Cazarabet conversa con Gabrielle García

Gabrielle García, autora del libro “Plaza de los Republicanos Españoles. Testimonios de exiliados en Bretaña” (Comuniter), y del artículo “Los españoles en la resistencia de Bretaña”, publicado en “XIX y Veinte – 9. Revista de Historia y Pensamiento contemporáneos” (Comuniter)

– Gabrielle, ¿cómo fue la llegada del exilio, según las experiencias, testimonios (más o menos cercanos) que has ido atesorando ?

– Los testimonios que he ido atesorando, hace ya más de doce años, son los de los soldados de la República, exiliados en Bretaña. Pasaron la frontera a principios del 1939 tras la Retirada; llegaron con su brigada. Todos conservaban un recuerdo aún muy vivo del paso de la frontera. Unos cuando tuvieron que entregar el material de guerra, otros su llegada a las playas de Argelès y Saint Cyprien conducidos por gendarmes franceses. Allí nada estaba previsto excepto las alambradas y las fuerzas del orden en armas encargadas de vigilarlos. Estaban agotados. Era un caos. Puede sorprender el cuadro del pintor Mariano Otero titulado «  la retirada » que elegí para la portada de mi libro. En este cuadro, no se ve a individuos fracasados que van a parar a los campos del sur. Al contrario, el cuadro representa un solo cuerpo unido que avanza inclinado; las líneas rectas de las siluetas expresan su determinación. ¿Qué les une? pues las banderas republicanas que se alzan encima de ellos. No está muy claro si la columna llega o si se va. En este último caso¿ Hacia dónde van? hacia los valores por los que lucharon en España y seguirán luchando tras los Pirineos, una lucha que van a llevar hasta la victoria final contra el fascismo. Esta realidad del exilio español de 1939 ocultada por las imágenes espantosas del ejército derrotado, extenuado, maltratado en los campos de internamiento franceses, y que quise realzar, es el sentimiento antifascista que los republicanos españoles conservaban intacto al cruzar los Pirineos . No tardarían en demostrarlo. Pasado un primer período de desorientación, retomaron las armas .  Estamos hablando de Resistencia. De hecho, el tema del cuadro como del libro es la Resistencia ; una resistencia que empezó en España en julio de 1936, frente a la toma de poder de una clase dominante por la fuerza de las armas y a un golpe de estado fascista.

– Yo, desde los que conocí, desde sus testimonios (algunos de ellos bastante cercanos), me quedé muy sorprendida (ya años atrás) por la manera que Francia (más como Estado que como ciudadano a ciudadano) les llegó a tratar con los confinamientos en los diferentes campos, algunos de ellos inhumanos… la separación de las familias…

– Comprendo tu sorpresa. No recibieron por parte del estado francés, ni amparo ni reconocimiento por la lucha noble que habían llevado en su país durante casi tres años. Como lo atestiguan numerosos testimonios y documentos, el recibimiento en Francia fue en un primer tiempo totalmente improvisado, y muy cruel. Pero aquellas imágenes de la tragedia vivida en los campos del sur, Argelès, Saint Cyprien… también las expuso la propaganda franquista ; en 1954, en la película Dos caminos, varias secuencias insisten sobre el maltrato infligido por el Estado francés a los republicanos españoles.¿ Con qué intención el cine español de Franco exhibía la miseria de los exiliados en las playas del sur , fingiendo compadecerse de sus dolores y denunciar a Francia? De esta manera, el régimen franquista se enmendaba de sus responsabilidades históricas en la tragedia de los exiliados españoles haciendo llevar la responsabilidad de sus desgracias sobre el Estado francés. Lo que quiero decir y que muchas veces el público olvida cuando llora o, sorprendido e indignado ante tales imágenes, se queja del vecino, es que la tragedia del exilio republicano español es precisamente el haber tenido que exiliarse, el haber sido echados de su país por los rebeldes, perseguidos en su fuga por la aviación franquista que los bombardeaba. La tragedia es no poder volver a su país, porque en España, seguían matando, persiguiendo, encarcelando a todo el que había apoyado a la República.

– ¿En qué tono aquellos ex soldados te hablaron de su llegada a Francia?

