Cazarabet conversa con… Alfonso Domingo, codirector del documental “Héroes invisibles. Afroamericanos en la guerra de España” (Argonauta)

Un documental de Alfonso Domingo y Jordi Torrent para El Argonauta y Duende Pictures.

El documental de Alfonso Domingo y  es una prueba de tarea de periodismo  de investigación, de documentación trabajosa y “de gusto” por encajar las voces que pueden o pudieron explicar, mejor que nadie, el fenómeno que fueron y desataron las BBII y más concretamente los afroamericanos que formaron parte de ellas.

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/heroesinvisibles.htm

El documental está narrado en castellano o inglés, según quien interviene y los subtítulos, también es español o en inglés en virtud del narrador…

Héroes invisibles es la historia de los afroamericanos que vinieron a luchar en la guerra de España por una libertad que se  les cuestionaban en su propio país. Entre otros, cuenta la historia de James Yates, uno de los voluntarios cuya vida cambió para siempre después de venir a luchar por la II República Española. Ésta es su historia…

La sinopsis del documental:

La gesta de la Brigada Lincoln es conocida. Compuesta por dos mil ochocientos norteamericanos, la brigada Lincoln acudió a defender en 1936 la república española, junto con cerca de 50.000 voluntarios llegados de 54 países. Lo que apenas se sabe es que dentro de aquellos voluntarios figuraban ochenta y cinco afroamericanos que acudieron al combate para luchar contra el racismo y por los derechos civiles que les negaban en su propio país. Esta es su historia, una página inédita de la historia de Estados Unidos y España. La peripecia de unos héroes invisibles que acudieron a una guerra lejana para luchar por su libertad.

Basado en entrevistas al veterano afroamericano James Yates y a varios veteranos de la Brigada Lincoln, “Héroes Invisibles” cuenta con la participación de historiadores y expertos de España y Estados Unidos, la utilización de imágenes de archivo inéditas y la filmación en los escenarios históricos de Misisipi, Chicago, Nueva York, en EEUU y de Madrid, Levante, Aragón, Cataluña y Pirineos, en España.

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Cazarabet conversa con Alfonso Domingo:

-Alfonso ¿Por qué os hicisteis con esta historia? ¿qué os motivó a ello?

-El que apenas había libros o trabajos audiovisuales en español sobre  esta insólita aventura de un colectivo de afroamericanos, o negros  estadounidenses, que vinieron a la guerra de España para luchar por  los derechos civiles que les negaban en su propio país. Era una historia desconocida en ambos países y bastante inédita. Esperemos que  ahora se conozca más y mejor.

-Trabajáis para realizar Héroes Invisibles con Jordi Torrent. ¿qué os llevó a unir fuerzas? ¿cómo os ha ido? ¿cómo ha sido la aventura?

-Bueno, tanto Jordi Torrent, que está afincado en Nueva York como Mireia Sentís, que es una conocida artista y fotógrafa y desde luego  una autoridad en el tema de la cultura afroamericana, unimos fuerzas  porque nos pareció fascinante la historia. Mireia encontró en una venta de garaje en Nueva York el libro de un afroamericano, James Yates, que se titulaba “Mississippi to Madrid”, y en una cena en su casa en Madrid me lo comentó. Solamente con un vistazo al libro decidí  que había que contar esa historia. Luego, además, apareció Jordi, que era amigo de Mireia y al que yo conocía, y que había hecho entrevistas  hace mucho tiempo a Yates precisamente porque se lo encontró un día en la calle vendiendo su libro en un puesto de los veteranos de la Lincoln. El proyecto ha pasado por muchos avatares desde que lo comenzamos, prácticamente en 2002. Lo dejamos porque no encontramos financiación, lo volvimos a retomar, y finalmente entre los tres le  dimos forma, no sólo seguimos el libro de Yates, sino que repasamos la  presencia de ese casi centenar de afroamericanos que vinieron a luchar  a España con el batallón Lincoln, y también la de otros intelectuales  o artistas como Langston Hughes o Paul Robeson. La principal  dificultad fue el presupuesto y el que hemos trabajado a veces en dos salas distintas, en Nueva York y Madrid. Pero la aventura ha sido  fascinante y aún continúa, porque de vez en cuando nos invitan a un  festival, o a una universidad -acabamos de ponerlo en la Boston- o un colectivo, y allí vamos uno o varios de los tres artífices.

