El Papa: «Una sociedad no puede sonreír al futuro con los muertos escondidos»

Francisco admite, en el avión de regreso del viaje a Marruecos, que lloró después de que Jordi Évole le enseñara una concertina

EL PERIÓDICO | BARCELONA | 31-3-2019

El papa Francisco ha señalado, en el programa ‘Salvados’, que “los muertos son para ser enterrados”, pero “no para ser escondidos”. “Una sociedad no puede sonreír al futuro teniendo sus muertos escondidos”, ha afirmado durante la entrevista del periodista Jordi Évole en el espacio de La Sexta. 

El Pontífice ha respondido con esas palabras al ser interrogado sobre quienes en España se oponen a a localizar y enterrar a las víctimas del franquismo que siguen en las fosas. Francisco se ha remitido al caso de Argentina, con 30.000 desaparecidos, y ha apuntado: “Nunca vas a tener paz con un muerto escondido. Nunca”.

Respecto a la exhumación de Franco, no obstante, no se ha pronunciado: “No tengo opinión”. Según ha dicho, él no ha participado en las comunicaciones entre el Gobierno y la Santa Sede sobre el traslado de los restos del dictador. “Hubo algo, pero yo no me metí en eso”, ha asegurado.

Durante la entrevista, también ha afirmado que “los hombres de Iglesia son ciudadanos y tienen que cumplir con todos sus derechos de ciudadanos”, por lo que cree que la institución debe pagar por todos aquellos bienes que no estén dedicados al culto. Así ha respondido al ser preguntado sobre su opinión por el hecho de que la Iglesia española no tribute por este tipo de propiedades mientras que la italiana lo hace desde el 2012.

En el Vaticano, ha dicho, hay “mercaderes” como en todos sitios. “No se salva de los límites y de los pecados y de las vergüenzas de otras sociedades. Acá somos hombres y tenemos los mismos limites y caemos a veces en la misma cosa. El trabajo es ir limpiando”, ha dicho. También ha lamentado el “chismorreo” que también hay en el Vaticano, algo que, ha dicho, “denigra a una persona”.

Los abusos sexuales en la Iglesia

En cuanto a los casos de abusos sexuales en el seno de la Iglesia, Jorge Bergoglio ha explicado que “una época hay que interpretarla con la hermenéutica de esa época”. “No puedo interpretar la conquista de América con una hermenéutica de hoy, me tengo que ir a la de la época”.

Sobre este asunto “pasa lo mismo”, ha añadido, y hasta que “explotó” el escándalo de Boston, “la hermenéutica era la de que conviene tapar, evitar males futuros…”. “Al tapar, se propaga; una vez que entra la cultura del destape las cosas no se propagan”, ha proseguido el Papa, quien ha animado a denunciar los casos que se produzcan.

También ha señalado que la Iglesia ha jugado a veces con el miedo, como hacen ahora algunas voces contra la inmigración: “Es evidente, tenemos una historia que a veces nos avergüenza”. Ha censurado “la insensibilidad o la injusticia” de que a una persona que se marcha en busca de una vida mejor se “le cierre la puerta”. 

Lloró tras ver las concertinas

Métodos como las concertinas usadas en la valla de Melilla ha afirmado que le provocan “dolor”. “Pero es tal la inconsciencia que parece lo más natural, nos hemos acostumbrado a esto. El mundo se olvidó de llorar, esto es lo más inhumano que hay, esto demuestra hasta dónde es capaz de descender la inhumanidad de una persona”, ha dicho con una de estas cuchillas en las manos.

Precisamente, este domingo, en el avión papal que le llevaba de regreso a Roma tras su visita oficial de dos días a Marruecos, Francisco comentó con los periodistas que le acompañaban la entrevista con Évole, que se grabó días antes de ese viaje. Confesó que, cuando el reportero se marchó, se conmovió y lloró por la impresión que le produjo ver una concertina. “Los constructores de muros acabarán siendo prisioneros de los muros que realizan”, dijo. Y añadió: “Lloré porque no entra en mi cabeza, en mi corazón, tanta crueldad, o ver ahogarse en el Mediterráneo, en lugar de convertir los puertos en un puente”. 

“Ese alambre con cuchillas, no me lo podía creer”, repitió apesadumbrado. “Los constructores de muros, sean de alambre con cuchillas o de ladrillos, serán prisioneros de los muros que realizan, esta será su historia”, dijo a los 73 periodistas que volaban junto a él.

El feminismo y la homosexualidad

También ha reconocido que se equivocó cuando afirmó que “todo feminismo termina siendo un machismo con faldas” y que la “frase justa” que debería haber pronunciado es que “todo feminismo puede correr el riesgo de transformarse en un machismo con faldas”. “Fue una frase dicha en un momento de mucha intensidad, cuando estaba escuchando el testimonio de una mujer que iba en la línea que yo quería y me fui al feminismo un poco más de protesta”, ha justificado.

El Pontífice se ha referido así a la afirmación que realizó el pasado 22 de febrero tras escuchar en la cumbre sobre pederastia a la experta en Derecho Canónico, Linda Ghisoni, subsecretaria del Dicasterio para los Laicos, Familia y Vida, que fue la primera mujer en hablar en esta reunión de jerarcas de la Iglesia que se celebra en el Vaticano. Allí aseguró que “invitar a hablar a una mujer no es entrar en la modalidad de un feminismo eclesiástico, porque a fin de cuentas todo feminismo termina siendo un machismo con faldas”. “Me equivoqué”, ha admitido.

Sobre la homosexualidad, ha dicho que, “en teoría”, no es una “rareza” tener un hijo homosexual, pero ha animado a los padres que empiecen a “ver cosas raras” en sus hijos a que “consulten, por favor, y vayan a un profesional” porque “ahí se verá a qué se debe, y puede ser que no sea homosexual”.

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