– Con dolor e incluso cólera al recordar los sufrimientos físicos aún vivos en su memoria ,pero a estos sufrimientos se imponían otros, con más fuerza, en los que todos insistieron, hablo del dolor de ser tratados como criminales,  de la humillación infligida en los campos ;ellos que habían combatido por la Humanidad , por la dignidad de la persona, por una República legalmente instaurada, eran considerados como diablos, dibujados con una cola .Todos me hablaron de su dolor al ser tratados por las fuerzas del orden como unos sospechosos, al ver los postigos cerrados a su paso. Con mucha lucidez denunciaban cierta prensa francesa alimentada por la prensa de Franco, llena de mentiras que hacía de los republicanos españoles unos criminales. También pude sentir en el tono de otros cierta moderación en el discurso debida ciertamente al paso de los años y también a su capacidad de analizar con calma y objetividad el por qué de un tal recibimiento, de reconocer los esfuerzos hechos, cuando los hubo, por el estado francés, en particular, el recibimiento de los civiles, mujeres, niños y ancianos en las prefecturas que abrieron centros de acogida. Su discurso no era tajante sino matizado por observaciones pertinentes e imparciales.

– Tu padre era uno de los vencidos de la guerra. Si la memoria no me falla, conoció los campos de Saint Cyprien y de Argelès, ¿te habló de ello alguna vez?

– Una vez nombró con violencia el campo de Saint Cyprien pero cortó en seguida; En otras ocasiones, muy pocas, pude adivinar que no conservaba de los gendarmes franceses una idea muy grata. Pero nunca me habló de las penurias pasadas en los campos del sur. Seguramente no quiso hablarme de ello por ser su hija, para evitarme dolores. Pero pienso que su silencio y el de muchos exiliados, tiene otra explicación: el trauma de la derrota, el sufrimiento físico, la desilusión al llegar a Francia, el desamparo, ¿Quién podía comprenderlo? solo el compañero de combate. Porque juntos, y durante casi tres años de guerra, vivieron cada día al filo de la muerte, luchando por el mismo ideal. Después de pasar la frontera, siempre juntos, y frente al mar, medían la amplitud del desastre. En momentos tan trágicos, el compañero se convierte en hermano, y transpira por él. Nadie más.

– El exilio, los campos en las playas, es un episodio de su historia que se debe conocer.

– Por supuesto. pero sin esquivar el por qué del exilio. Lo que sí era importante para ellos, y pude comprobarlo durante mis entrevistas, era que se hablara de su lucha, del porqué de su compromiso. Lo que esperaban de sus compatriotas, no eran lágrimas delante de algunas imágenes, por cierto dramáticas, sino poder ocupar en su memoria y en la Historia el puesto que les correspondía, que se hablara de sus dolores y errores por cierto, pero también de su lucha y de sus logros; esto para que el país no volviera a conocer ni el fascismo, ni la dictadura de los potentes y avanzara. Su preocupación primera era el pueblo español. Desgraciadamente muchos españoles prefieren pasar página o esquivarla; lo que equivale a mantener a los republicanos españoles en el exilio.

– ¿Cómo fue el paso después de la frontera, o sea, qué diferentes suertes fueron teniendo los unos y los otros? Porque, cuéntanos, la mayor parte fue a parar a los campos de concentración….

– Primero conviene aclarar el término «  campo de concentración ». Fue el ministro del Interior, AlbertSarraut quien lo utilizó para hablar de los campos de internamiento franceses; lo encontramos en los documentos administrativos de la época. No se debe confundir con el campo de concentración nazi o campo de exterminio. Pues sí, la mayor parte fue a parar a los campos de concentración del sur de Francia. A partir de allí los testimonios indican recorridos muy diversos . Para salir de los campos y a fin de evitar la expulsión hacia España, las posibilidades eran limitadas: desde los primeros meses del año 1939, un número no despreciable aceptó alistarse en la Legión, se trataba de una minoría. Otros aceptaron, de grado o por fuerza, entrar en las Compañías de Trabajadores Extranjeros que dependían del Ministerio de la Guerra. En la primavera de 1940, más de 200 CTE , de 250 hombres poco más o menos, estaban repartidas por toda Francia. De ellos hablo en prioridad ya que su ingreso en las CTE es el principio de un recorrido que les llevaría, durante la Ocupación nazi, hasta Bretaña, a las bases de submarinos del Atlántico, Brest, Lorient, Saint Nazaire…..

