¿Cuántas veces matarán a García Caparrós?

«¿Tanto trabajo costaba señalar en las conclusiones de la llamada comisión de encuesta del Congreso que la actuación policial fue desproporcionada?»

ELPLURAL.COM | JESÚS DE MANUEL JEREZ | 19-12-2017

Hace 40 años Rosa Burgos era una estudiante de Derecho de la Universidad de Granada. Allí fue a la manifestación del 4 de diciembre,  como cientos de miles de andaluzas y andaluces que exigían en las calles una “autonomía de primera”. Sin embargo, pronto quedó helada cuando supo que un joven había muerto en Málaga por lo mismo que ella pedía alegremente en las calles granadinas. Ese hecho trágico la marcó por mucho tiempo, tanto que hoy Rosa Burgos probablemente sea hoy quien con más empeño ha logrado arrojar luz sobre la muerte de Manuel José García Caparrós.

El libro

Hace 10 años, Rosa, siendo ya secretaria judicial, publicó un libro donde reflejaba el resultado de muchos años de investigaciones en archivos judiciales y en los del Congreso de los Diputados. El libro se titulaba La muerte de García Caparrós. Ninguna de las instituciones que, con mucho retraso, lo declararon hijo predilecto quiso editar la obra. Tuvo que hacerlo con la ayuda de una modesta revista.

Hace unos días Rosa presentó una reedición, ahora titulada Las muertes de García Caparrós. “El plural -dijo- se debe al sentimiento de que Manuel José sigue muriendo por dejación institucional”.

La segunda muerte

Manuel José murió por segunda vez en 1978 cuando la comisión de investigación creada en el Congreso de los Diputados cerró en falso sus conclusiones. Esas conclusiones, como las 675 páginas del informe de la comisión, han permanecido ocultas todo este tiempo, salvo un par de excepciones.

Una de ellas la protagonizó Rosa Burgos, y no debió gustar mucho lo que contó tras estudiar aquellos documentos, porque la Mesa del Congreso no volvió a autorizar su acceso, salvo muy recientemente, y con limitaciones, a la diputada por Málaga Eva García Sampere .

Habría sido bueno que el Parlamento de Andalucía accediera a la petición de los grupos de IU y Podemos para que la diputada de Unidos Podemos pudiera comparecer y contar en esta cámara lo que comenzó a desvelar en rueda de prensa el 23 de octubre en ese mismo Parlamento.  Hubiera sido una muestra de respeto a la verdad y a las hermanas de Manuel José, que llevan demasiados años buscando respuestas que nadie les da.

Cierre en falso

Tras acceder a aproximadamente la mitad de las páginas del informe de la Comisión, la diputada de IU contó a la prensa, ante las hermanas de Manuel José y dos diputados del Parlamento de Andalucía, datos muy relevantes que hablan de ese cierre en falso, que hablan de un Parlamento democrático con demasiados miedos a un régimen que no había acabado de morir, pese a la muerte del dictador.

Tal vez fue ese miedo el que llevó al ponente de la comisión, entonces diputado de UCD y hoy alcalde de Málaga, a decir entonces que los manifestantes habían sido “agresivos” por lo que era “obligación” de la Policía, y “con los medios al alcance”, “mantener la paz y estabilidad de la ciudad”.  Algo muy distinto a lo que le oímos decir hace pocos días en el programa La Memoria de Canal Sur, donde afirmaba que “la actuación de la policía [el 4 de diciembre de 1977] no estuvo proporcionada ni acorde”. En ese mismo programa reconocía que “fue un absoluto error” que el presidente de la Diputación de Málaga, aún predemocrática, no colgara la bandera andaluza del balcón, a diferencia de lo que hicieron los presidentes de las otras 7 diputaciones andaluzas.

Fuenteovejuna al revés

¿Tanto trabajo costaba señalar ese error hace 40 años en las conclusiones de la llamada “comisión de encuesta”? ¿Tanto costaba reconocer que la actuación policial fue desproporcionada? ¿No se daba pie con eso a una peligrosa impunidad que abría la puerta a que hechos similares volvieran a reproducirse después, como así ocurrió en aquella “modélica Transición” en cerca de 200 ocasiones entre 1975 y 1981?

