El corro, el pato, el quirófano… las duras torturas de Billy el Niño a un militante antifranquista

El exmilitante de la Liga Comunista Revolucionaria Miguel Ángel Gómez presentó hace una semana una querella criminal contra el torturador Antonio González Pacheco y otros cuatro expolicías de la Brigada Político y Social. La Justicia ha incoado “diligencias previas por el presunto delito de lesa humanidad” de los cinco exagentes.  

PÚBLICO | ALEJANDRO TORRÚS | 8-3-2019

Miguel Ángel Gómez, conocido como ‘Gus’ por sus amigos, fue torturado por el expolicía Antonio González Pacheco, conocido como Billy el Niño, en dos ocasiones. La primera, en 1971, cuando tenía 18 años. La segunda, en 1973, tenía 19 años. El motivo: su militancia en la Liga Comunista Revolucionaria. Los hechos que sucedieron dentro de la Dirección General de Seguridad en aquellas dos ocasiones fueron denunciados por este hombre hace apenas una semana ante los juzgados de Plaza de Castilla de Madrid.

La respuesta de la Justicia, en esta ocasión, fue rápida. La jueza María Isabel Durantez Gil, del juzgado de instrucción nº 49 de Madrid, acordó el pasado 2 de marzo incoar diligencias previas por “el presunto delito de lesa humanidad” contra González Pacheco y otros cuatro expolicías de la Brigada Política Social: Antonio MagroVíctor RodríguezJosé Antonio Conde y Rafael Nuñez

“Estoy muy, muy contento. Parece que estamos abriendo un pequeño hueco en la justicia. Son muchos años los que llevamos en la lucha… El Estado ha protegido más a los verdugos franquistas que a los jóvenes que luchamos en su momento por la democracia”, cuenta a Público Miguel Ángel Gómez, que señala que su objetivo es ver a Billy el Niño sentado en el banquillo de los acusados. “El comportamiento de este hombre fue atroz. Destruyó a muchas personas… A mí me hizo un daño terrible. Me rompió. Me colocó al borde de la muerte y eso no lo olvidas nunca”, prosigue. 

¿Pero qué sucedió en los calabozos de la Dirección General de Seguridad durante aquellas dos detenciones? La querella criminal interpuesta por este hombre, a la que ha tenido acceso Público, da buena cuenta del calvario que sufrió durante sus dos detenciones. Los métodos de tortura fueron ‘el corro o gallinita ciega‘, ‘el pato’, ‘la tortura de la planta de los pies y glúteos’, ‘la tortura del sueño’ y la del ‘quirófano’. Todo ello mezclado con golpes. Muchos golpes. 

Gus fue detenido por primera vez el 16 de diciembre de 1971 a las 23,30 horas en la pensión en el barrio de Moncloa (Madrid) por “propaganda clandestina”. Fue llevado a la Dirección General de Seguridad durante 3 días, donde fue torturado y obligado a firmar una declaración autoinculpatoria que originó su puesta a disposición del Tribunal de Orden Público (TOP), por el que sufrió una primera condena a dos años y cuatro meses de prisión. 

“Durante su estancia en las dependencias policiales, al menos en tres ocasiones y estando esposado, fue rodeado por un grupo de policías, que le golpeaban con los pies y las manos. Este método de tortura era conocido como ‘el corro’ o la ‘gallinita ciega’. Llegó a perder en una ocasión la consciencia”. 

Como consecuencia de estas primeras torturas y acusaciones, Miguel Ángel Gómez dejó los estudios y se puso a trabajar en una fábrica textil. Pero lo peor estaba todavía por llegar. El 19 de mayo de 1973, apenas año y medio después, el ahora querellante sería detenido otra vez. Esta vez en un bar de Plaza de España (Madrid). Fue trasladado en un maletero de un coche de Policía, otra vez, a la Dirección General de Seguridad, donde permanecería siete días encerrado. 

La querella señala que, en esta ocasión, los policías que participaron en las torturas que se van a relatar a continuación fueron Antonio González Pacheco (Billy el Niño), Rafael Nuñez y José Antonio Soladana. “Durante este período de tiempo a cualquier hora del día o de la noche le subían desde los calabozos a las oficinas donde era sometido a distintas formas de tortura, en concreto, a la conocida como ‘el pato’, que consiste en caminar durante horas inclinado en cuclillas, esposado y con los brazos debajo de las nalgas”, relata el texto de la querella. 

No fue esta la única técnica de torturas que sufrió Miguel Ángel Gómez. Durante estos días, también sufrió la técnica conocida como la “tortura de la planta de los pies y glúteos”, que consiste en que mientras dos policías inmovilizan el cuerpo del detenido un tercero golpea sistemáticamente y con mucha fuerza en la planta de los pies con una porra de caucho. En la variante de los glúteos, el detenido era arrodillado con las manos esposadas en la espalda, inmovilizado y golpeado con la porra en las nalgas. 

Asimismo, Miguel Ángel Gómez, fue sometido a “la tortura del sueño”, consistente en permanecer durante horas de pie y esposado a un radiador, sin comer ni beber, siendo vigilado continuamente para que no pudiera descansar. “También fue sometido a la ‘tortura del quirófano’, que consiste en tumbar sobre una mesa al detenido e inmovilizarle de pies y manos mientras un policía le golpeaba en el pecho impidiéndole la respiración”, prosigue la querella criminal contra Billy el Niño y otros cuatro expolicías. 

Por último, el texto al que ha tenido acceso Público, también señala que “una tarde” un grupo de policías capitaneados por González Pacheco entraron en el cuarto de interrogatorio apuntando con sus pistolas y gritando que los iban a matar a todospara vengarse de la muerte de un compañero, diciéndoles que habían encerrado al comisario jefe, Saturnino Yagüe, y que ahora mandaban ellos, procediendo a darle una paliza que le hizo temer por su vida. 

Las torturas sufridas durante esta última detención provocaron que el querellante estuviera hospitalizado durante 15 días en la Cárcel de Carabanchel. Denunció las torturas sufridas ante el juez militar que llevó su caso, pero nadie le hizo caso. Gómez permaneció encerrado hasta el 17 de mayo de 1976, día en el que fue puesto en libertad. 

Ahora, 43 años después de estos hechos, el juzgado de instrucción nº49 de Madrid considera que estos hechos “presentan características que hacen presumir la posible existencia de una infracción penal”, por lo que ha acordado la incoación de diligencias previas “por el presunto delito de lesa humanidad” contra Antonio González Pacheco, Víctor Rodríguez, Antonio Magro, José Antonio Conde y Rafael Nuñez. 

“Me gustaría que los torturadores se sentaran delante de un juez, que explicaran sus torturas, sus motivaciones, que se investigara quién les ordenaba. En definitiva, queremos que la gente sepa la verdad de lo que ocurrió aquellos años. Que se divulgue. Yo no entro en si Billy el Niño tiene que estar en prisión o no. Eso lo tiene que decidir la Justicia. Yo lo que quiero es que se conozca qué es lo que sucedía allí dentro y que el Estado reconozca que eso no tendría que haber sucedido jamás”, sentencia Miguel Ángel Gómez. 

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