Nacido el 5 de octubre de 1906 en Cádiz. Era hijo de Juan Calbo, médico de profesión, y de Ángeles Cuadrado, domiciliados en la calle Ramón Ventín, nº 35, de Cádiz capital. Tras finalizar el bachillerato estudió su carrera en la prestigiosa Facultad de Medicina de Cádiz, dependiente hasta 1979 de la Universidad de Sevilla y en la que cursaron sus estudios personalidades como Federico Rubio y Gali o Antonio Machado y Núñez. Rafael Calbo se licenció con sobresaliente en 1927 –con veintiún años–, obteniendo poco después el doctorado en Medicina y Cirugía en la Universidad Central de Madrid y especializándose en Obstetricia. Pese a su juventud Rafael Calbo fue uno de los más prometedores miembros del claustro de profesores de la Facultad de Medicina de Cádiz, ejerciendo desde primeros de octubre de 1927 y hasta octubre de 1931 una plaza de profesor ayudante de clases prácticas de las asignaturas de Histología y Anatomía Patológica. En agosto de 1931 y tras superar unas oposiciones obtuvo además el puesto de médico tocólogo, encargado de los servicios de ginecología de la Beneficencia Municipal del Ayuntamiento de Cádiz, actividad ésta que compatibilizó con su nombramiento, el 13 de noviembre de 1931, de profesor auxiliar temporal de la Facultad de Medicina, con una gratificación anual de 3.000 pesetas. Con posterioridad, el 18 de octubre de 1933 y a propuesta de la Junta de Profesores y del Rectorado de la Universidad de Sevilla, Rafael Calbo Cuadrado fue designado por el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes para hacerse cargo de las enseñanzas correspondientes a la cátedra vacante de Histología y Anatomía Patológica, percibiendo los dos tercios del sueldo de entrada en el profesorado. [AHUS, Expedientes Personales, Leg. 1997-10 y AHFMS, Títulos, méritos y servicios del personal de la Escuela Provincial de Medicina de Sevilla, Libro 62, fol. 117].
Aparte de su brillante trayectoria profesional y tal vez –según indican algunos testimonios–, debido a sus profundas inquietudes sociales, Rafael Calbo Cuadrado ingresó también desde muy joven, hacia 1930, en el PSOE y en la Masonería, convirtiéndose con la llegada de la República en uno de los más destacados dirigentes de la UGT gaditana. Ya en 1933 fue elegido presidente de la Federación Provincial socialista y, cara a las elecciones generales de noviembre del mismo año, incluido en la candidatura presentada por el PSOE por Cádiz. En aquella ocasión y pese al 63% de abstención registrado en dicha provincia, Rafael Calbo logró sumar 25.370 votos, insuficientes no obstante para resultar electo, ocupando el puesto número quince entre los candidatos presentados.
En las elecciones del 16 de febrero de 1936 volvió a ser incluido en la candidatura del Frente Popular por la circunscripción de Cádiz en representación del Partido Socialista. Rafael Calbo pudo participar intensamente en la campaña electoral tras serle concedida una licencia de veinticinco días por el Rectorado de la Universidad Hispalense, siendo elegido Diputado a Cortes. En dichas elecciones obtuvo un total de 98.107 votos, resultando el cuarto de los diez Diputados electos por la circunscripción de Cádiz. Adscrito a la minoría socialista, declaró como profesión la de médico en su alta como Diputado (25 de febrero de 1936), realizando la promesa de su cargo con fecha 3 de abril de 1936. [ACD, credencial nº 211, serie Documentación Electoral: 141, nº 11].
Residente en Madrid en la calle Menéndez Pelayo, nº 19, en las Cortes Rafael Calbo perteneció desde abril de 1936 a las comisiones parlamentarias de Marina y Presupuestos, en esta última en calidad de suplente. Aunque no intervino en los debates, el 28 de mayo presentó en las Cortes un extenso escrito dirigido al Ministerio de Comunicaciones, pidiendo soluciones al estado angustioso de la Factoría Naval Astilleros de Cádiz y solicitando el remozamiento de las flotas mercante y pesquera. Rafael Calbo exigió también medidas que resolviesen la dramática situación de las más de dos mil familias de pensionistas y jubilados de la Transatlántica, anunciando la presentación de una proposición de ley «en la que se ordene que en tanto en cuanto no se liquide el pleito ya viejo entre el Estado y la Compañía, se consigne en los Presupuestos cantidad suficiente para atender mensualmente y como les corresponde a los que son acreedores preferentes sobre el propio Estado de los bienes de la Compañía, y que ponga término a un problema que tan hondamente hiere el corazón del que suscribe, que vive su tremenda realidad…».
