Casimiro Castaño. El Ángel Rojo

El Ángel Rojo
Casimiro Castaño.
Autores: Rafael Jiménez Sánchez (guion) y Marina Cochet (dibujo). 64 páginas, color. Incluye una cita del propio Melchor Rodríguez y prólogo de Alfonso Domingo, autor del libro y documental del mismo nombre.

Rafael Jiménez (Carmona, Sevilla, 1972) es un viejo conocido en el mundo del cómic. Responsable de la Editorial Carmona en Viñetas, un proyecto editorial ligado al ayuntamiento sevillano de Carmona, también es el responsable del Festival de Cómics que allí se celebra. Es el encargado de la mayoría de los guiones que Carmona en Viñetas publica, y en la que hay una muy importante sección dedicada a la Guerra Civil que actualmente la componen 19 obras, muchas de ellas editadas en el formato “grapa”. La mayoría de estos cómics mezclan hechos históricos con unos particulares superhéroes, de forma que cada bando de la contienda tiene los suyos propios que le ayudan a ganar la guerra y que también se enfrentan entre sí. Es autor de títulos tan estimulantes como: La desbandáGernikaLa batalla de Lopera1936 La batalla de Madrid, La batalla de BadajozLos niños de la guerra, etc. Como guionista de Cascaborra es autor de las biografías de Clara Campoamor e  Imperio Argentina, y de los guiones de: 1236: Córdoba, 1525: Pavía, Los cien mil hijos de San Luis y El ángel rojo.

Marina Cochet, francesa con residencia en España, licenciada en Bellas Artes por la Universidad Complutense, ilustradora y grabadora. En esta sección, en junio de 2022, ya comentamos su primer trabajo, El Violeta, esta vez hacemos lo propio con el hasta ahora su último trabajo, El Ángel Rojo.

Este trabajo nos cuenta la historia de Melchor Rodríguez García, El Ángel Rojo, un personaje desconocido, llamativo e irrepetible, un anarquista sevillano, un hombre humilde, autodidacta, que intentó fortuna en el mundo de la tauromaquia, autodidacta que adquirió una elevada cultura, poeta, sindicalista y dirigente de la CNT que habitualmente escribía feroces crónicas en los medios anarquistas, y que por sus crónicas llegó a estar 34 veces en prisión, lo que le convirtió en el decano de presos de la Cárcel Modelo. Fue miembro de la FAI, acusada de asesinatos, detenciones y represión indiscriminada. Miembro de Los libertos, organización que se encarga de dar refugio y salvoconductos a las personas perseguidas. Fue sometido a dos consejos de guerra que pedían para él la pena de muerte, pero que debido a la intervención del general Agustín Muñoz Grandes, es finalmente condenado a una pena de veinte años, de los que cumplió cinco. Se le ofrece colaborar con el franquismo al salir de la cárcel, a lo que él se niega. Detenido y encarcelado varias veces en el franquismo.

El cómic se centra en el período que va desde su nombramiento como Inspector General de Prisiones de Madrid en noviembre del 36, hasta su fallecimiento en febrero del 72. Durante su período como responsable de las prisiones, Melchor Rodríguez pone fin a los “paseos” de presos de derechas y su fusilamiento; incluso llega a enfrentarse personalmente contra una turba de milicianos que indignados por los bombardeos hacia la población civil y sobre el aeródromo de Alcalá de Henares y conocedores de la matanza franquista de la plaza de toros de Badajoz,  pretendía asaltar su cárcel.

En este contexto describe a Melchor Rodríguez como una persona coherente, de principios, que no tenía ningún miedo a la hora de defender sus ideales. Aspecto que entra en contradicción con el contexto político de la época, una situación en la cual la ciudad de Madrid estaba completamente asediada por las tropas fascistas, diariamente bombardeada por la aviación franquista, generando con ello un odio y unas ganas de venganza muy importantes, algo que se refleja muy bien en una viñeta de la página 25.