Pues bien, las conclusiones de aquella “comisión de encuesta” fueron una suerte de Fuenteovejuna al revés, con la diferencia de que aquí la víctima fue un joven trabajador de 18 años y no un comendador déspota y autoritario. Para la comisión de encuesta parece como si a Manuel José lo hubiera matado Málaga entera, porque la solución que proponía era invertir en Málaga para sacarla del atraso socioeconómico, como si fuera ese atraso y no una bala de 9 mm disparada por una pistola Star de la policía militar la que mató a un  joven aquel día. Pistolas que, al parecer, disparaban al aire pero impactaban en las paredes de los edificios de la zona, cuando no, lamentablemente en los cuerpos de 3 manifestantes. “Mi hermano no volaba”, ha dicho recientemente Loli García Caparrós. Hasta 23 impactos de bala se encontraron en muros de la confluencia de la Alameda de Colón con el puente de Tetuán.

La tercera muerte

A García Caparrós lo mató por tercera vez el juez que decidió archivar el caso, pese a los indicios que apuntaban a un cabo de la policía militar. El mismo que fue trasladado a otra localidad, el mismo cuya pistola dejaba marcas en los proyectiles similares a las del arma homicida y que fue dada de baja curiosamente poco después. El mismo que causalmente se puso enfermo el día que le tocaba declarar, lo que lo libró de comparecer ante el juez.

Para cuando se archivó el caso ya habían fallecido su madre y su padre, muy jóvenes los dos. Sus hermanas, Loli, Puri y Paqui, se quedaron huérfanas y sin hermano en cuestión de muy pocos años.

La cuarta muerte

La última muerte de Caparrós, quién lo iba a decir, se produjo cuando tras 40 años de democracia la Mesa del Congreso de los Diputados decidió mantener secretas aquellas 675 páginas y luego, en una segunda votación, levantar sólo parcialmente ese secreto y sólo para consultar los documentos in situ, como si se tratara de un TTIP cualquiera.

Carlos Sanjuán, exmilitar de la UMD y secretario general del PSOE en 1977 reconocía hace unos días, hablando de Memoria Histórica: “Me produce una profunda indignación esa falta de respuesta que hemos tenido. Me la achaco personalmente también. Yo creo que teníamos que haber sido en ese tema mucho más tajantes.”

El gobierno andaluz ha ido a remolque en este tema. No nombró a García Caparrós hijo predilecto de Andalucía hasta que no gobernó con Izquierda Unida, y eso ocurrió hace sólo 4 años, cuatro después de que la Diputación de Málaga le otorgara un reconocimiento similar. Y sólo después de una pregunta de la portavoz de Podemos Teresa Rodríguez el pasado mes de julio la presidenta de la Junta se comprometió a pedir al Congreso de los Diputados que levantara el secreto de los documentos. Llegan tarde, pero mejor tarde que nunca.

El perdón que nunca llegó

Hay dos cosas que llaman la atención en las pocas palabras que pudo pronunciar Loli García Caparrós cuando participó en el coloquio que el programa de Andalucía TV La Memoria dedicó a su hermano hace un par de semanas: una, que nadie nunca ha pedido perdón a su familia. La otra, que ella y sus dos hermanas son tal vez las personas que menos acceso han podido tener a la verdad del caso. “Otras personas tendrán más suerte o tendrán más mano”,decía Loli en ese programa, que por cierto merece mejor ubicación y horario en la parrilla de la TV pública andaluza.

Para que la dejación institucional no siga matando a Caparrós el grupo parlamentario de Podemos Andalucía apoyó la PNL que presentó ayer en el pleno del Parlamento de Andalucía el grupo socialista, así como las enmiendas de IU para que los documentos de la comisión de investigación se publiqueny sean accesibles, en primer lugar a la familia, para que por fin pueda tener algo de verdad y de reparación, primer paso para que tenga también algo de justicia.

Y, al cabo, para que nuestra democracia pueda mirarse al espejo con un mínimo de dignidad.

(*) Jesús de Manuel Jerez es responsable de Memoria Histórica y Democrática de Podemos Andalucía.

https://www.elplural.com/andalucia/2017/12/19/cuantas-veces-mataran-garcia-caparros