Rafael Calbo Cuadrado, socialista, masón y católico, había contraído matrimonio hacia algunos años con doña María Ruiz Caballero y tenía dos hijas de corta edad; su domicilio familiar se hallaba situado en la calle Moreno de Mora nº 36, 1er piso. Lamentablemente, el joven profesor y Diputado se encontraba en Cádiz cuando estalló la insurrección militar de julio de 1936, siendo detenido el 10 de agosto y encarcelado por los golpistas primero en la cárcel de Cádiz y seguidamente en la prisión de El Puerto de Santa María. Supuestamente y tras un remedo de consejo de guerra sumarísimo, fue condenado a la pena de muerte. Su «última salida», según indica la documentación oficial, tuvo lugar el 16 de agosto de 1936, fecha en la que fue fusilado al parecer siguiendo indicaciones de Queipo de Llano. Junto a él fueron asesinados, sobre las seis de la tarde y en uno de los fosos exteriores de Puerta Tierra, el capitán de Fragata Tomás de Azcárate (jefe interino de la base naval de Cádiz); Antonio Macalio (secretario particular del gobernador Mariano Zapico); Antonio Muñoz Dueñas (capitán retirado de Infantería) y el obrero Julián Pintos Uriarte, detenido por haber participado en la defensa del Gobierno Civil frente a los militares rebeldes. La muerte «por herida de arma de fuego» de Rafael Calbo le fue comunicada al juez municipal del distrito de Santa Cruz, Antonio Rodríguez-Piñero Jiménez, el 17 de agosto de 1936, a efectos de su inscripción en el registro civil y según escrito rubricado por el general López-Pinto, comandante militar de la plaza. El cadáver del Diputado fue trasladado al cementerio municipal de Cádiz; la Universidad de Sevilla se limitó, según la documentación correspondiente a los procesos de depuración del profesorado, personal administrativo y subalterno que alberga su Archivo Histórico, a cesarle en sus funciones «por su reciente fallecimiento el 20 de agosto último…» [AHUS, Leg. 1992]. En cambio su familia tuvo la valentía de mandar publicar el 23 de octubre de 1936 una esquela a su nombre en el Diario de Cádiz, y en la cual su director espiritual, su viuda, hijas, padres, hermanos, parientes y afectos rogaban la asistencia a la misa de réquiem y responso que habría de celebrarse en San Antonio por quien había «entregado su alma a Dios el día 16 del pasado agosto, después de recibir los santos sacramentos». Según Alicia Domínguez, de los miles de asesinados en Cádiz durante la guerra civil, la de Rafael Calbo Cuadrado fue la única esquela de un «rojo» publicada en la prensa local.
Tal gesto de gallardía no debió pasar inadvertido a unas autoridades para quienes las únicas víctimas posibles eran los «caídos por Dios y por España». Así, según indica la misma autora, durante el mandato del escritor José María Pemán al frente de los organismos encargados de la depuración del magisterio (la «Comisión de Cultura y Enseñanza de la Junta Técnica del Estado»), Margarita Calvo Cuadrado, hermana del Diputado asesinado y maestra de profesión, quedó fichada como «persona ligera de conducta a la que conviene vigilar», iniciándose contra ella un expediente de depuración bajo el pretexto de que convenía «examinarla de religión». Para mayor calvario, dos años después –el 9 de febrero de 1938– la Comisión Provincial de Incautaciones de Cádiz ordenó la confiscación de las propiedades del ex-Diputado socialista Rafael Calbo, sumiendo a su viuda e hijas en una situación que no consideramos necesario pormenorizar aquí. Su hermana Margarita al menos, encargada de la Escuela de Párvulos nº 3 de Cádiz, fue repuesta en sus funciones a partir del 12 de enero de 1938 y pudo continuar dedicándose la docencia hasta su jubilación el 30 de septiembre de 1973. Su hermano Antonio, médico de profesión y que durante la guerra llegó a servir en el llamado bando nacional como capitán sanitario en un regimiento de Artillería, todavía fue sometido en junio de 1942 a un proceso de depuración al intentar incorporarse al Colegio Oficial de Médicos de Cádiz, aunque finalmente pudo colegiarse al considerársele una persona de «moral intachable».
Como se ha señalado anteriormente, Rafael Calbo fue también miembro de la Masonería, en la que ingresó el 3 de abril de 1930 –con veinticuatro años– siendo iniciado con el nombre simbólico de «Ramón y Cajal» en la Logia Fidelidad nº 23 de Cádiz capital, perteneciente a la Obediencia del Grande Oriente Español y a la Gran Logia Simbólica Regional del Mediodía (GOE/GLSRM). Ya desde marzo de 1931 desempeñó el cargo de secretario adjunto en su Logia madre, continuando a partir de noviembre de 1932 afiliado a la denominada Hermano Vigor nº 23, Taller fruto de la fusión de la Fidelidad nº 23 y de la Logia gaditana Fermín Salvochea nº 49, procedente de la Obediencia de la Gran Logia Española (GLE). Exaltado a los grados de compañero y de maestro masón –grado 3º– en 1932, Rafael Calbo ejerció el cargo de Orador en el cuadro de luces y dignidades de su Taller al menos desde febrero de 1935. En junio de 1936 fue nombrado también Garante de Paz y Amistad de la Logia Pitágoras, de Palma de Mallorca. [AGGCE, Masonería, Expediente Personal serie B, 25/4].
