Mariano Arnal Buera

Huerta de Vero
Huesca
Giribets Arnal, Lourdes

Mariano Arnal Buera (16/08/1897- 2/11/1977)

Mariano nació, vivió y murió en un pequeño pueblo del Somontano de Huesca, cercano a Barbastro, y en las estribaciones de la sierra de Guara. Como sus padres y abuelos, se dedicó a la agricultura, era labrador, y tenía muy buena mano para obtener productos de la tierra; como sus tomates de a kilo por pieza, hoy tan codiciados, con su denominación de origen, o sus alubias, que vendía a sacos a un comerciante de Barcelona.

Excepto durante unos ocho años, esta fue su vida. Ocho años en los que estuvo preso, dando tumbos por la geografía española, y cuyo periplo está por terminar de reconstruir.

Mariano nació un 16 de agosto de 1897. Se casó con Josefina, 14 años menor, cuando tendría unos 36 años. Era un hombre guapo, de ojos verdosos, que tocaba la guitarra en la calle cuando caía la tarde. En 1936 tenía ya dos niñas, y mientras duró la guerra, y hasta que fue procesado y encarcelado, nació el tercero de sus hijos, que tenía tres meses cuando dejó de ver a su padre.

En los documentos que se han podido consultar, aparece como miembro del comité local de la UGT, («miembro del comité revolucionario local»), compuesto por al menos tres personas. No consta por ahora si se formó el comité tras el golpe de estado, o ya existía previamente como forma de organización sindical agraria.

Durante los primeros meses de la guerra, aparecían por la zona camiones o furgonetas, conducidas por miembros de diferentes afiliaciones, tanto a reclutar, como a detener a «terratenientes», exalcaldes o simpatizantes de derechas.

El 17 de agosto de 1936, el día posterior a su 40º cumpleaños, «llegaron forasteros armados» que solicitaron a los miembros del comité que fueran a detener al que había sido secretario del Ayuntamiento y, según consta en el juicio (Causa General, Sumarísimo de Urgencia 13/3/1938, Consejo de Guerra permanente del 12/1/1939), dicho grupo se lo llevó preso, y al día siguiente apareció muerto en los límites del término municipal.

Mariano, con muchos otros hombres de la provincia, fue condenado a 30 años de reclusión mayor por «auxilio a la rebelión».

Permaneció en la cárcel de Huesca desde el 15/5/1938 hasta que se dictó sentencia y fue destinado a la prisión de Cuéllar (castillo de Alburquerque), recién habilitada para este fin. Se le trasladó el 23/6/1939.

En un momento determinado, se decide su inclusión en el programa de trabajos forzados o «redención de penas por el trabajo», y termina su condena estando en Dos Hermanas (Sevilla), desde donde escribía sus cartas más recientes a la familia, y posiblemente estuvo ejerciendo como barbero, o así se lo transmitió a sus allegados, quizá para no preocuparles.

Regresó a su pueblo, a su casa, en Enero de 1947 —fecha aún por confirmar—,  en medio de una intensa nevada, y tuvo que terminar a pie los últimos 5 km desde el pueblo contiguo, a donde le habían acercado en carro. Le recibieron su esposa, que había mantenido la casa, el huerto y la familia como pudo, delgada, enlutada, anémica posiblemente, y sus tres hijos: una de 12, otra de 11 y el pequeño de 8 años. Los tres intentaron escabullirse al no reconocer a aquel individuo de 50 años mal vestido, enjuto y agotado, que pretendía abrazarles. Posteriormente tuvo dos hijos más.

De sus vivencias en la guerra, como casi toda su generación, nunca hablaba. Lo poco que le quedó de ganas de lucha política, se diluía como el humo de los cigarrillos que liaba, mientras en el televisor aparecía el «jefe del Estado», y mascullaba entre dientes: «Aaah, lorito, lorito…»

Josefina, su mujer, miraba de reojo, y le decía «Mariano, calla».

Lo que Mariano calló, ahora lo sacamos a la luz. Cuesta un poco hilvanar el relato, pero tiene que salir adelante para entender con naturalidad lo que somos como sociedad. Gracias a todas las asociaciones y voluntari@s por buscar y mantener la memoria viva.

Fuentes: 

  • fundacionaladren.com/
  • org/personas/mariano-arnal-buera/
  • aragon.es/dara/
  • Acosta, J. L. Gutiérrez, y otros: El Canal de los presos (1940-1962). Trabajos forzados: de la represión política a la explotación económica. Crítica, Barcelona, 2004.
  • José María Azpíroz Pascual: Del espejismo de la revolución a la venganza de la victoria: Guerra y posguerra en Barbastro y el Somontano (1936-1945). Pregunta ediciones, 2018.