Clemente Alonso Crespo. Albarracín. 21 de enero de 1938. El origen de una infamia. El general Varela y sus secuaces.

Clemente Alonso Crespo /25.10.2020 
Un alférez médico, un general ambicioso, un juez militar especial nombrado para instruir un proceso Sumarísimo también especial, un coronel acusado de traidor, unos falangistas y gentes de Acción ciudadana que huyen en la estampida ante el miedo de caer prisioneros y afrontar sus responsabilidades, un franciscano trabucaire con pistola al cinto, unas víctimas propiciadas y acusadas de crímenes que no existieron convertidas en carne de condena y fusilamiento, un fiscal falangista reconvertido en juez de apología nazi, un juicio sumarísimo que ya tenía redactada la sentencia condenatoria, unos fusilados a quien otro fiscal acusaría a sus ejecutores de haberlos fusilado mal, una mentira tras otra, una manipulación histórica.
 
Todo documentado. Anticipo algunos apartados.
 
1.- Un alférez médico. El inicio de la infamia. Fernando Cámara Niño.
 
Fernando Cámara Niño fue el autor del informe elevado al general Varela y firmado el 21 de enero de 1938, en Albarracín. En él tiene origen la acusación de cobardía y traición que manchó para siempre la reputación del coronel Rey D´Harcourt y dio lugar a la tergiversación, manipulación y mentiras referidas a la defensa y caída de Teruel en los comienzos de 1938.
 
Fernando Cámara Niño tenía treinta y un años cuando suscribe este informe. Militante de Falange ejercía como catedrático de Ciencias naturales en el Instituto de Alcoy. Nacido en Zaragoza en 1906 fue cesado el 23 de agosto de 1936 por su apoyo a la sublevación y refugiado en Cuenca apareció como alférez médico en el frente de Teruel. Su cese se publicó en el mismo Boletín (Gazeta de Madrid) en el que Miguel de Unamuno fue desposeído de todos sus cargos por el gobierno legítimo de la República.
 
Acabada la guerra civil se incorporó como profesor al Instituto Miguel Sevet de Zaragoza y ocupó la plaza de Catedrático de Ciencias naturales hasta su jubilación. En 1943 la Revista de Educación nacional recoge el acto falangista presidido por el ministro de Educación nacional José Ibáñez Martín en el se monta una guardia en honor de José Antonio Primo de Ribera en El Escorial, y allí aparece, en la segunda guardia, vestido con uniforme de gala falangista el citado Cámara Niño. Dedicado después a investigaciones botánicas e hidrológicas se convertirá en un experto y reconocido científico.
 
En su informe fechado el día 21 de enero de 1938 el alférez médico Fernando Cámara Niño, a pesar de su inexperiencia en la milicia lanza acusaciones de masonería, irreligiosidad, inasistencia a misa de gente significada, falta de fortificaciones defensivas, falangistas cobardes que huían a la retaguardia, enchufismo en los destinos, falsedad en los interrogatorios, mala organización del despliegue de los soldados, nula aceptación por parte de Rey D´Harcourt de sus propias indicaciones, rendición acordada celebrada con la ingestión de una botella de coñac, exaltación de algún falangista huido, jefes y oficiales sin espíritu moral y patriótico.
 
Ofrece nombres de militares que este alférez-médico-falangista considera como heroicos y otros a quienes los califica como dignos y valientes y, por supuesto, enumera a los militares indignos a cuyo frente señala a Rey D´Harcourt.
 
También señala a paisanos heroicos y en segunda fila a los tan solo dignos y valientes y una inquina especial para quien fuera fundador y jefe provincial de Falange española tradicionalista Manuel Pamplona, a quien acusa de miedica y cobarde y, junto a otros, de un egoísmo repugnante.
 
2.- Un general ambicioso. José Enrique Varela. Jefe del cuerpo de ejército de Castilla.
 
El general Varela, desde su cuartel general establecido en Albarracín, remite el 24 de enero de 1938, tres días después del informe del Alférez Cámara Niño, un escrito a su inmediato superior el General Dávila, Jefe del ejército del Norte, reclamando se nombre un juez militar que “entendiera en los sucesos acaecidos en Teruel en la rendición y en los anteriores  a ella”.
 
Varela en su escrito a Dávila habla de delitos cometidos durante la “capitulación de Teruel” derivados como posibles hechos consumados de cobardía y traición y apunta directamente “a los mandos o autoridades que han tenido relación con los hechos acaecidos en la plaza y sector de Teruel, antes de la caída y en el momento de su defensa y capitulación.”
 
