Córdoba. Los residuos del franquismo

Los residuos del franquismo

Una decena de municipios de la provincia de Córdoba siguen manteniendo en algunas calles, plazas y parques símbolos relacionados con la dictadura franquista o con personalidades vinculadas al bando ganador

Córdoba | Corresponsales | 20-3-2016

Una decena de municipios de la provincia deben aún eliminar símbolos relacionados con la Guerra Civil y la dictadura franquista, cuando faltan pocos meses para que entre en vigor la Ley de la Memoria Histórica, que está pendiente de aprobarse en el Parlamento andaluz y que está ultimando la Junta de Andalucía.

El Ayuntamiento de Montilla retiró en enero del 2014 la placa en memoria de los combatientes del bando nacional fallecidos durante la Guerra Civil que lucía la cruz del Llanete de San Agustín, adelantándose así a la entrada en vigor de la Ley de Memoria Democrática. Pese a ello, el callejero municipal todavía mantiene algunos vestigios que podrían ser objeto de revisión por parte del Consistorio. Tal y como recoge el historiador Arcángel Bedmar en su obra Los puños y las pistolas. La represión en Montilla (1936-1944) , el 12 de septiembre de 1936 la comisión gestora que se hizo cargo del Ayuntamiento tras el golpe militar encabezado por Franco aprobó una “amplia remodelación del callejero”, que llevó a rotular algunas vías con el nombre de potencias fascistas como Alemania, Portugal e Italia. De ellas se mantiene en la actualidad la avenida de Italia, que conecta la avenida de Boucau con la del Marqués de la Vega de Armijo y desemboca en la estación de ferrocarril.

De esa misma fecha procede igualmente, según Arcángel Bedmar, el nombre de otras dos calles dedicadas a religiosos montillanos: el arcipreste Fernández Casado, “que da nombre a la vía en la que se encuentran los juzgados”, y la del padre Miguel Molina de la Torre, “hoy Beato Miguel Molina”, que alude al sacerdote que fue fusilado el 28 de julio de 1936, junto a otros tres religiosos, en las tapias del cementerio de Ronda. De igual modo, se mantiene el nombre de la plaza de Angel Sisternes, que da acceso a la Casa de las Aguas y está dedicada a un teniente coronel del ejército, vicepresidente del Sindicato Obrero Católico y alcalde de Montilla durante unos días, en el año 1936.

En similar situación de encuentra Baena, donde continúa la calle General Morales, un militar natural de la localidad que colaboró con la sublevación militar del 18 de julio de 1936 en Lucena. Desde el grupo de IU se ha llevado a pleno una moción para la retirada de medallas, honores y condecoraciones, finalmente se retiró la de Franco y Sáenz de Buruaga y se acordó solicitar un informe técnico para acreditar las que se aportaron en un amplio listado en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica.

En Priego también se han eliminado varias de las referencias franquistas que aún quedaban. Entre ellas, cabe reseñar la eliminación en el monumento al Corazón de Jesús, levantado en memoria de los caídos en la contienda civil, del escudo preconstitucional existente en la parte posterior de la base del mismo, así como varios rótulos de calles relacionadas con la dictadura. Junto al citado monumento, aún se mantiene la cruz, también en honor a los caídos, ubicada en la Fuente del Rey, aunque en este caso en un lugar muy poco visible para viandantes y visitantes.

En Cabra son varias las referencias al ministro franquista y secretario general de Movimiento Nacional, José Solís, como el monumento del parque Alcántara Romero o la avenida que lleva su nombre y una plaza en la barriada Virgen de la Sierra. A ello hay que unir el nombre del colegio Angel Cruz Rueda (alcalde franquista durante la Guerra Civil y jefe provincial de la Comisión de Depuración Provincial del Profesorado tras la guerra). Quedan también algunas placas pequeñas en algunas viviendas de protección oficial y una gran placa en el barrio de Santa Lucía de la Delegación Nacional de Sindicatos.

En lo que respecta a Peñarroya-Pueblonuevo, sobre la cruz del emblemático Peñón se demostró en el año 2014, gracias a un familiar de la persona que la regaló al pueblo, que no se trata de un signo franquista, sino el regalo de un vecino. Sí queda la calle General Primo de Rivera, sobre la que el alcalde ha afirmado que, tras salir en el Pleno, “hemos solicitado a la secretaria que nos informe del procedimiento a seguir para el cambio de denominación”.

En Espejo siguen estando las dos cruces que en los últimos años se han considerado simbología franquista, si bien el origen de al menos una de ellas tampoco pertenece a la época de la contienda ni es posterior, sino que se ha documentado que esta ocupa el mismo lugar desde principios del siglo XX. Se trata de la cruz de Las Calleras y, aunque una inscripción recordaba a los caídos, esta ya se ha perdido y el Ayuntamiento decidió dejarla en su lugar. Respecto a la que se encuentra en la puerta de la iglesia, carece de inscripción alguna y tampoco se le ha dado mayor trascendencia.

La alcaldesa de Hornachuelos, María Pilar Hinojosa, ha anunciado su decisión de iniciar el procedimiento para eliminar de los registros oficiales el “apellido” a la pedanía meloja, Bembézar del Caudillo, para cumplir con la ley. No obstante, este ya no aparece en ninguna señalización. Por su parte, en Pedroche continúa en la fachada lateral de la parroquia de El Salvador una placa con referencia a 101 nombres caídos “por Dios y por España”. Otra iglesia, la de Nuestra Señora de la Asunción de Dos Torres, cuenta cerca de su puerta lateral con una cruz en la que se lee “Señor, glorifica a los que cayeron por tu honor y la grandeza de España”.

