Ecija. Visita de familiares al cortijo “la Rabia” buscando las fosas de la represión franquista.

UNA MAÑANA EN EL CORTIJO DE LA RABIA (ÉCIJA): MÁS CERCA DEL ALCALDE JUAN MANUEL CADENAS GARCÍA Y DE LOS HERMANOS MANUEL Y JOSÉ GARCÍA RODRÍGUEZ. (…)
08/03/2023. Mª Carmen España.
Desde 2006 los familiares de desaparecidos de la pequeña localidad de Lantejuela hemos recorrido juntos una larga travesía, difícil, llena de escollos. En estos años hemos aportado lo mejor de nosotros en nuestra lucha y nuestro empeño – que son los de todas las familias- para construir el Memorialismo, como herramienta para acabar con el Antonio Cadenas Pareja, nieto de Juan Cadenas García, y al fondo el Cortijo de La Rabia. Aquel día, no nos dejaron entrar.
Los destinos de muerte de aquéllos que nos faltan fueron: la emblemática fosa de “El Carnero” en el cementerio municipal “San José” de La Puebla de Cazalla, presente a cinco metros de profundidad, intervenida desde 2006 a 2014; el cementerio municipal “San Roque” de Marchena (una fosa vaciada con el oscurantismo hacia las familias en tiempos de la democracia); los enterramientos en el cementerio municipal “Virgen del Valle” de Écija, objetivo ya de trabajos de localización y exhumación en
2022 y el Cortijo de La Rabia, también en el término municipal ecijano, asunto éste pendiente siempre, como muralla infranqueable.
Pero, aunque todo parezca imposible, como decía Mandela “es imposible, hasta que se hace”. Por fin, este pasado sábado día 4 de marzo de 2023, con todos los permisos y autorizaciones, tanto de la Junta de Andalucía como de los propietarios, los familiares acompañados con miembros del equipo arqueológico, pudimos respirar cerca de los nuestros, en la tierra del Cortijo de La Rabia y andar entre sus terrones, tras casi dos décadas de infructuosos intentos.
La pared trasera del Cortijo, que ya no existe, fue testigo de los asesinatos en distintos días desde agosto hasta Juan Manuel Cadenas García septiembre del alcalde y albañil Juan Manuel Cadenas García, apodado “El Chirri”, de 40 años de edad, casado y padre de 8 hijos y de los hermanos de la familia de “Los Manzano”, Manuel García Fernández, casado y con 3 hijos y José,
casado y con 7 hijos, ambos braceros del campo.
Con el tiempo, aquella pared fue la guardiana de la evidencia del crimen: incrustados permanecían en ella muchos casquillos, vainas y balas de plomo que los detectores de metales hallaban y presentes unas manchas de sangre salpicada que no se borraban y estaban a la vista para todos quizás a modo de aviso para la clase obrera o quizás porque la mancha era imposible borrarla.
Hablan recientemente de una cruz pintada de rojo en la misma pared, pero por el lado de dentro y que desapareció con el derribo de aquellos ladrillos malditos.
Narran los testimonios orales encontrados, que los cuerpos sin vida fueron arrojados por los mismos ejecutores (falangistas y militares) en los silos romanos que hay entre los olivos, a unos 50 metros contados desde la pared. Y no sabemos si pudieran existir más víctimas.
Y aunque en esta primera toma de contacto con el lugar, y en la inspección realizada “solo” hemos hallado tres silos, y un
hundimiento de terreno de 3 metros de diámetro al pie de un olivo, los familiares sentimos alivio porque estamos más cerca de
hallar lo que buscamos. La suerte está echada y la verdad debe contarse. Porque las puertas ahora están abiertas de par en par
para que, en próximos meses, esperemos que cercanos, podamos proceder de firme a la localización de los nuestros.
Otras historias de terror estarán ciertamente en El Billar, en el Molino Castril Chico y en Las Turquillas, historias de un desastre humano, de una eliminación sistemática de la ideología republicana y de izquierdas, de un Entrada de silo romano en la superficie, con tapa de genocidio. La sombra oscura de silencios y piedra de desmemoria ex profesa de un país sembrado de fosas -como una gran tumba donde se escondió y sepultó a hombres y mujeres que pensaron que un futuro mejor y en igualdad era posible- va dejando paso a la luz, por mucho que quieran mirar hacia otro lado otros o por mucho que nos cueste, por mucha paciencia y batalla que requiera, por muy escondidas que estén las fosas, ahí estaremos siempre y seguiremos las familias de los desaparecidos y desaparecidas del franquismo.

Adjuntos

  • a (8 kB)