-Os acercáis a aquellos brigadistas que vinieron a ayudar a la  República y a sus valores, sobretodo la libertad mirando a los  afroamericanos de EEUU que allí no gozaban de ese derecho, de uno, sino el que más preciado, la libertad. ¿qué nos puedes comentar?

-Bueno, eso es precisamente lo que nos atrajo. El tema de las brigadas  está suficientemente tratado, incluso desde el punto de vista audiovisual (yo codirigí en 2006 el documental Almas sin Fronteras sobre la historia del batallón Lincoln) y pueden hacerse muchas  lecturas, también, por supuesto, críticas. Pero en el caso de los afroamericanos quisimos reforzar la historia antes de venir a España, es decir, explicar las razones que les movieron a ello, como de su experiencia posterior a la guerra civil. Como creador me atraen historias que me conmueven, me moviliza cualquier aspecto para mi  fundamental de la condición humana, la dignidad, la libertad, la justicia, y esta historia los tenía todos. Y además, el enlace con  España. Muy pocos conocían que esa larga lucha de los afroamericanos  por la libertad que viene desde la época de la esclavitud, pasó en un momento dado por nuestro país. Un país donde muchos -y así lo dicen en sus memorias- se sintieron libres por primera vez.

-¿Luchaban por unos valores que allí se veían pisoteados día tras días, sobre todo si vivías en el Sur donde la impunidad en los campos de algodón, por poner un ejemplo, para con el trato de la mano de obra era bestial?

-El hijo del actor y cantante Paul Robeson dice en el documental  textualmente “los campos de algodón de Misisipi, Luisiana y el sur de EEUU era lo mismo que Dachau o cualquier campo nazi con clima cálido. No había mucho diferencia entre el siglo XIX y el siglo XX”. Creo que con eso se dice todo.

-Pero tanto antes de los años 20, cuando el protagonista de vuestro documental marcha al norte, Chicago, como años después tampoco se les trataba mucho mejor…

-Tenían más libertad, eso sí, podían viajar en los autobuses o en el  metro sin ser segregados, ir a los baños comunes con los blancos, beber de las mismas fuentes… Pero eran mano de obra barata, con horarios infames, vivían en sus ghetos. No era la situación mucho  mejor, pero también para la clase emigrante, para los latinos y en general, para los desfavorecidos. Y sin embargo, esa necesidad de mano de obra de la industria del norte originó lo que se llamó la gran emigración de los estados del sur al norte de la población negra.

 -De todas maneras la esclavitud, hasta en tiempos previos a la Guerra de la Secesión y los inmediatos después, era degradante, me refiero para los trabajadores, tanto en el norte como en el  sur… libros, documentales y demás demuestran que las condiciones de los trabajadores en el norte eran de una precariedad total. Se trataba fatal a los inmigrantes, lo que quiero decir que también se les vulneraron los DDHH.

-En la historia de la humanidad hay muchos casos de vulneración de los derechos humanos, que no olvidemos que es un concepto y una conquista de finales del siglo XVIII. Es un camino que continúa y continuará. Lamentablemente, esas condiciones de los esclavos del sur de Estados Unidos no cambiaban radicalmente en el norte. Ya sabemos lo que fue la  revolución industrial en Europa también, y el comienzo de la  conciencia de la clase obrera. Si no hubiera habido explotación, a  veces inhumana, no hubieran nacido los movimientos de liberación de  clase. Los negros eran una más de esas fuerzas explotadas. Venían de  un mundo, el de los Estados del sur, infamante, y que aún nos produce  vergüenza. Pero las malas condiciones eran para todos también, aunque  hay que reconocer que no tuvieron esa lacra de la esclavitud encima, lacra que aún continuaba, de otras formas, en esos estados sureños.

-Cómo han sido las labores de documentación en filmotecas,   bibliotecas, hemerotecas y demás para la realización de este film?  Debió ser como el ir consiguiendo nombres que os podían informar hoy y ahora y testimonios que, aunque ya no estuviesen con nosotros, sí que están ahí en entrevistas, documentales.

