El genocidio de los 4.000 en Córdoba o la desmemoria que el tripartito quiere apuntalar

► En Córdoba, el 18 de julio de 1936 amanecieron con el golpe encima. El bando franquista se impuso de inmediato, pero 4.000 personas fueron asesinadas.

► El documental ‘Dejadme llorar’, que narra la tragedia, se ha transformado en una organización de víctimas que quiere defender su dignidad ante las amenazas de Vox

CUARTOPODER.COM | MARÍA F. SÁNCHEZ | 23-2-2019

Solo en Andalucía hay más personas desaparecidas que en Chile, Argentina y Guatemala juntos. Algunos de los atentados más terribles contra la población civil en España se han producido en el sur, pero son escasamente recordados. Un mes antes del conocido bombardeo de Guernica se produjo otro más mortífero, el de Jaén, donde aviones nazis enviados por Franco hicieron estragos. También miles de civiles fueron masacrados por mar y aire cuando huían por la carretera de Málaga-Almería por el avance de las tropas franquistas, en lo que se conoce popularmente como La Desbandá.

En Córdoba, el 18 de julio de 1936 amanecieron con el golpe encima. No hubo actos violentos de resistencia y el bando franquista se impuso de inmediato. Sin nada que justificara tal represión, 4.000 personas fueron asesinadas. Era fácil estar en la lista negra de cada uno de los pueblos: bastaba con ser jornalero, haber tenido alguna actividad sindical o haber reivindicado la reforma agraria, el temor de los grandes terratenientes aliados con los sublevados. Ejecuciones extrajudiciales y fusilamientos se sucedieron sin sentido ni clemencia, ante la mirada aterrorizada de los niños.

Si hubo algo peor que esta sanguinaria represión fue la humillación, el miedo y el silencio que fue impuesto después a los familiares de esas víctimas. Algunos de ellos lo cuentan en el documentalDejadme llorar, el genocidio olvidado que “no pretende ser un quejido, sino una reivindicación”, según su director, Jordi Gordon, que presentó su trabajo el miércoles en la sala Mirador de Madrid.

“Asomarse a esta tragedia te deja una huella imborrable”, explicó el cineasta. Y es que en este documental se comprende el trauma de los protagonistas: algunos tienen más de 80 años, pero para ellos el tiempo parece detenido. Después del asesinato de sus padres sufrieron una larga humillación. Eran “hijos de rojos”, así que eran apartados de las colas de abastecimiento o castigados en la escuela. En casa, vivieron el sufrimiento de sus madres, condenadas al silencio y a la pobreza. Estaba prohibido hablar de las muertes de sus familiares, así que también se les negaron las lágrimas y el luto.

Y además estaba la condena a la pobreza. Los bienes de estas familias fueron incautados, pero además el franquismo se encargó de que no levantaran cabeza. Mediante la Ley de Responsabilidades, bajo la que pagaron multas y perdieron más bienes, en Andalucía se abrieron más de 325.000 expedientes y en Córdoba más de 6.000, explica el historiador Francisco Moreno en el documental.

La situación de los presos políticos en las cárceles franquistas de Córdoba también fue parte de la gran tragedia. De los 4.000 prisioneros, fallecieron más de 700 por la alimentación hipocalórica que recibían y las enfermedades. Al menos hasta 1942, cuando Franco, inspirado en el régimen nazi de Alemania, cayó en la cuenta de que el trabajo esclavo de los presos es rentable y “por pura avaricia” mejoró su dieta. “Córdoba es el Auschwitz de Franco”, señala en el documental Moreno, historiador cordobés que ha dedicado su vida a rescatar de la memoria “el genocidio” que el franquismo intentó borrar.

La desmemoria, la causa del regreso de la extrema derecha

Para el director de Dejadnos Llorar, “lo más terrible es que durante 40 años de democracia no hayamos podido reparar a las víctimas con un mínimo acto de homenaje”, indicó en referencia a todas aquellas personas afectadas por la represión franquista. “Si no hay reconocimiento de las víctimas, no hay crímenes, y el hecho de que la democracia sea incapaz de reconocer esta tragedia trae un gran problema”, indicó Gordon en referencia al auge de “la extrema derecha, que quiere volver al pasado” y trae “venganza”.

Las consecuencias ya son tangibles: el “tripartito” de PP, Ciudadanos y Vox en Andalucía, primer parlamento autonómico en el que la logrado entrar la fuerza extremista. Santiago Abascal ya ha amenazado con no dar su apoyo a los presupuestos autonómicos si la Ley de Memoria Histórica andaluza, que apenas ha logrado resultados hasta la fecha, sigue vigente. Tan solo en Córdoba, Huelva y Sevilla hay 15.000 personas sepultadas. Ahora mismo en Andalucía hay cerca de 50 fosas en proceso de apertura, según explica Gordon. Muchos de los familiares que solo quieren recuperar los huesos de sus familiares para darles un entierro digno pueden ver como de nuevo se les condena al silencio y al olvido.

El documental, que ha reunido a un buen número de víctimas, ha servido para conformar la asociación Dejadnos Llorar, que defiende la exhumación de los restos de los 4.000, así como el cumplimiento de las resoluciones de la ONU que llaman la atención a España por su nula reparación a las víctimas de crímenes de lesa humanidad. Próximamente lanzarán una campaña estatal a favor de la reparación y el no-olvido de las víctimas del franquismo.

El genocidio de los 4.000 en Córdoba o la desmemoria que el tripartito quiere apuntalar