La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) no entiende que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pretenda pactar con el Vaticano la resignificación del Valle de los Caídos y hable de la posibilidad de llegar a “un acuerdo bilateral”.

La ArMH que en numerosas ocasiones ha denunciado que la Ley de Memoria Democrática aprobada por el Gobierno de Sánchez en el año 2022, ni siquiera menciona la iglesia católica, no entiende que haya que resignificar ese lugar y mucho menos mediante un acuerdo con los responsables de una institución que fue parte activa del golpe de Estado y responsable de numerosas violaciones de derechos humanos y de la violencia de la dictadura franquista.

El anuncio por parte de Pedro Sánchez de acordar con el Vaticano el futuro del Valle de los Caídos, que es propiedad del Estado español, es incomprensible y mucho menos comprensible el de que para hablar del futuro de ese lugar no se pretenda dialogar con las víctimas de la dictadura franquista, algo que los organismos de Derechos Humanos de Naciones Unidas le han echado en cara al Gobierno de España; la falta de participación de las víctimas en el diseño de políticas de memoria.

El presidente de la ARMH, Emilio Silva, nieto del primer desaparecido de la represión franquista identificado en España por una prueba genética, considera que “el Valle de los Caídos no tiene nada que resignificar, ni intervenir, ni reconstruir, basta con una sencilla exposición en el que se cuente su historia, la de los presos políticos obligados a trabajar en él y la del uso que la dictadura hizo del mismo, como las reuniones de ex combatientes europeos, financiadas por la dictadura, que tenían en el Valle un lugar de encuentro y reunión”.

La ARMH, que organiza visitas guiadas al monumento que representa el mayor ejemplo de arquitectura nacional católica fascista de España, ha ofrecido en numerosas ocasiones donar material expositivo al Gobierno; ha denunciado que desde octubre del año 2020 los monjes benedictinos se encuentran de manera ilegal en el recinto y que fue lamentable que muchos familiares que llevan años luchando por la exhumación de sus seres queridos del mausoleo franquista se enterasen del inicio de las exhumaciones por la prensa.

Para Silva “es incomprensible que ese monumento haya estado durante más de cuatro décadas exactamente como lo dejó la dictadura, con la narrativa que quiso Franco, y se permita que quien lo visite haga un viaje en el tiempo al año 1975 sin que se le explique realmente la historia y el significado del monumento que visita en el que sólo hay dos alusiones a los caídos por Dios y por España y se invisibiliza lo que esconden sus criptas”. Y  concluye: “La iglesia católica es la embajadora del franquismo en el presente del Valle y no puede ser que participe con total impunidad en el futuro democrático de ese lugar”.