– ¿Qué recuerdos conservaban de las CTE?

– De « indeseables » los refugiados españoles pasaron a ser «  indispensables » al esfuerzo de guerra. Los prestatarios cuya CTE estaba destinada a trabajos relacionados con la defensa, trabajaban con el pico y la pala, excavando trincheras, transportando piedras para la construcción de carreteras, de cobertizos o transportando obuses. Resulta difícil generalizar acerca de las condiciones de vida en las CTE. Unos se llevaron una gran desilusión al ver cómo estaban alojados y tratados. Pero los testimonios difieren en función de la buena o mala predisposición de los oficiales franceses a quienes los trabajadores estaban sometidos. En cuanto a las relaciones con la población, unos sufrieron de su hostilidad, la prensa ya había obrado; otros, al no poder salir de su campo, o muy poco, no tuvieron ningún contacto con ella; al contrario, otros mantuvieron con la población buenas relaciones. Pero de una manera general, las CTE representaron una mejora en comparación con las condiciones de vida en los campos del sur de Francia.

– ¿Cómo fue la experiencia de tu padre en particular?

– Fue uno de los numerosos ex combatientes republicanos entregados a los nazis por el gobierno colaboracionista de Vichy para trabajar en el Muro del Atlántico, en la construcción de las bases de submarinos. Como él, la mayoría de los protagonistas que entrevisté llegaron a Brest a finales de la primavera de 1941; llegaron con sus CTE -convertidas después del Armisticio, en GTE, Groupement de travailleurs étrangers. La obrera una catedral de hormigón en el mar. La Organización Todt, nazi, encargada de la construcción, estableció una jerarquía entre los trabajadores  basada sobre criterios nacionalidad, raza, adhesión al sistema. El último escalón lo ocupaban los «  malditos » del sistema, a los que se daba las tareas más penosas, más peligrosas. Entre ellos, encontramos los comunistas, los judíos y los republicanos españoles, los «  rotspanier », los rojos españoles. Hace ya más de doce años, pude entrevistar a algunos de ellos .Sus testimonios sobre lo vivido en las bases son espantosos y abrumadores. En cuanto a mi padre, no fue un testimonio sino algunas palabras que soltó en casa; pero fueron lo suficiente violentas para que muchos años más tarde, pusiera yo manos a la obra para sacar del olvido aquellos hombres.

– Aún con la distancia, hoy y ahora, ¿cómo vive Francia aquel recuerdo?

– Historiadores e investigadores prosiguen su trabajo sobre las zonas sombrías de la historia de Francia durante las cuales la Francia del Mariscal Pétain colaboró con los nazis. Pero, por ahora, me da la impresión de que el Estado francés cuenta con las asociaciones para enmendarse de su responsabilidad histórica hacia los millares de republicanos españoles muertos en los campos de concentración , o en el Muro del Atlántico, fichados por la policía y deportados a los campos de exterminio nazis, o mandados a Franco. Por su parte, las asociaciones memoriales cada vez más numerosas, trabajan para que se conozca y se reconozca la historia del exilio republicano español en Francia. Vamos avanzando y hay logros. Te doy un ejemplo que me toca personalmente, como presidenta de MERE 29, asociación por la Memoria del Exilio Republicano en la provincia de Finistère, en Bretaña. Después de haber leído atentamente un dossier constituido, a la demanda de la Marina nacional, por algunos de nuestros miembros- dossier que explica y demuestra la presencia de los republicanos españoles en la base submarina de Brest así como su implicación en la Resistencia,- las autoridades marítimas han aceptado que se les rinda un homenaje en la misma base donde trabajaron como esclavos. Es una página de la historia del exilio republicano español muy poco conocida. Incluso los vecinos del barrio de Brest donde estaban los campos de internamiento, y por cuyas calles pasaban cada día aquellos hombres, ignoraban que la base fue construida por ellos. El homenaje tendrá lugar el próximo día 10 de octubre en presencia de las autoridades marítimas y civiles, así como de un piquete de honor de la base naval de Brest .Sobre uno de los muros de la base, se depositará una placa a los republicanos españoles y trabajadores forzados de otras nacionalidades, También desde una embarcación, se largará una corona de flores al mar. Nuestro presidente honorífico, Claudio Rodríguez Fer, universitario gallego, poeta, muy comprometido en la recuperación de la Memoria republicana en Galicia así como Carmen Blanco estarán presentes. Claudio Rodríguez declamará un poema escrito por él , adaptado a las circunstancias« Arsenal de la barbarie », poema que será leído en castellano, francés, gallego y bretón. Juntos, gracias a nuestro trabajo y a la fuerza de la poesía, sacaremos a los republicanos españoles del silencio de hormigón.

