El año en que Galaroza (Huelva) tuvo cinco alcaldes.

El año en que Galaroza tuvo cinco alcaldes

diariodehuelva.es/3 noviembre, 2020 /

La inestabilidad política y social que rodeó los últimos meses de vida de la II República y el golpe de Estado militar que provocó el estallido de la Guerra Civil, provocó graves consecuencias en las instituciones de toda España. La localidad serrana de Galaroza no permaneció ajena a estas turbulencias, con efectos en muchos órdenes, como la pérdida de libertades y, especialmente, la represión franquista que se produjo. También en el ámbito institucional se notó esta situación, traducida entre otras cosas en el número de alcaldes que se sucedieron al frente de la Corporación municipal durante 1936.

Nada menos que cinco cambios de primer edil se produjeron desde el mes de enero al de agosto de ese año, con cuatro mandatarios que se sucedieron al frente del ayuntamiento. Inició el fatídico año Luis Navarro Muñiz como alcalde, cargo en el que permanecía desde el 20 de abril de junio de 1931, en que presidió la Comisión Gestora Republicano-Socialista que empezó a regir el período republicano en Galaroza. Navarro atesoraba una prestigiosa trayectoria a tenor de las obras e iniciativas que se ejecutaron durante su mandato, entre las que sobresalieron las fuentes del Socavón, Las Chinas o el Cenagal, el Paseo de Venecia o el empedrado, saneamiento e higiene de numerosas calles del pueblo.

Permaneció en el cargo más de cuatro años y medio, hasta el 8 de enero de 1936, en que el Gobernador Civil impone la destitución de la Corporación y nombra a Salvador González Romero como nuevo alcalde. El cambio se basaba en una acusación falta de concreción, ya que se exponía que se había tenido conocimiento de determinadas actuaciones, sin detallarlas, “revistiendo gravedad los hechos denunciados”.

Entre su equipo de gobierno se encontraba Jesús Arcensio Gómez Sánchez, poeta cachonero considerado como una de las cumbres literarias onubenses contemporáneas, quien tuvo un papel destacado, al ser nombrado Depositario y miembro de la comisión de Festejos o del Consejo Local de Primera Enseñanza. González tendrá posteriormente protagonismo al formar parte del primer equipo de gobierno franquista, una vez tomada militarmente Galaroza.

Tras el triunfo del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936, se fuerza un nuevo cambio en la alcaldía, ocupándola Oscar Navarro Medina a partir del día 20 “según autorización al efecto del Gobernador Civil de la provincia”.

Pero tan sólo un día después, volvió a la alcaldía Luis Navarro Muñiz. Fue Navarro Medina quien tuvo que leer el telegrama remitido por el Gobernador Civil interino ordenando la inmediata reposición de los Ayuntamientos que estuvieran suspendidos gubernativamente. Así se hizo, quedando el equipo de gobierno constituido de la misma forma y con las mismas funciones que ostentasen el 8 de enero.

También duró poco esta restitución, ya que el 25 de febrero fue nombrado Francisco Pavón González como nuevo alcalde. El delegado gubernativo, Rafael Jurado Chacón, obligó a la dimisión a Navarro y su equipo, que fue sustituido por otro nuevo que regiría los destinos de Galaroza hasta el golpe de Estado.

El mandato de Pavón supuso una radicalización en algunos aspectos, como el religioso, al endurecer o prohibir directamente las condiciones de impartición de la enseñanza o las actividades dirigidas por la Iglesia Católica. En otros ámbitos, sin embargo, los testimonios hablan de un alcalde conciliador que no permitió que se le hiciera daño físico a ninguna persona de derechas. La última sesión plenaria que presidiría Pavón tuvo lugar el 3 de julio de 1936, huyendo del pueblo cuanto entraron las tropas franquistas. Según diversos testimonios, combatió en Teruel y se exilió en Francia, volviendo fugazmente a Galaroza en 1980.

Tras la toma del pueblo por los fascistas, el 24 de agosto, no se tardó mucho en modificar la situación y tomar el poder, también a nivel institucional. A tal fin, ese mismo día se reunieron “en la Sala Capitular del Ayuntamiento los señores D. Eladio Muñiz Muñiz, D. José Moreno Nieto y D. Enrique Ponce Muñiz, designados por la Autoridad Militar a las órdenes del Excmo. General de la Segunda División, para constituir la Comisión Gestora Permanente de este Ayuntamiento”. Los militares disolvieron la Corporación municipal republicana y designaron a Eladio Muñiz como nuevo alcalde.

En la Comisión Gestora se dio entrada a Salvador González Romero y a José Romero Nieto, quienes formaron parte, el primero como primer edil, de la Corporación nombrada en enero y que apenas duró mes y medio de mandato. Eladio Muñiz Muñiz firmó su primera acta como alcalde cachonero el 28 de agosto de 1936.

 

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