Pide el nombramiento de un Juez Militar y solicita actúen como testigos quienes “se encuentran entre los evadidos que están a disposición de V.E. y cuya conducta les acredita de su lealtad al Movimiento nacional”. (Entre ellos se encontraba Fernando Cámara Niño).
 
En definitiva Varela anticipa que el coronel Rey D´Harcourt y su gente son unos traidores y que quienes se han confabulado y huido de la Comandancia de Teruel son leales a la causa que él mismo defiende.
 
 Y en ese momento, 24 de enero de 1938, Varela está en Albarracín, su inmediato superior, Dávila, a quien va dirigido el escrito, en Caminreal desde donde con ayuda de los bombarderos de la legión Condor y el repliegue del ejército republicano dirigido por el general Rojo, entrará victorioso el 23 de febrero de 1938 en un arrasado Teruel.
 
Todo esto se encuentra documentado en el Archivo histórico municipal de Cádiz. Allí depositó el general Varela abundantes documentos y están a disposición de los investigadores. 
 
 ¿Por qué Varela conservó tamaña documentación en su archivo particular? ¿Por qué guardó los originales donde aparecen las comunicaciones entre los coroneles Barba, D´Harcourt, Dávila y él mismo en los días de la defensa-caída-evacuación de Teruel en enero de 1938? ¿Por qué aparecen también las declaraciones efectuadas en 1941 por los testigos militares Guíu, Barba y las de la viuda e hija de Rey D´Harcourt, referidas a los hechos ocurridos en Teruel? ¿Por qué el propio general Monasterio envía un escrito oficial diciendo que no procede investigar a estos militares en la Causa general?
 
¿Por qué estos documentos se los quedó el propio Varela y no se conservaron en los archivos del ejército?
   (En otra ocasión volveré sobre estos porqués).
 
 Antiguo brigada del ejército cesado como consecuencia de la reforma militar efectuada por el presidente Manuel Azaña, plumífero autor de versos cursis, rehabilitado militar por el mismo Franco, meapilas falsario, cruel torturador auxiliado por especilistas de la brigada social hasta conseguir declaraciones absurdas y falsas no exentas de consecuencias demenciales y situaciones catatónicas, diarreas incontroladas de las raciones continuadas de aceite de ricino y muertes en los interrogatorios de las “diligencias” efectuadas por sus secuaces antes de la llegada del Sumarísimo condenatorio de turno. 
 
4.- Falangista, miembros de acción ciudadana, y civiles varios huidos de la Comandancia Militar.
 
Un año más tarde premiados con la cruz roja al mérito militar, en decreto firmado por el propio Varela ya ministro del ejército y testigos ad hoc para culpabilizar a quienes abrió causa el propio juez militar especial de Teruel Antonio Rodríguez Pineda. 
 
5.-Libelistas y manipuladores.
 
Que con sus escritos aparecidos en días inmediatos a la finalización de los tiros y las bombas se convirtieron en plumillas al servicio de la gran represión que siguió. Tales como Alonso Bea,Gil Sendra, José María Pemán, El Tabib Arrumi, Manuel Aznar.
 
6.- Un fiscal juez honorario especial. Félix Solano Costa.
 
Falangista y nazi de la vieja guardia junto a sus hermanos Luis Y Fernando, redactor de la acusación de los condenados en el Sumarísimo 2982-TE-41, nombrado expresamente y miembro del jurado que estampó con su firma la sentencia que recoge al pie de la letra el informe y petición de penas del propio Solano Costa, culminada con ocho penas de muerte, una de ellas solicitada con aplicación de garrote vil, y ejecutadas en la madrigada del 28 de mayo de 1943.
 
7.- Otro fiscal Ángel Dolla Manera.
 
Quien busca entre los fusiladores, un mes después de aquella madrugada, a quienes dejaron proferir “gritos subversivos” contra la causa franquista en el momento de ser fusilados en Torrero. 
 
8.- En definitiva.
 
Búsqueda y encuentro de chivos expiatorios por el fuego hermano contra Rey D´Harcourt y contra el sindicalista, socialista y en su momento diputado provincial y alcalde de Teruel Ángel Sánchez Batea y muchas gentes humildes condenadas del Arrabal, la rambla de san Julián y las Cuevas del siete en un Teruel en ruinas.
 
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