– En este artículo que va revelando un capítulo del libro Plaza de los republicanos españoles. Testimonios de exiliados en Bretaña que acaba de publicarComuniter, vienes a contar la participación de los republicanos españoles en la resistencia en Bretaña

– ¿Fue diferente la lucha de la Resistencia en Bretaña que en algún otro lugar de Francia ?La resistencia española en la zona ocupada es menos conocida que la del sur (zona libre). Sin embargo, fue también muy activa y equivalente en número a esta última .Ahora, las condiciones de le resistencia española en la zona norte fueron muy distintas de la zona sur donde hubo un Estado Mayor de agrupamientos de guerrilleros. En la zona ocupada, existían grupos de combate, llamados grupos especiales que estaban en relación con la organización política. La movilidad de sus dirigentes era notable, tanto por razones preventivas, como a consecuencia de detenciones. Es de saber que en la zona ocupada, había una fuerte presencia militar alemana, con herramientas de represión eficaces, estaba la Gestapo, las cortes marciales, lo que dificultaba considerablemente la acción de los resistentes. ¿Cómo ingresaron en la Resistencia en Bretaña?

En la zona ocupada que comprendía toda la parte costera y la parte norte, es decir poco más o menos las dos terceras partes del país, los españoles eran muy numerosos en la costa, por la sencilla razón que allí se construía el Muro del Atlántico. Y precisamente fue en las bases de submarinos donde se desarrolló una sólida organización política clandestina y se crearon los primeros núcleos de la resistencia española en Bretaña. Los contactos con la resistencia francesa se hicieron por mediación de ex brigadistas bretones; en un primer tiempo la resistencia se concentró alrededor de las bases para extenderse luego a toda Bretaña y formar la red de resistencia española conocida por el nombre «  los deportistas » ; fue muy activa y las condiciones de lucha muy duras. Terminó con la deportación a los campos de exterminio nazis de unos 60 españoles, que salieron de la cárcel de Rennes en mayo de 1944, y la ejecución de los jefes de los grupos armados en Bretaña . Estos están enterrados en el cementerio nacional de Sainte-Anne d’ Auray, cementerio dedicado a los soldados «  muertos por Francia » en la provincia de Morbihan, en Bretaña.

– ¿Puedes acercar a nuestros lectores algún episodio de la lucha de los españoles en la Resistencia en Bretaña ?

-Podría hablarte del atentado en el cine Royal en Rennes. Fue el trabajo de un resistente jiennense, Pedro Flores Cano, quien entró solo en el cine reservado a los alemanes. Date cuenta, moreno como era, entró disfrazado de oficial alemán. También podría hablar del catalán Francisco Arroyo, autor de varios atentados entre ellos el del hotel Kerguss en Rennes. También son impresionantes las notas personales del resistente Ramón Garrido Vidal, cuando en enero de 1942, bajo orden del PCE, se escapa de la base submarina de Brest, con el objetivo de alcanzar la ciudad de Lorient y estructurar la organización clandestina de la Resistencia en Lorient

– ¿Fue muy importante la represión? ¿Tienes testimonios de represaliados?

– Sí, fue muy importante. Empecé a investigar en los archivos, y a entrevistar a los actores de aquella época, hace más de doce años. Por eso pude conseguir testimonios interesantes. También el regreso a Bretaña de los deportados es muy emocionante, ellos no tenían patria para abrazarlos, seguían en exilio. Pero la comunidad española así como un puñado de bretones les ayudaron a sobrepasar la barbarie nazi.

– Hoy en día ¿cuál es la posición del Estado francés respecto a la participación de los republicanos españoles en la Liberación de Francia?

