Camas (Sevilla). Un documento inédito revela el apoyo financiero a Queipo para explotar la finca que usó esclavos del franquismo

Las indagaciones del historiador José Villa acerca de la compraventa de Gambogaz dan con el primer documento público que demuestra la contribución de 100.000 pesetas por parte del Banco de España en enero de 1938 para la “instalación” de un patronato de “carácter benéfico-patriótico”. En el cortijo de la finca murió el general al mando de los golpistas en Andalucía y responsable de unas 50.000 muertes

Javier Ramajo / 

Foto: Vista aérea del cortijo de Gambogaz, en el término municipal de Camas. IAPH

 Un documento del Banco de España, desconocido hasta ahora, demuestra el apoyo financiero concedido al general Gonzalo Queipo de Llano para los “gastos de explotación” de la finca Gambogaz, unas tierras a orillas del río Guadalquivir, a las puertas de Sevilla, adquiridas por el militar en plena Guerra Civil en España (diciembre de 1937) y en cuyo cortijo trabajaron esclavos del franquismo. Según la leyenda, de la que no hay constancia documental, la ciudad regaló a Queipo la finca por “salvarla” del “dominio rojo”. Lo que sí consta a partir de ahora es que el último responsable de unas 50.000 muertes al mando de los golpistas en Andalucía recibió del Banco de España 100.000 pesetas un mes después de comprarla, en enero de 1938, para emprender una empresa de “carácter benéfico-patriótico”.
La “contribución” vino por parte de la sucursal del Banco de España en Cádiz, tal y como ha podido comprobar elDiario.es Andalucía, y se dirigía a “la instalación de un patronato de carácter social-agrícola” en Gambogaz “bajo la protección” del general, en concreto para su empleo en el “asentamiento de campesinos necesitados y mutilados de guerra”. El documento, descubierto en el Archivo de Banco de España por el historiador José Villa durante sus indagaciones acerca de la compraventa de Gambogaz, recoge que el dinero tendría un fin de “carácter benéfico-patriótico”. Estamos hablando del germen de la todavía Fundación ProInfancia Gonzalo Queipo de Llano, y fue legalizada varios años después de aquella contribución económica, en 1943.

El propio José Villa pone de relieve en su libro ‘Andalucía en la Segunda República’, recientemente presentado en Camas (Sevilla), que “cuando se habla de la obra social que Queipo decía que iba a realizar a favor de los ‘obreros campesinos’ en Gambogaz choca frontalmente con la evidencia” de que “en aquel cortijo hubo cuando menos 30 presos políticos trabajando las tierras”, como atestigua el documento que ya publicó este periódico a raíz de las averiguaciones de otro historiador, en este caso José María García Márquez, y que también Villa recoge en su publicación sobre el Frente Popular (febrero-julio 1936).

El apoyo financiero a Queipo de Llano para explotar la finca “era una especulación que ahora ha quedado demostrada”, comenta Villa a elDiario.es Andalucía acerca del “primer documento de una institución pública” en el que se reconoce el apoyo financiero del Banco de España y que ha sido hallado con posterioridad a la edición de su libro. En el documento, que da cuenta de la comisión de sucursales reunida el 10 de enero de 1938, se detalla que el dinero se destinaría a “aperos, material, semillas y gastos de explotación”. A raíz del golpe militar, la institución del Banco de España quedó dividida en dos, cabe recordarlo. El Banco de España de la zona golpista tuvo su sede en la sucursal de Burgos, de donde procede el documento hallado por el historiador.

Contribuciones desde las sucursales de Cádiz y Granada

A Villa le llama la atención que tanto esa referencia específica a la instalación de un patronato en Gambogaz como otra relativa a una aportación de 1.000 pesetas, también del Banco de España, para un homenaje a Queipo de Llano por su cumpleaños, provengan de los directores de las sucursales de ciudades como Cádiz (la citada “contribución” de 100.000 pesetas) y Granada, en el caso del ‘regalo’ de cumpleaños, y no de Sevilla, lugar desde donde el general arengaba a la violación de las mujeres “rojas”: “Nuestros valientes legionarios y regulares han demostrado a los rojos lo que significa ser hombres de verdad, y de paso también a sus mujeres. Esto está totalmente justificado porque estas comunistas y anarquistas predican el amor libre. Ahora por lo menos sabrán lo que son hombres y no milicianos maricones. No se van a librar, por mucho que berreen y pataleen”.

