Manuel Ramírez Castillo

La Rinconada
Sevilla

Maestro albañil y anarcosindicalista.

La Rinconada1914 – Sevilla1998

Nace en La Rinconada (Sevilla) en 1914; de familia muy humilde, desde muy joven trabaja en la construcción, afiliándose al SUC (Sindicato Único de la Construcción), federado a la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), mayoritario en el sector. Asimismo, ingresa en las Juventudes Libertarias de Sevilla. Detenido con ocasión de diversos conflictos laborales, conoce a Buenaventura Durruti y otros famosos militantes libertarios durante su encarcelamiento en el Penal de El Puerto de Santa María.

Participa activamente en el SUC, vive los mejores momentos del movimiento obrero sevillano cuando, en junio de 1936, se pactan en Sevilla unas bases de trabajo entre el Sindicato y la patronal de la construcción, donde por vez primera se reconoce la jornada de trabajo semanal de las 36 horas para el sector, reivindicación histórica en la que Sevilla sería pionera.

El 17 de julio de 1936 está en Sevilla, donde ante los continuos rumores de inicio de golpe militar, junto a otros compañeros de las Juventudes Libertarias se concentra en la sede del Comité Regional de la CNT en la Plaza de la Mata, y de allí tratarán de armarse asaltando una armería del centro de la ciudad para hacerse con algunas pistolas y escopetas.

En un tiroteo con elementos civiles fascistas, en la Plaza de la Encarnación, resultará herido de bala en el pómulo, produciendo él a su vez una baja entre aquellos. Retirado por sus compañeros, es curado en casa de Pepe Piñero, en la Ciudad Jardín. Una vez curado, se incorpora nuevamente a la lucha, en una Sevilla donde los tiroteos entre los militares golpistas de la II División, legionarios y regulares mercenarios por una parte, y por otra trabajadores pobremente armados con pistolas, escopetas y unos ochenta fusiles, entregados por el teniente de la guardia de Asalto José Álvarez, se habían generalizado por toda la ciudad.

En el sector de San Luis participará en la resistencia hasta la derrota de los vecinos y civiles producida ante las fuerzas militares. Se esconde unos días en casa de un compañero, en la Macarena, viendo desde su escondite cómo los legionarios registran las casas en busca de resistentes. Logra escapar de Sevilla campo a través, como otros compañeros, camino de Alcalá de Guadaira en dirección a Málaga, incorporándose a los miles de huidos civiles y a las columnas de milicianos, que pobremente armados, intentan detener el avance fascista.

En septiembre de 1936 se incorpora en Málaga a la recién constituída columna miliciana “Juan Arcas”, formada por confederales huidos de los pueblos como Morón, Carmona, Antequera, Algeciras, Sevilla y Málaga. Esta columna fue organizada por Miguel Arcas Moreda, militante sevillano de la CNT y la FAI, que durante la II Guerra Mundial se destacaría en su lucha contra los nazis en el maquis con el sobrenombre de “Comandante Victor”. El nombre de la columna es un homenaje a Juan Arcas, también destacado militante libertario sevillano y hermano mayor de Miguel y Julián, muy activo y preparado. Trabajador de la construcción, proveniente de una familia de Benacazón que había llegado a tener responsabilidad en el Comité Regional de Andalucía la CNT, junto con Vicente Ballester y Carlos Peña, y como tal estuvodeportado en Bata y murió luchando en el intento de detener a los fascistas durante los primeros momentos del golpe militar en el frente de Cerro Muriano de Córdoba, en agosto de1936. La columna editó una publicación propia, “El Eco del combate”.

Esta columna ocupará posiciones en la Sierra del Torcal de Antequera, en donde participara en la defensa de Málaga. Vivirá la caída de la ciudad ante la ofensiva del ejército italiano que con sus carros de combate desbordarán a unas milicias compuestas de civiles sin material para detenerlos y sin casi formación militar.

Manolo y la columna se retiran hacia Motril y Almería, junto con 100.000 refugiados y milicianos que sufrirán el bombardeo y ametrallamiento desde el aire y el mar por parte de la marina franquista, entre los que está el crucero Canarias, que se “cubrirá de gloria”, junto a la aviación italiana, bombardeando y ametrallando a los civiles que huyen por la carretera costera de Almería.

En el campamento de Viator, en Almería, vivirá el proceso de la militarización forzosa de las milicias quedando convertida la Columna Arcas en un batallón de marcha, el 315, tercer batallón de la 79 Brigada Mixta en Andalucía, al mando del comandante Gallo.