– La fuerte movilización de la asociaciones memoriales en Francia, el compromiso personal de muchos de sus miembros, empezando por los testigos de aquella época aún vivos, y también, dentro o fuera de las asociaciones, el trabajo de los historiadores, periodistas, universitarios, investigadores han permitido que sea conocido, o mejor conocido, el papel de los  republicanos españoles en la liberación de Francia.. Todo este trabajo ha hecho que este año, para el 70 aniversario de la Liberación de París, se hable en France Inter, en la emisión « 2000 ans d’histoire » en una hora de gran audiencia, del papel desempañado por los republicanos españoles en la Liberación de Francia , el de la Nueve, la 9ª Compañía de la 2ª DB del General Leclerc, formada casi integralmente por republicanos españoles, ella entró la primera en la capital, el 24 por la tarde ; también se comentó el papel de los guerrilleros, los resistentes de la zona norte ( zona ocupada), unos caídos en los primeros días de la insurrección final de París, otros muertos bajo tortura dos años atrás ; así, el 25 de agosto el público pudo leer sobre la fachada del Ayuntamiento de París que servía de pantalla, entre unos veinte nombres de héroes, el del guerrillero Conrado Miret i Musté, muerto bajo tortura, en febrero de 1942. En su discurso el Presidente de la República nombró con insistencia a los republicanos españoles, ya lo había hecho en otras ocasiones pero a fuerza de insistir, ellos quizás ocupen por fin el puesto que les corresponden las páginas oficiales de la Historia de la Liberación.

– Vamos a tu colaboración con la Revista de Historia y pensamiento Contemporáneo XIX y XX. ¿Cómo ha sido la colaboración con ellos ?

– Ha sido muy buena desde el principio. De hecho, empezó con la visita de Juan Soro a Saint-Malo. En el jardín de la casa del exilio, así nombro la casa construida por mi padre, ahora mía, empezamos a hablar del exilio republicano español presente en la costa bretona. Juan ya conocía algo de esta presencia por haber leído mi primer libro co- escrito con Isabel Matas y publicado en 2005. En la primera parte, firmada por mí, me dediqué a entrevistar a los protagonistas de la segunda República española, a los que la defendieron con las armas. De los diez entrevistados, nueve han fallecido. Pero proseguí mis investigaciones en particular en la provincia de Finistère, en Bretaña, acerca de los trabajadores forzados en la base, y sobre los resistentes presentes en Finistère. He podido conseguir datos y fotos muy interesantes que nos permiten ir completando el puzzle de la resistencia española en Bretaña. También hablamos de los compañeros de mi padre, que como él, volvieron de las islas anglo normando. Los conocía yo muy bien y puedo decir que casi me crié con ellos. Seguía a mi padre por todas partes y muchas veces presencié sus conversaciones.

– Estuvo en la isla de Aurigny, ¿cómo fue?

– Entre los trabajadores forzados en la base de Brest, los españoles eran los más numerosos en evadirse. Mi padre se escapó con dos camaradas. Pero los arrestó la Gestapo a la entrada de Rennes ; como castigo los nazis los mandaron a la isla anglonormanda de Aurigny, . Más tarde, mi padre aprovechó un traslado a la isla de Guernesey para escapar de nuevo. Entrevisté a tres españoles que estuvieron también en las islas, uno en Aurigny Los otros dos en Jersey y Guernesey. También entré en contacto con un joven historiador normando quien hizo un trabajo muy interesante sobre la deportación en Aurigny.

– Tu padre ¿nos puedes acercar un poco más a su figura?

– El nació en Cijuela, pueblo de la vega de Granada que linda con Fuente Vaqueros. Sus padres no eran propietarios y a fin de satisfacer las necesidades de la familia que contaba cuatro hijos, tenían arrendado un trozo de tierra junto al Genil. Joven, él ayudaba en las faenas del campo, también trabajaba como jornalero en las ricas plantaciones de tabaco de la comarca. Ingresó muy pronto en la UGT y en el PSOE. En casa recibíamos el periódico «  El Socialista ». A veces me comentaba artículos sobre todo cuando se hablaba de Fernando de Los Ríos. Con frecuencia percibí en él el respeto e incluso el afecto que sentía por el ministro republicano. La casa del Pueblo deCijuela, llamada «  Centro Pablo Iglesias » y más comúnmente «  la Sociedad », se llenaba cada tarde de campesinos, socios- ellos mismos construyeron la casa – allí se comentaban leyes y decretos, artículos de periódicos, había debates,

– ¿Que significó para él resistir?