Hasta ahora, la investigación de la Plataforma Gambogaz había concluido que Queipo creó una fundación como puente y usó dinero del Banco de España para ser propietario del lugar ‘en diferido’, sin que haya aún respuesta clara sobre la procedencia del capital y sin que se haya encontrado documento alguno que acredite “la hipoteca de Gambogaz”, recuerda el historiador, sin una prueba de cargo que permita hacer público el cortijo de Queipo de Llano y de la que anda detrás el Ayuntamiento de Camas. Según las averiguaciones de Villa, “no hay referencia” de ello en el Archivo del Banco de España entre 1937 y 1940 pero sí de otras hipotecas de familias ligadas al franquismo y al conservadurismo en Sevilla. “Pero ninguna suscripción para Queipo de Llano”, añade. Formalmente no fue ni una incautación ni un expolio, pese a que se sabe, por ejemplo, que a los trabajadores del Ayuntamiento y de la Diputación de Sevilla les retuvieron cantidades de su nómina “para la finca que se compró Queipo” en un codiciado rincón con alta productividad agrícola, como recoge el propio Villa en su libro.

La única suscripción pública relacionada con Queipo de Llano de la que, hasta ahora, había constancia era para construir la basílica de la Macarena, una causa para la que el propio general puso dinero y lugar donde siguen sus restos tras su muerte, precisamente en Gambogaz, en 1951.

Queipo, como ya informó este periódico, con el dinero que sobró de Gambogaz compró unas 150 hectáreas en las marismas del río Guadalquivir. Años después, la familia del golpista denunció a los colonos –lo son desde la década de los 40 del siglo pasado– para subir el alquiler en un litigio abierto por la heredera de aquella fundación para la que el Banco de España aportó 100.000 pesetas, tal y como se ha desvelado ahora. Esto es, la fundación heredera de aquella operación está sin actividad para atender a la “infancia desvalida” mientras pide más alquiler por tierras regaladas al “salvar” Sevilla del “dominio rojo”, un ‘regalo’ a través del entonces alcalde de la ciudad, el franquista Ramón de Carranza.

2.250 pesetas al mes para el general

“El importe que Queipo pagó por Gambogaz fue de 1.300.000 pesetas”, sostuvo ya el grupo de trabajo de la Plataforma Gambogaz a este periódico. Un precio que consideran “sensiblemente barato teniendo en cuenta que el valor de la hectárea en la época oscilaba en torno a las 2.900 pesetas” y que la finca, ubicada “a las puertas de Sevilla”, contaba además “con amplias construcciones habitacionales y de uso agrícola y regado por el Guadalquivir”. En conjunto suma “unos valores obvios superiores a los precios medios de las tierras de la comarca”, aseguran.

“El general compró la finca el 24 de diciembre de 1937 ante el notario Fulgencio Echaíde Aguinaga”, según la documentación consultada. El golpista adquirió “el 85,93 por ciento de Gambogaz, que tenía una extensión de 480 hectáreas y 90 áreas”. El resto del cortijo (14,07 por ciento) “permaneció bajo la propiedad, en régimen de proindiviso, de los nueve hijos del matrimonio formado por José Vázquez Rodríguez –heredero del propietario original, Ignacio Vázquez Gutiérrez– y María de la Lastra Rodríguez de Tejada”.

¿Y cómo ahorró tanto dinero el militar golpista? “Queipo de Llano no era en esos momentos un hombre con gran patrimonio ni tenía posibilidades de ahorrar con su sueldo de general”, que los investigadores sitúan “en torno a las 2.250 pesetas mensuales”. Con un salario así, necesitaría más de 48 años guardando el sueldo íntegro para alcanzar esa “abultada cantidad”.

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