-Bueno, una de las principales fuentes ha sido el fondo de ALBA, los  archivos del batallón Lincoln en la Tamiment Library, en NYU  University. Era un batallón distinto, que tenía una unidad fotográfica  y además había filmado una serie de películas en 16mm, un material prácticamente inédito. También entrevistamos a los autores  afroamericanos que escribieron sobre ellos o sobre las épocas  históricas que tratamos. Conseguir entrevistar a David Levering-Lewis, un historiador afroamericano, premio Pullitzer, fue importante. Teníamos un bagaje cada uno. Yo soy estudioso de la guerra civil,  Mireia de la cultura afroamericana, y Jordi había hecho un gran  material con Yates e historiadores e intelectuales. Rastreamos archivos, fondos, como los de las brigadas internacionales de Moscú, los de la guerra civil en España, incluido el de la memoria histórica de Salamanca, filmotecas. También visionamos otros trabajos anteriores donde se habían filmado afroamericanos, como “Victorie de la Vie” de Cartier Bresson, donde aparecía Salaria Kea, una enfermera importante dentro del movimiento de los derechos civiles. La fundación Cartier  Bresson nos autorizó a utilizar esas imágenes, y otros documentalistas  también.

-¿Y qué metodología de trabajo llevasteis a cabo para componer como  un puzle?. Me imagino que el montaje fue fundamental, siguiendo un  guión, claro.

-Bueno, yo hice un primer montaje, después de visionar y sopesar todo el material y hacer una transcripción de las entrevistas, Jordi y Mireia corregían, hacían una propuesta y así, tras varios viajes de  ida y vuelta, logramos un montaje final. Fue un puzzle, claro, pero  creemos que tiene un sentido. No queríamos narrador, y así, entre protagonistas y expertos, compusimos la película. Queríamos contar no sólo su presencia en España, sino las razones que les impulsaron a venir y luego como afectó a sus vidas. Pero entretanto, desgranando la historia, pensamos que había que ir y volver varias veces en ese viaje  entre EEUU y España.

 -Vuelvo al documental. Me pareció, al margen de su participación en la Guerra de España al lado de la República y de su valor allí  demostrado; de la convivencia con los otros brigadistas, con los ciudadanos y ciudadanas. Me parece que el documental es un “canto   sublime”, casi un grito a la libertad, a demandarla, pero cada vez   con más dignidad, con más contundencia.

-Pues si esa es tu impresión, me alegra porque hemos conseguido algo. Yo creo que sí, que a pesar de los medios que hemos tenido, que no han  sido muchos, subyace en el espíritu del documental ese grito por la  libertad, por la dignidad, por la solidaridad humana. Creo que es un  documental que conmueve. Nuestro mérito es hacer esa lucha visible, hacer visibles a los invisibles.

 -Porque, y enlazo con la pregunta anterior, cuando llegaron a Estados Unidos todos los Brigadistas fueron puestos bajo la lupa con el FBI pisándole los talones, desubicados, machacados por una guerra que si “las naciones que enarbolaban la bandera de la libertad” hubiesen querido no hubiesen tenido que dejar que se perdiese..Así,  debieron de sentirse como doblemente golpeados, pero aún así muchos enseñaron lo que de verdad, significaron muchos valores y el respeto a la Carta de los Derechos Humanos: muchos le volvieron la espalda al Partido Comunista cuando vieron las purgas que se llevaban a cabo en URSS y plantando cara, muchos de ellos, “al poder blanco” yendo de la mano y apoyando al Movimiento por los Derechos Civiles.

-En efecto, eran gente luchadora. Se habían dejado la piel (muchos murieron, otros fueron heridos en España) y siguieron luchando toda su  vida por sus derechos. A pesar del FBI, a pesar de los errores del  partido comunista, en el que en principio militaron. Pero todos acabaron apoyando la lucha por los derechos civiles, entre otras causas progresistas. Fueron gente que no se rindió. En muchos casos, admirables. También hay quien critica su apoyo a la URSS, su  alineamiento con los comunistas, aunque hubo alejamientos sonados  cuando vieron en lo que se había convertido el régimen de Stalin. Pero  hay que decir que en cualquier caso, no lo tuvieron nunca fácil en EEUU.