– Primero empezó a resistir al golpe de Estado, en julio de 1936, frente a una clase dominante que tenía como propósito acabar con ellos, los pequeños, a quienes había tenido avasallados durante siglos y que habían osado levantar la cabeza. Me explico: en Cijuela, con sus compañeros de La Sociedad, integrada por el PSOE, habían puesto en marcha una Colectividad agrícola. Hubo un reparto de parcelas en todo el municipio; pertenecían a un gran propietario que prefirió arrendarlas antes que seguir pagando a los jornaleros cuyo sueldo había aumentado. Los colectivistas firmaron con él un contrato de arrendamiento. Una experiencia similar se llevó a cabo en Las Gabias, cerca de Santa Fe, a unos kilómetros deCijuela. Pues, al estallar el Golpe, los rebeldes fueron directamente a por ellos. Fue una represión de clase llevada contra los que irónicamente los caciques llamaban «  los rusos deGabia grande ». Me estás hablando de resistencia, toda la guerra de España fue una resistencia, en la batalla del Jarama donde estuvo mi padre, se demostraba que la guerra de España fue una resistencia al fascismo internacional. Resistir, pués sí, también en la base de submarinos de Brest, los esclavos de Hitler resistieron, no tenían más remedio, resistir o la nada. En el campo nazi de Aurigny donde elaboraron un pequeño periódico titulado «  aquí también » sobreentendido, aquí también resistimos. Después de evadirse de las islas, mi padre obtuvo falsos papeles y se puso en la boca del lobo, había que comer y era la mejor manera de pasar desapercibido o casi ya que hubo un sabotaje del bunker en que estaba trabajando en Dinard. La Gestapo fue directamente a buscarle al hostal donde alquilaba una habitación. Fue la que más tarde sería mi madre, bretona, oriunda de Saint-Malo, quien le salvó. Existía una resistencia individual. Algunos de mis entrevistados me hablaron de los sabotajes a los que se libraban.

– El silencio ha sido algo recurrente entre exiliados, aún más entre los que se quedaron aquí. ¿Cómo se vivió en tu casa los recuerdos de la Guerra Civil española y las luchas y supervivencias en el exilio?

– En el exilio, claro, había los recuerdos, digamos las pesadillas de los ocho años de guerra, pero también había la realidad del presente : el exilio, la imposibilidad de volver a ver a los suyos, a pisar la tierra donde nacieron y lucharon. La realidad era también las noticias que llegaban de España, los encarcelamientos, las torturas, la humillación infligida a los perdedores de la guerra, la imposibilidad para los jóvenes de seguir sus estudios, tenían que trabajar para comer. Ellos los republicanos quienes creían en el valor social de la cultura, que la promulgaron, veían al pueblo español desprovisto de la posibilidad de instruirse, pues de debatiry de avanzar. El dolor del exiliado republicano lo sentí en Bretaña cuando vinieron temporeros andaluces; no se atrevían a hablar a mi padre por miedo a que uno de ellos chivara a las autoridades del pueblo que habían hablado con un «  rojo » en Francia. El dolor del exiliado republicano lo volví a sentir cuando se podía comprobar las consecuencias del lavado de cerebro sufrido en España, la total despolitización de muchos de los que emigraban, el vacío tremendo en su mirada de hombre. ¿Qué más sobre el exiliado republicano? Podría añadir, no su dolor, sino su cólera fría al ver que las mismas democracias que habían abandonado a la República, decidieron que con Franco les iba bien. Y tantas cosas más…

– ¿De qué manera se hizo la trasmisión de padre a hija?