En la carretera entre Hinojosa y Belalcázar, un monolito, construido en un terreno privado y muy visible para los conductores, recuerda el fusilamiento de 17 personas de Belmez, “que aquí dieron su vida por Dios y por España”. En Villanueva del Duque, la placa dedicada a los Generales Carvajal sigue en honor a estos hijos predilectos.

http://www.diariocordoba.com/noticias/cordobalocal/residuos-franquismo_1027215.html

 

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Una herida que no ha cerrado

La decisión del Ayuntamiento de crear una comisión para analizar los vestigios del franquismo tendrá largo recorrido

Córdoba | F. Expósito | 20-3-2016

El próximo 18 de julio se cumplen 80 años del golpe de Estado que acabó con la Segunda República. Tras la guerra civil, España entró en una etapa que abrió demasiadas heridas que ni la transición pudo cerrar. La Junta de Andalucía prevé aprobar en los próximos meses una ley de la Memoria Histórica que en su proyecto considera que “es imprescindible recordar y honrar a quienes se esforzaron por conseguir un régimen democrático en Andalucía, a quienes sufrieron las consecuencias del conflicto civil, a quienes lucharon contra la Dictadura franquista en defensa de las libertades y derechos fundamentales de los que hoy disfrutamos”. Este marco normativo considerará víctimas a todas las personas que fueron fusiladas, los guerrilleros, condenados, exiliados, familiares de desaparecidos y represaliados, junto a los niños robados y los que sufrieron torturas en campos de exterminio nazi. Se crearán lugares de memoria, se establece que en 18 meses se retiren los escudos, placas y otros símbolos, como nombres de calles o plazas, así como exhumaciones y reconocimiento de las víctimas.

Acuerdo plenario por unanimidad

El Ayuntamiento de Córdoba, con el acuerdo de todos los grupos políticos, aprobó el martes crear una comisión que analice los símbolos franquistas que aún existen en la ciudad (aún no hay un censo), de acuerdo con la ley de la Memoria Histórica que se aprobó en el 2007. La institución municipal se preocupará de que “se retiren escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la guerra civil, y de la represión de la dictadura”. En principio, en esta comisión estarán representados los seis grupos municipales, junto a las asociaciones memorialistas, la Administración central y autonómica, así como miembros del movimiento ciudadano e investigadores. Precisamente, unos días antes del Pleno municipal, el sábado 12, tuvo lugar en el cementerio de Nuestra Señora de la Salud un acto de homenaje a las víctimas del franquismo organizado por la Plataforma por la Comisión de la Verdad de Córdoba. La fosa común de este camposanto guarda los restos de unas mil represaliados por el franquismo, mientras que en la fosa común del cementerio de San Rafael se estima que hay unos mil quinientos. Las asociaciones memorialistas vienen demandando que se elabore un censo oficial de víctimas del franquismo y se apruebe un plan cuatrienal de exhumaciones, en el que se incluya la posibilidad de expropiaciones temporales de terrenos privados (incluidos los religiosos), e incorpore la presencia y tutela judicial durante la exhumación e identificación. Asimismo, exigen la obligatoriedad de eliminar los símbolos franquistas, incluyendo los de los edificios religiosos, la actuación de oficio de la Junta en los casos de inacción municipal y la inclusión en los programas educativos de los contenidos relacionados con el conocimiento “veraz” y “contrastado” de lo que supuso el franquismo.

El cambio de calles en la ciudad de Córdoba

Hay nombres del callejero que siempre suelen salir en el debate de la Memoria Histórica, y también siempre se encuentran defensores y detractores. Las dos asociaciones memorialistas quieren que se retiren los nombres de Conde de Vallellano, Cruz Conde o Cañero para referirse a vías o espacios públicos de la ciudad. Algunos historiadores como Enrique Aguilar Gavilán se desmarca de este posicionamiento. Incluso, Aguilar Gavilán saca a debate el nombre de Dolores Ibárruri al cuestionar su trayectoria. Tampoco hay que olvidar lo que piensan los vecinos que residen en estos lugares, por lo que desde algunos colectivos se plantea que exista un consenso.

Los historiadores exigen el máximo rigor

Tres de los más reconocidos especialistas en Historia Contemporánea de Córdoba (José Manuel Cuenca Toribio, Antonio Barragán Moriana y Enrique Aguilar Gavilán) no dudan en exigir el máximo rigor en este debate, que se despolitice el tema y se aborde por personas capacitadas. Cuenca Toribio considera que “todas las víctimas son iguales” y estima que “mientras más alejados estemos de los poderes políticos, tanto mejor”. Barragán Moriana piensa que cualquier decisión “hay que sopesarla con mucho cuidado y estudio y no tomarla a la ligera”. Asimismo, propugna la creación de una “comisión de la verdad”, integrada por expertos. No obstante, piensa que hay que esperar a la aprobación de la ley andaluza. Por su parte, Aguilar Gavilán no cree que en el callejero de Córdoba “haya muchos restos del franquismo”. Con respecto a la familia Cruz Conde, Aguilar Gavilán defiende su trayectoria: “José Cruz Conde fue el primer alcalde que tuvo una idea de la Córdoba moderna. Antonio Cruz Conde ha sido uno de los mejores alcaldes”. El debate también ha aparecido en otras ciudades como Sevilla, Cádiz, Madrid o Valencia. Las heridas parecen aún muy abiertas. Lo difícil será establecer una línea roja.

http://www.diariocordoba.com/noticias/cordobalocal/herida-no-ha-cerrado_1027216.html