Manuel Varo Chicano nació en Aguilar de la Frontera el día 21 de febrero de 1912, hijo del aguilarense Rafael Varo y de Carmen Chicano, originaria de Lucena. La familia estaba compuesta por cuatro hermanos: Rafael, Dolores, Manuel y Antonio. Teniendo en cuenta los parámetros económicos de la época, vivía una situación relativamente desahogada. El padre era trabajador de la única industria que durante muchos años adornó el triste páramo aguilarense: Carbonell. Allí, también, trabajaron el propio Manuel, entre los años 1925-1927, es decir, comenzó con apenas 13 años, y el hermano mayor Rafael.
Poco más conocemos de estos primeros años de Manuel Varo. Parece ser que se trató de un niño despierto, vivaracho, algo inquieto, que pronto conoció las primeras letras en la escuela de un maestro conocido con el alias de El Tuerto. Como consecuencia quizás de sus travesuras infantiles o quizás de un desafortunado accidente se fracturó la columna vertebral. Tras serle enyesado todo el tórax para favorecer su recuperación, él mismo se despojó de tan molesta atadura, lo que a la postre trajo como consecuencia una deformación de por vida de la columna vertebral. Después de su experiencia laboral en Carbonell, se instaló como barbero, siendo su maestro Joaquín Carrillo.
No sabemos cómo, cuándo o por qué se despertó en él su conciencia política o cuándo inició su militancia. En las informaciones que disponemos sobre las organizaciones socialistas y comunistas aguilarenses durante la II República no hemos encontrado su nombre, aunque los testimonios orales nos insisten en su filiación comunista durante toda esta etapa. Sólo nos consta por testimonios de la familia que, con motivo de una manifestación del Primero de Mayo, probablemente la del año 1936, fue retenido durante un par de días en la prisión de Córdoba.
El comienzo de la guerra civil sorprendió a Manuel Varo en Aguilar de la Frontera. Sabiendo que era un miembro conocido del movimiento obrero aguilarense no dudó en huir del pueblo en los primeros días del golpe de estado. En un principio, se ocultó en su barbería pero, después, fue acogido en la casa de un vecino de la localidad, amigo suyo y con vinculaciones familiares con la derecha aguilarense. La salida del pueblo se realizó por la madrugada, acompañado por dicho vecino, en cuyo borrico llegaron a las puertas de Puente Genil.
El resto de su familia corrió una suerte diversa. Su hermano mayor, Rafael, luchó también en el bando republicano y se entregó en Málaga. Desde la prisión de esta ciudad, y tras las gestiones de la familia, fue trasladado a la de Córdoba, donde permaneció durante algún tiempo. Regresó a Aguilar de la Frontera para, finalmente, emigrar a Madrid donde falleció.
Su hermana Dolores tuvo que sufrir en sus carnes el dolor inmenso que las mujeres sufrieron a consecuencia de la guerra civil: el dolor por el encarcelamiento de su hermano Rafael y por la muerte de su hermano Antonio, el dolor por la pérdida (a la postre exilio) de Manuel, las represalias por parte de los representantes del nuevo orden. Vivió siempre en Aguilar, donde falleció en 1989.
El hermano pequeño, Antonio, que ha sido descrito por su familia como un niño vivo y valiente, murió en el frente con apenas diecisiete años. Está enterrado en un pueblo de la provincia de Granada que no nos ha sido precisado.
En lo que se refiere a nuestro biografiado, su destino primero debió ser el norte de la provincia de Córdoba, ya que poco después lo tenemos localizado en Pozoblanco donde el 24 de septiembre de 1936 tuvo lugar un Congreso Provincial extraordinario de la Juventud Socialista Unificada. Con la representación de sólo 7 pueblos (Puente Genil, Montilla, La Rambla, Aguilar, Espejo, Fernán Núñez y Castro del Río) Manuel Varo fue el delegado de Aguilar de la Frontera.
A partir de este momento, las informaciones sobre Parrita se tornan sumamente oscuras. Los siguientes datos sobre su peripecia vital, proporcionados por su familia, amparados en una fotografía, nos llevan a la localidad alicantina de Alcoy donde participó en un curso de formación de Comisarios Políticos organizado por el Partido Comunista. Hemos tratado de verificar este episodio sin resultado alguno.
Tampoco hemos podido averiguar cuáles fueron los destinos militares de Manuel Varo. Desconocemos en qué unidades estuvo, si tuvo o no graduación militar o en qué hechos bélicos participó. La familia nos da testimonio de su intervención, al menos, en las batallas de Teruel y del Ebro. En esta última fue herido de relativa gravedad. Ello trajo como consecuencia su traslado a un hospital militar de Barcelona, donde conoció a la que se convertiría en su compañera: Teresa, una militante anarquista procedente de Ripoll. La caída de la Ciudad Condal el 26 de enero de 1939 precipitó, con toda seguridad, su salida hacia el exilio.
Según su testimonio escrito cruzó la frontera francesa el día 9 de febrero de 1939. Le faltaban pocos días para cumplir los 27 años. Inicia un periplo que le hace deambular por varios campos de prisioneros del sureste de Francia, en el departamento de los Pirineos Orientales, campos que poco a poco se van llenando de refugiados. Parrita es internado primeramente en el campo de Saint-Cyprien desde su entrada en tierras galas a marzo del mismo año. La acogida en dicho campo debió de ser muy similar a la que nos narra JOSÉ DEL BARRIO jefe del XVIII Cuerpo de Ejército: Una vez en Francia, los franceses, con su consabido “allez, allez” nos fueron empujando por la carretera hasta Saint-Cyprien. Al fin llegamos a la playa donde había ya trece campos que ellos llamaban “campos modelo”. No eran, ni más ni menos, que cuadriláteros formados con estacas y alambradas de espino, en cada uno de los cuales encerraban ocho o diez mil personas al raso.