De su corta estancia en Almería, merece destacar la participación de Manuel Ramírez Castillo, junto con Miguel Arcas y Angelillo, de El Rubio, en la toma del Gobierno Civil, y la liberación de Francisco Maroto, detenido, procesado, y condenado a muerte por unas declaraciones contra el gobernador civil, Gabriel Morón, en el que fue conocido como “Asunto Maroto”, y que se convertiría a la larga en un proceso político contra la CNT.

Después de permanecer un mes en Almería marchan hacia Jaén y Martos, y a la provincia de Granada, participando en una ofensiva donde tendrán por misión cortar la carretera de Priego a Málaga, conseguirán cumplir el objetivo, pero tiene que retroceder después a las posiciones antiguas. Participará en los combates en Córdoba, en Valsequillo, Sierra Trapera, Dos torres, en la ofensiva de Andalucía, que se saldó con un fracaso. Vuelven luego a Martos y después al Levante, Buñol, Castellón, donde Miguel será nombrado Comandante de la 79 Brigada, De allí volverán a Jaén, al frente de Alcaudete y Martos. En la Sierra de los Encanes participan en enconados combates sufriendo importantes bajas. Manuel ya es teniente, a cargo de la primera compañía, Volverán después hacia Castellón y Villavieja, donde Manuel será herido de metralla, por lo que es hospitalizado durante mes y medio. A su regreso a la unidad, es destinado al centro de depósitos.

El periodo final de la guerra le encuentra en la zona del Levante, en Alicante concretamente, donde es herido por tercera vez de un tiro; finalmente, se produce la desbandada de las fuerzas republicanas ante el avance del ejército franquista e italiano. Los que no pueden huir nutrirán el tristemente célebre campo de concentración de Albatera. Muchos combatientes abandonan el país por las costas levantinas hacia el extranjero, entre ellos los restos desperdigados de la 79 Brigada Mixta, hacia Argelia o Francia, donde incluso se les detendrá en campos de concentración, como el de Argeles sur Mer.

Un grupo de 14 compañeros, entre los que se encuentran Manuel Ramírez, Miguel y Julián (que ha perdió el brazo derecho en enero), junto a dos tenientes más y un capitán de Estado Mayor parten en motora en dirección a Orán, quedando a la deriva por falta de combustible al día siguiente. Recogidos por un barco holandés, el “Ulises”, los conduce a su destino, Argel, noticia de la que se hacen eco los periódicos de la colonia francesa. Allí es detenido y enviado a un campo de concentración, de dondeconsigue salir alistándose en la Legión Extranjera. A finales de los años 40 regresa a Sevilla, donde empieza a militar en la CNT clandestina y vive la represión y las consiguientes redadas, como la de 1948.

Nunca olvidará sus ideas libertarias, participando en las actividades de la CNT en la clandestinidad, e incluso ante la desesperanza producida por el apoyo de las democracias a la dictadura, participa en el intento de penetración en los Sindicatos Verticales en donde Manuel llegará a ser muy conocido como enlace, elegido por sus compañeros de la construcción.

A la muerte del dictador, en noviembre de 1975, participa desde el primer momento en la reconstrucción de la CNT, en cuyas intervenciones, siempre apasionadas en las asambleas de Sevilla, se gana el respeto y el reconocimiento de los jóvenes libertarios por su carga de experiencia, sentido común y coherencia. La peculiar transición que tuvimos que sufrir en España le negó sistemáticamente el justo reconocimiento por tantos años de lucha, su rango militar y la pensión correspondiente como miembro del Ejército Republicano. Finalmente, tuvo que viajar personalmente a París para obtener la acreditación suficiente para obtener su pensión, que por su obstinación personal en que fuera reconocida, logró finalmente.

Manuel es recordado por todos los que lo conocimos como un viejo militante confederal, siempre atento a analizar los cambios sociales ante sus jóvenes compañeros y compañeras. En 1998 fallece en Sevilla, rodeado del cariño de su compañera de toda la vida, hijos, familiares y compañeros de ideas.

Para más información sobre el Sindicato Único de la Construcción de la CNT y la lucha por la reducción de la jornada laboral en la Sevilla de los años 30, se puede consultar: “La jornada de seis horas. Movimiento obrero y reducción de la jornada de trabajo en el ramo de la construcción de Sevilla”. José Luis Gutiérrez Molina, Antonio Miguel Bernal y otros. Sevilla: Libre Pensamiento y Confederación General del Trabajo de Andalucía, 2001.

Para más información sobre la unidad militar a la que perteneció Manuel Ramírez Castillo (79 Brigada Mixta), se puede consultar “El Eco del combate”. Crónicas de un batallón anarquista andaluz en la Guerra Civil, por Julio Guijarro González, en “Actas del IV Congreso sobre andalucismo histórico”. Cádiz, 4 al 6 de octubre de 1989. Sevilla: Fundación Blas Infante, 1990. P. 379 a 389.