid con su madre, esposa y 6 hijos. Lo perdieron todo. Una vez allí comenzó a trabajar por 500 pesetas al mes, costando el alquiler de la vivienda 350 ptas. Finalmente entró como directivo en una empresa química, falleciendo tras una corta enfermedad a los 57 años. Corría el año 1955.

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