Casi diez años después de su asesinato Rafael Calbo Cuadrado fue procesado por el Tribunal para la Represión de la Masonería y el Comunismo, abriéndole diligencias el Juzgado Especial número 1 con fecha 9 de mayo de 1945 (número de archivo 4.907 y número de sumario 368/45). Unas semanas antes y en escrito dirigido al presidente del Tribunal, la perspicaz Delegación Nacional de Servicios Documentales de Salamanca comunicó que el inculpado «no ha presentado hasta la fecha la declaración retractación prevenida», adjuntando su certificado de antecedentes masónicos. Por otra parte, Rafael Calbo ya había sido denunciado como masón en 1940 por varios antiguos compañeros, una práctica bastante habitual ya que el delatar a «miembros de la secta» podía permitirles a éstos beneficiarse de una condena más suave, mientras que poco podía perjudicar ya a quienes sabían que habían sido fusilados. Con fecha 9 de mayo de 1945 y por providencia del juez Riaño Goiri, se solicitó a la Comisaría de Policía de Cádiz que averiguase el domicilio y paradero del inculpado y al presidente del Colegio de Médicos que remitiese el expediente de depuración o los informes que se hubiesen seguido contra él. No obstante, un escrito de la Comisaría General Político-Social, dependiente de la Dirección General de Seguridad, aclaró apenas cinco días más tarde que Rafael Calbo «que perteneció al Partido Socialista, falleció poco después de iniciado el Glorioso Movimiento Nacional, al ser juzgado en Consejo de Guerra sumarísimo y condenado a la última pena…». Similar respuesta ofreció Carlos Gómez, comisario jefe de Cádiz, adjuntando incluso una certificación del acta de defunción de Rafael Calbo, fallecido en dicha capital «por oponerse al Glorioso Movimiento Nacional».
En consecuencia el 18 de febrero de 1946 el Tribunal de Represión de la Masonería y el Comunismo, formado por el general Cánovas (presidente) y los vocales general Solans y López Ortiz, decidió aceptar el auto del Juez Especial número 1, Jesús Nieto García, considerando que la responsabilidad penal y criminal del inculpado por sus actividades masónicas debía considerarse extinguida debido al fallecimiento acreditado del presunto culpable, acordando el sobreseimiento definitivo de las actuaciones seguidas contra Rafael Calbo Cuadrado y transmitiéndose dicho acuerdo al jefe del servicio de ejecutorias, señor Enríquez de Salamanca. [AGGCE, TERMC, Sumario 368/45 y Expediente 13.100].
Rafael Calbo Cuadrado, asesinado a los 31 años de edad, no ha sido objeto hasta la fecha –que sepamos– de ningún tipo de reconocimiento o de recuerdo ni de la Universidad de Sevilla, en la que ejerció como profesor durante buena parte de su vida, ni tampoco en su ciudad natal, a la que representó como Diputado a Cortes durante nuestra primera experiencia democrática.
ACTIVIDAD PARLAMENTARIA
LEGISLATURA 1936
- COMISIONES:
- Titular de la Comisión de Marina.
- Suplente de la Comisión de Presupuestos.
- RUEGOS POR ESCRITO:
- A Comunicaciones: Crisis de trabajo en la factoría naval de Cádiz [núm. 35, págs. 978-980].
- A Comunicaciones: Situación de los pensionistas de la Transatlántica [núm. 35, págs. 979-980].
- INICIATIVAS PARLAMENTARIAS:
- Proposición de Ley: Pensionistas y jubilados de la Transatlántica [núm. 35, págs. 979].
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
CARO CANCELA, D.: La Segunda República en Cádiz. Elecciones y partidos políticos, Cádiz, Diputación Provincial, 1987 y Los socialistas en la Historia de Andalucía. La construcción del partido obrero en Andalucía (1900-1936) [tomo 1], Cádiz, Fundación Pablo Iglesias, 2006; MARTÍN NÁJERA, A.: El grupo parlamentario socialista en la Segunda República, Madrid, Fundación Pablo Iglesias, 2000, pág. 1321; ÁLVAREZ REY, L. y otros.: «Elites políticas en Andalucía y Masonería en la Segunda República», en Actas del X Symposium de Historia de la Masonería Española, Zaragoza, CEHME, 2004, pág. 968; DOMÍNGUEZ PÉREZ, A.: El verano que trajo un largo invierno: la represión político-social durante el primer franquismo en Cádiz (1936-1945), Cádiz, Quórum Editores, 2004; NÚÑEZ CALVO, J.N.: Francisco Cossi Ochoa (1898-1936). El último Presidente de la Diputación Provincial de Cádiz en la Segunda República. Una muerte sin esclarecer, Cádiz, Diputación, 2005; CLARET MIRANDA, J.: El atroz desmoche, Barcelona, Crítica, 2005; PETTENGHI LACHAMBRE, J.A.: La escuela derrotada. Depuración y represión del Magisterio en la provincia de Cádiz (1936-1945), Cádiz, Quorum Editores, 2005.