– Ante todo, conviene precisar que aquí en la costa norte de Bretaña hasta Brest y más allá, muchos de los ex combatientes republicanos españoles se casaron con francesas. Eran solteros que habían trabajado en las bases submarinas o recién llegadas de las islas anglo normandas o de la deportación en Alemania. En la costa malvina no se creó una pequeña España del exilio, como hubo en el sur de Francia o incluso en Rennes donde vivían parejas españolas, por la sencilla razón que en Rennes en 1939, se abrieron campos de acogida donde vinieron familias enteras de refugiados. Total, por ser hija de pareja mixta y por no haber en Saint Malo un lugar, o mejor dicho un «  hogar » donde se cocinara, se hablara, se cantara en español, la trasmisión se hizo, en un primer tiempo, directamente de padre a hija sin otra voz que la suya y luego la de sus compañeros porque lo decidí yo. Entre los caminos que se presentaron a mí, elegí el que me conduciría hasta mi familia andaluza, hasta mi padre, hasta la España republicana. Conozco a muchos hijos de pareja mixta, que no pudieron o no supieron acercarse a su padre, doblemente exiliado y trágicamente silencioso en su propia casa.

– Gabrielle, una última pregunta: tu padre nunca volvió a Andalucía pero tú fuiste por él, ¿encontraste allí  al joven jornalero que debió ser?

– En diversas ocasiones. Puedo citar una de las primeras, cuando a finales de los años sesenta, adolescente, atravesé España en una furgoneta con jornaleros andaluces y descubrí al llegar al pueblo lo que significaba ser hijo de vencidos; y mucho más tarde cuando tuve la certeza de la experiencia de la Colectividad y distinguí claramente quiénes fueron los compañeros de mi padre y qué representaba para ellos «  La Colectividad ». Hubo muchas más ocasiones, emociones. Te voy a contar la más reciente. Este verano, pasé unos días en casa de amigos en Fuente Vaqueros. Un domingo, teníamos previsto ir a cenar en la finca de una amiga en Romilla la nueva; pero una llamada telefónica nos obligó a cambiar nuestros proyectos. Iríamos al entierro de Gustavo, un joven de 37años, casado y padre de dos niños ; se había quitado la vida por la enorme presión del banco, que con solo tres meses de impago de la hipoteca llevaba varias semanas amenazándole de u desahucio inminente. Pues al enterarnos de la notica, tomamos el coche y nos dirigimos al pueblo de Alomartes donde vivía la familia del difunto. Eran las siete de la tarde. Aún quemaba el sol. Después de aparcar el coche, fuimos subiendo una colina hasta llegar al cementerio. Desde el sitio donde estaba yo, solo podía ver la corona de flores dispuesta sobre el nicho, en lo alto del muro; se exponía blanca y desnuda a las quemaduras del astro. Al fin de la ceremonia, los asistentes dieron el pésame a la familia y empezaron a bajar la colina. Yo permanecía debajo de un árbol raquítico; la gente pasaba lenta y silenciosamente por delante de mí En un momento dado, un hombre alto, de piel oscura y curtida se paró a mi lado. Era de los que trabajan bajo soles de justicia. Las mandíbulas apretadas y la cabeza levantada miraban hacia adelante. Volví la cara hacia la derecha a ver lo que miraba: centenares de olivos cubrían las colinas. Seco el llanto, los árboles ancestrales acompañaban a la mujer de Gustavo que caminaba sostenida por brazos amigos. Tenía ante mí toda la tragedia de Andalucía cuando sus hijos pierden la vida, vencidos por el poder del magnate. En este mismo instante reconocí a mi padre.

* Gabrielle García, Licenciada en lengua castellana por la Universidad de Rennes, fue profesora de enseñanza secundaria. Hija de un combatiente republicano exiliado en 1939,  investiga sobre la presencia republicana española en Bretaña (Francia). Es coautora de un primer libro La mémoire retrouvée des républicains espagnols (Ed. Edilarge, Rennes 2005), en el que entrevista a los combatientes republicanos sobre su recorrido desde el principio de la guerra civil hasta el fin de la segunda guerra mundial: la Retirada, los campos del sur, el trabajo forzado en el Muro del  Atlántico y la participación en la Resistencia francesa en zona ocupada. El libro, prologado por Francisco Espinosa Maestre, ha sido alabado por la crítica y galardonado con el Premio Ecrivains de l’Ouest. En su última obra Pour entrer dans Grenade (Ed. Mare Nostrum, Perpiñán 2013) escribe la historia de los jornaleros de la Vega de Granada, compañeros de su padre. En la actualidad preside la asociación Memoria del Exilio Republicano Español, MERE 29, del departamento de Finistère y  prosigue su labor de recuperación de la Memoria republicana.

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