El pueblo de Madrid estaba luchando heroicamente contra el fascismo y estaba sufriendo por ello un castigo enorme. Además hay que tener en consideración que ante la imposibilidad del fascismo para tomar Madrid rápidamente, a medida que pasaba el tiempo, el papel de la “quinta columna” iba siendo cada vez más determinante. Los quintacolumnistas estaban infiltrados en todos los ámbitos y sus acciones de asedio hacia la población civil y el ejército popular eran cada vez mayores (los famosos “pacos”, los francotiradores que ya comentamos en el magnífico cómic titulado 15).

Incluso el General Mola en un desafortunado comentario dijo que “Madrid caerá con la 5ª columna”. Todo esto dificultaba enormemente el control del orden público a la hora de impedir las acciones de furia y venganza que se produjeron. Es en este delicadísimo ambiente en el que se produce la tensión entre personajes anarquistas como Melchor Rodríguez y los comunistas, encabezados en ese momento por Santiago Carrillo, secretario general de las Juventudes Socialistas Unificadas. Vemos esa tensión en una escena en la que están reunidos Carrillo, José Díaz, secretario general del PCE y Mijaíl Koltsov. Pero claro, ésta es una descripción de unos acontecimientos de los que nunca conoceremos la verdad histórica de los mismos.

Incluso el propio Melchor Rodríguez es acusado de quintacolumnista por diferentes organizaciones, incluidos algunos anarquistas. No está demostrada su implicación con la 5ª columna, pero sí la de su secretario personal y su chófer. Pero a pesar de ello, aunque esa contradicción no se oculta, el cómic no profundiza en ella y es en este contexto donde el cómic toma partido por los anarquistas frente a los comunistas. Y lo hace a pesar de que en las escenas que vemos, los violentos son casi siempre personas anarquistas, fácilmente distinguibles por llevar el característico gorro anarquista rojo y negro.

El cómic está escrito de forma que los tiempos presente y pasado se alternan en la narración (flashback), que empieza con el funeral de Melchor en febrero de 1972, y que ante la presencia de militares y autoridades políticas franquistas a los que Melchor salvó la vida y, en un hecho histórico insólito, su féretro iba cubierto con la bandera de la CNT, e incluso se cantó el himno anarquista A las barricadas, y también uno de los presentes le rezó un Padre Nuestro; para finalizar con una metáfora sobre la reconciliación.

Después de ser cesado como responsable de prisiones, y disuelta la Junta de Defensa, fue nombrado concejal de cementerios a propuesta de la FAI. Podemos verle conspirar con el coronel Segismundo Casado en su golpe de estado y enfrentamiento con los comunistas, contrarios a la rendición de Madrid. Por ello fue detenido por los propios comunistas y salvado por un capitán militar también de ideología comunista. Fue por voluntad propia el último alcalde republicano de Madrid y el encargado de entregar la ciudad, sin ningún tipo de resistencia, a las tropas franquistas.

El dibujo de Marina Cochet, ya lo dijimos cuando hablamos de El Violeta, es de un estilo que bordea el underground, áspero y duro, pero que se adapta muy bien a la historia; solo que ésta vez lo considero un dibujo con un menor acabado y nivel de detalle. Los colores, aplicados con técnicas de ordenador, no ayudan, ya que resultan en muchos casos poco realistas para la narración de ésta historia.

En definitiva, se trata de un cómic muy interesante y a destacar, que nos acerca a la figura de un personaje histórico desconocido y controvertido, como es Melchor Rodríguez, y con él al contexto histórico de una época tan apasionante como la guerra civil, sobre la que se han escrito ríos de tinta y que sigue levantando pasiones; pero muy lastrado ideológicamente, lo que le aleja de la objetividad necesaria para describir estos hechos históricos.

Un saludo.

El Ángel Rojo (lavozdelarepublica.es)

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