Cuando llegué con mis soldados, nos metieron en la arena contigua a los otros cuadriláteros ya instalados. Nos trajeron estacas y alambradas con pinchos y nosotros mismos tuvimos que construir nuestro propio recinto al que llamaron “campo número catorce”. Posteriormente, Manuel Varo es enviado al campo de Barcarès, donde está hasta junio. Regresa a Saint Cyprien, donde estará confinado hasta noviembre. Finalmente pasa al campo de Argelès sur Mer.
A finales de 1939 o primeros meses de 1940 Manuel Varo se traslada a la Dordogne. Aquí y en la región de Lot et Garonne transcurrirán sus siguientes años. Entre los meses de julio y agosto de 1940, estuvo trabajando como leñador y carbonero en los bosques de la zona. En enero de 1941 reside en Besse, una pequeña localidad, situada en el arrondissement de Sarlat. Cuenta ya entonces con el estatuto de refugiado político. Son tiempos duros. Como se sabe Francia estaba sumergida en la contienda mundial y el estado de Vichy había iniciado una feroz persecución de los comunistas.
Pronto entrará Varo en contacto con refugiados españoles y, probablemente, con la Resistencia, viéndose obligado a utilizar artimañas para desplazarse de una localidad a otra, como se deduce del oficio por el que se le autoriza a trasladarse a Bergerac, ciudad en la que estará dos días, pour voir un de ses parents qui habite cette localité.
En la Dordogne fue operativa desde muy pronto la OS, Organisation Spéciale, formación de obediencia comunista que acabó convirtiéndose en el año 1941 en los F.T.P. (Francs Tireurs et Partisans), una de las organizaciones de la Resistencia que, pasado el tiempo, se encuadraría en las F.F.I. Según el testimonio de uno de sus hijos, que no hemos podido verificar, Parrita debió formar parte en estas fechas de los FTP-MOI, Francs Tireurs et Partisans de la Main d’Oeuvre Inmigrée, brazo armado del Partido Comunista. En esta región muchos guerrilleros españoles se reincorporaron a través de la 25 División GE, formando finalmente la Brigada A de GE, cuyos servicios se extendieron entre enero de 1943 y el 18 de agosto de 1944. Igualmente, actuaba el grupo Carlos en el que se integró Manuel Varo Chicano.
El 27 de mayo de 1943, Parrita recibe un telegrama para trasladarse a Limoges al objeto de incorporarse a la organización Todt. Se le exige que vaya pertrechado con la tarjeta de alimentación y el equipaje, con la advertencia de que non exécution entraînera recherches et poursuites. Como es bien sabido, dicha organización (del nombre del ingeniero constructor de la línea Sigfrido, ministro de Armamento del Reich hasta su muerte accidental en 1942), fue la encargada de construir las fortificaciones estratégicas en Francia, como por ejemplo el muro del Atlántico y el del Mediterráneo y las bases de lanzamiento de las V1 en el norte del país.
En este tiempo y en estas difíciles circunstancias, Parrita cambia una vez más de residencia, trasladándose a Beynac et Cazenac, donde se consolida su relación con Teresa, fruto de la cual nacen sus dos hijos, Floreal y Manolo.
El último día de 1943 recibe una buen noticia: la comunicación de que ha sido considerado no apto para el trabajo, por lo que es liberado de la organización Todt.
Según un documento propiedad de la familia Varo Chicano, Manuel se incorporó a las F.F.I (Forces Françaises de l’Interieur) de la región de Lot et Garonne, el 6 de junio de 1944, es decir el día del desembarco de las fuerzas aliadas en las playas de Normandía, perteneciendo a los Grupo Carlos y Soleil hasta el 28 de abril de 1945. Esto, lógicamente, no quiere decir que solamente en estas fechas fuese combatiente de la Resistencia. Como bien se sabe, las F.F.I. no se crean nominalmente hasta el mes de diciembre de 1943, siendo, a partir de 1944, cuando realmente son operativas. Es por ello por lo que debemos suponer que Parrita, como hemos comentado con anterioridad, participaría activamente en la Resistencia desde mucho antes, prácticamente desde su llegada a Dordogne.
La actividad militar de Manuel Varo concluyó con su participación en la bajada de los guerrilleros españoles de Dordogne al Pirineo. Su labor aquí nos es desconocida pero caben dos posibilidades: O bien cerraron la huida de las tropas alemanas hacia España o bien participaron en el intento de invasión fomentado por el Partido Comunista de España. En cualquier caso, la aventura se saldó con la muerte de la mayor parte de sus compañeros y su regreso a Francia.
A partir de entonces, se asienta definitivamente en el país vecino, donde fallecerá el 17 de octubre de 1990. Aquí, siguió toda su vida vinculado con antiguos compañeros de armas y militantes del Partido Comunista, sin renunciar nunca a una ideología a la que entregó los años de su juventud. Hasta comienzos de los años 60 no volvió a pisar su localidad natal.