-¿Se les hizo justicia a los Brigadistas Internacionales o este reconocimiento llegó, como casi siempre, tarde?

Bueno, los que lograron ver restablecida la democracia en España y viajaron aquí a partir de los 80 y 90 recibieron muchos homenajes,  institucionales y del pueblo. Si llegó tarde fue porque el franquismo  se mantuvo muchos años. En cuanto a los EEUU, allí, tras la  persecución del FBI se normalizaron un poco las cosas, pero siempre el   apoyo a su causa fue minoritario. Siguen pensando que eran miembros o  satélites del partido comunista.

 -Del documental me llevo la lectura final que se lleva, también el  protagonista, nuestro Yates, que dice que él  conoció la libertad  por primer vez en su vida en España, para al cabo del tiempo volver a sentirse como degradado —si es que la libertad se pudiese  degradar—Uno cuando siente la libertad creo que la atrapa de tal  manera que por mal que vengan dadas años después. No sé, me da, como que pueden con todo..Porque tienen una energía “extra” y se agarran a ella. ¿Qué nos podéis comentar?

-Que, como muchos de las personas de aquella época, parecen estar hechos de otra pasta. He entrevistado a maquis, es decir, guerrilleros antifranquistas, a luchadores en la segunda guerra mundial, a presos en los campos de concentración, y esa llama en la mirada la he visto muchas veces. Luchaban por un ideal de bien común, por algo que les   trascendía como personas, independientemente de los errores que pudieran cometer, de la manipulación de partidos o de dirigentes. Los afroamericanos se sentían libres en esa lucha, era parte de su liberación. Luchaban con otros seres humanos a los que no les  importaba el color de la piel, que eran uña y carne en sus mismos  ideales de libertad y emancipación. Todos tenían la sangre roja. Todos  la tenemos. Ahora nos puede parecer algo excesivo, evidente, pero en aquellos tiempos no era tan evidente.

-Muchos de los afroamericanos que vinieron tiempos muy duros, después de la contienda española, pero que se llevaron de este país el germen de la libertad que esparcieron luchando por los Derechos Civiles en un país que presume, demasiado a menudo de ellos, pero que deja mucho desear.

-Bueno, era parte de lo que era la segunda república, o los ideales que animaban a un amplio colectivo de personas, ya fueran republicanos moderados, socialistas, anarquistas, trotskistas o comunistas. Lo de las brigadas internacionales, aparte de lo que era para la Internacional comunista y para los planes de Stalin (no olvidemos que era carne de cañón de alta calidad) significó que hombres y mujeres de más de medio centenar de países, de varias etnias, vinieran a luchar por un ideal, el de la libertad, que encarnaba la II República. Aquí había ese germen de igualdad, pero ya los brigadistas afroamericanos lo traían antes de venir aquí. Ya luchaban por esas ideas. Si acaso,  en España, lo fortalecieron.

22337
Héroes invisibles. Afroamericanos en la guerra de España. Alfonso Domingo y Jordi Torrent (dirs.)   
74′ DVD
12 euros
Argonauta

La gesta de la Brigada Lincoln es conocida. Compuesta por dos mil ochocientos norteamericanos, la brigada Lincoln acudió a defender en 1936 la república española, junto con cerca de 50.000 voluntarios llegados de 54 países, lo que apenas se sabe es que dentro de aquellos voluntarios figuraban ochenta y cinco afroamericanos que acudieron al combate para luchar tonto el racismo y por los derechos civiles que les negaban en su propio país. Esta es su historia, una página inédita de la historia de Estados Unidos y España. La peripecia de unos héroes invisibles que acudieron a una guerra lejana para luchar por su libertad. Basado en entrevistas al veterano afromericano James Vales y a varios veteranos de la Brigada Lincoln. “Héroes Invisibles” cuenta con la participación de historiadores y expertos de España y Estados Unidos, la utilización de imágenes de archivo inéditas y la filmación en los escenarios históricos de Misisipi, Chicago, Nueva York, en EEUU y de Madrid, Levante, Aragón, Cataluña y Pirineos, en España.