Córdoba. El último capítulo de Renée Lafont

Entre las víctimas del franquismo, que un equipo científico trata de hallar desde el jueves en el cementerio de la Salud, hay una francesa, considerada la primera periodista muerta en un conflicto internacional

Diariocordoba/Irina Marzo /2019

Entre las 2.000 víctimas del franquismo, cuyos restos busca desde el jueves un equipo de científicos en el cementerio de la Salud de Córdoba, podría haber una mujer, de nacionalidad francesa y 59 años de edad: Renée Lafont (Amiens, 1877-Córdoba 1936). Un grupo de sus compatriotas, aglutinado en torno a la asociación Caminar, que forman 17 entidades memorialistas de republicanos franceses, y un grupo de cordobeses, capitaneado por Flori Rodríguez, Rafael Espino y Pablo Pérez, esperan que así sea, y que, cuando se remueva la tierra, pueda cerrarse el último capítulo de la vida de la primera periodista asesinada en el ejercicio de su labor en un conflicto internacional: la guerra civil española.

Intrigado por la vida de esta mujer culta (publicó dos novelas y tradujo, entre otros, a Blasco Ibáñez o Valle-Inclán), hispanófila, políglota (hablaba cinco lenguas), libre, comprometida con la Segunda República y bien relacionada con la élite política y cultural de principios de siglo XX, Pablo Pérez ha escrito su biografía consciente de que no se podrá publicar hasta que no se cierre el último capítulo de su vida. «Nos quedan muchos cabos sueltos», admite este periodista cordobés, que tiró del hilo de esta historia inconclusa a partir del libro La guerra civil en Córdoba del investigador Patricio Hidalgo, que habló de ella por primera vez.

Después de una intensa actividad periodística, sobre todo en el ámbito cultural, tanto en su país como en España, Renée Lafont había venido a Córdoba como corresponsal para cubrir la guerra civil para el periódico socialista Le Populaire. Pudo reportajear varios combates en la provincia, en un momento donde el frente no estaba todavía fijado, pero la tragedia quiso que el 29 de agosto de 1936, el coche en el que viajaba Lafont junto a dos acompañantes, se extraviara y cayera en una emboscada siendo capturada por las milicias nacionalistas.

Desde ese momento hasta el de su muerte hay muchas más dudas que certezas, cuenta Pablo Pérez, aunque la historia quedó recogida por los periódicos locales de la época que hablaban de «una espía», no de una periodista, y que contaban que llevaba un carnet comunista (pese a trabajar para un periódico socialista) y un alfiler con la hoz y el martillo. Renée tuvo, además, la mala fortuna de morir en un momento en que Francia estuvo de perfil respecto al conflicto fratricida en España, y el país galo ni siquiera reclamó su cadáver. Casi dos meses tardó en publicar su muerte el periódico para el que trabajaba, y apenas recibió un homenaje algún tiempo después, a pesar de que fue una intelectual destacada en su época.

Aunque en los libros del cementerio de la Salud de Córdoba no hay nada sobre la periodista francesa, las asociaciones que buscan a Renée Lafont se aferran al libro del capellán en el que hay una inscripción perteneciente al 1 de septiembre, día en el que fusilaron a siete hombres y una mujer. A ese breve registro, y al testimonio recogido por Patricio Hidalgo a Luis de la Fuente Román, que servía en el Regimiento de Artillería Pesada número uno de Córdoba y que pudo ser una de los últimas personas que vio a Renée con vida.

La asociación gala Caminar se interesó por la historia de Renée y ha tratado incluso de que el presidente Macron haga suya la exhumación de esta compatriota olvidada. Además, el colectivo ha buscado a un genealogista para localizar a algún pariente de la periodista para las pruebas de ADN. Una tarea difícil ya que era hija única y murió sin descendencia. El portavoz de Caminar, José García, afirma que hay que hacer algo por esta «mujer olvidada por Francia y la que no reclamó nadie. Por eso, estamos haciendo lo máximo, para que ella y los otros 2.000 se puedan exhumar y que el Gobierno francés la reconozca como merece», añade.

Francia, que no es ajena a la irrupción de la extrema derecha, ve con preocupación el auge de Vox en España. Los periodistas Antonio Chao y Pierre Challier del periódico de Toulouse La depêche du midi se han trasladado esta semana a Córdoba para cubrir la noticia. Chao, que lo hizo para Radio France, explica que el caso de Renée Lafont es «un enganche para poder hablar de lo que pasó en España hace 80 años, y está pasando ahora con el regreso de la extrema derecha a Andalucía. Por eso, era importante presenciar este acto y seguir trabajando en lo que se va a encontrar y lo que va a salir a la luz». El Gobierno garantizó el viernes que el proceso de exhumaciones iniciado esta semana está garantizado, pese a las muchas voces que piden que se interrumpa. Quienes buscan cerrar el último capítulo de sus seres queridos piden verdad, justicia y reparación.

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